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Luego de tres años, el Vilela hizo un trasplante de médula

La compleja operación se practicó con éxito a una chica de 14 años. Los próximos 60 días serán claves.

vilelaUna adolescente de 14 años recibió con éxito el pasado viernes un trasplante de médula realizado en el Hospital de Niños Víctor J. Vilela. En rigor, el hecho adquiere relevancia ya que la de anteayer es la primera operación que se practica luego de que en lo últimos tres años (la sala había sido inaugurado en 1999 y llevaba cerca de 20 intervenciones) no se realizaran en ese centro este tipo de cirugías debido a la falta de “demanda”, según la dirección del centro asistencial. “En el ambiente médico de la provincia no hubo «buena onda» para derivar pacientes acá. Ésta es la realidad. Los grupos profesionales a veces se aman y a veces se odian. Es como todo”, sostuvo tajante Lelio Mangiaterra, el secretario de Salud municipal, hombre del riñón de Miguel Ángel Cappiello, el titular de la cartera a nivel provincial. En tanto, Stella Binelli, la directora del hospital infantil definió la operación como un “acontecimiento”, una “buena noticia” y un hecho “gratificante”.

Binelli relató ayer en conferencia de prensa junto con varias autoridades en el propio hospital que la trasplantada anteayer es una adolescente de 14 años de una localidad cercana a Rosario (prefirió no dar el nombre) y que la donante fue su misma hermana, de 28. A la adolescente, que fue derivada al Vilela desde el hospital Centenario, se le había diagnosticado el cáncer hacía un año y, según los facultativos, venía realizando múltiples tratamientos hasta que finalmente se decidió trasplantarla.

De acuerdo con lo que explicó la titular del Vilela, la operación se dividió en dos etapas: en la primera se extrajo a la donante las células madre que forman la médula ósea, y en la segunda se llevó a cabo la infusión. En total, la intervención duró 12 horas y participó todo el equipo de trasplante del hospital: entre diez y quince personas.

“Lo que padece la joven es una aplasia de médula ósea. Hay una ausencia de células de la sangre. Es una de las patologías más complejas en el momento del tratamiento. Es difícil porque las complicaciones suelen ser frecuentes”, explicó Binelli.

En torno de cómo se desarrolló todo el proceso, la directora del Hospital de Niños sostuvo que un trasplante de este tipo implica para los médicos alrededor de 180 días de trabajo y que el mismo se divide en tres etapas; una previa a la operación en donde se investiga que no existan patologías infecciosas tanto en quien va recibir la médula como en quien la va donar y que recién superado eso llega el momento de la intervención. Hasta que finalmente se arriba al período posoperatorio. “Ahora vamos a ver si el organismo acepta o no la célula trasplantada. El paciente va a permanecer por lo menos dos o tres meses más en el hospital”, relató a su turno Velia Peralta, una de las subdirectoras del hospital. La operación fue calificada por las fuentes como un éxito y, según Binelli, “un hecho gratificante”.

El contexto

En tanto, que desde la Secretaría de Salud local hayan decido llamar a una conferencia de prensa para anunciar la operación no parece casual. Ésta fue la primera operación después de tres años de que en ese centro no se llevaran a cabo este tipo de intervenciones debido, según la dirección del hospital, a “falta de demanda”.

La unidad de trasplante de médula ósea del Vilela se había inaugurado en 1999 y es el centro de referencia para la atención de chicos que padecen cáncer. En rigor, es el único servicio público que realiza intervenciones oncohematológicas (derivado de enfermedades de las células de la sangre) en la región.

Durante los primeros ocho años se realizaron cerca de veinte intervenciones, pero desde 2007 la sala no recibió más pacientes. Mientras sucedía esto, medios locales informaron que el hospital Garrahan de Buenos Aires (una de las instituciones que alojan a los chicos que van a recibir un tratamiento y residen a más de cien kilómetros de Capital Federal) recibió en 2008 a ocho pacientes rosarinos y a 49 del resto de la provincia de Santa Fe, que habían acudido allí en todos los casos por trasplantes de médula ósea. También en mayo de este año un grupo de padres, cuyos hijos podrían necesitar esa operación, habían pedido a través de Facebook que se “reabra” esta unidad de alta complejidad.

En ese sentido, Binelli explicó: “La sala estuvo siempre habilitada. Los papeles que requiere el Cudaio están prolijos. Lo que sucedía era que en los pacientes que nosotros teníamos en tratamiento no tenían la necesidad de someterlos a un trasplante”. “Si bien había noticias de chicos que eran derivados a Buenos Aires, no era de este hospital”, sostuvo luego en referencia a los pacientes que fueron enviados al Garrahan.

En tanto, bastante más explícito fue Mangiaterra. El funcionario admitió que “lo que pasó los últimos tres años es que en el ambiente (de los hospitales públicos) de la provincia no hubo buena onda para derivar pacientes hacia acá. Ésta es la realidad. Los grupos profesionales a veces se aman y a veces se odian, es como todo. Y por ahí cuando sucede esto se pierde racionalidad. No tiene sentido que esto siga siendo así”. A diferencia del anterior titular de la cartera, Luis Dimenza, Mangiaterra pertenece al riñón de Cappiello. Un hecho probatorio es que antes de asumir se venía desempeñando como delegado del Ministerio de Salud de Santa Fe en la región Rosario.

Sin lugar a dudas, que en el hospital público se multipliquen las intervenciones sería un hecho vital para la ciudad. Actualmente no existen en Rosario unidades pediátricas de trasplantes en los sanatorios privados. “Si bien en algún momento llevaron a cabo operaciones, lo han hecho muy poco. No se la juegan, los mandan a Buenos Aires”, sostuvo, tajante, Mangiaterra.

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