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Lo manejó muy bien

El 2 a 0 le quedó justo al desarrollo. Primero fue paglialunga y luego Figueroa los goleadores.

Ganó el partido que necesitaba Mostaza Merlo, fue clarito y sin dejar espacio para la polémica. No tuvo brillo, sí seriedad. Y con eso le fue suficiente para ser un justo vencedor.

 Le costó cerca de 25 minutos acomodarse a Central en el campo, hasta allí se vio superado por el ímpetu de Chacarita. Con más actitud que lucidez el local lo fue llevando contra Broun, y el mérito de Central fue no desesperarse. El kily recostado en la izquierda no aparecía y Zarif carecía de claridad para salir, el resto de despejar y aguantar. Claro que en ese lapso el arquero no pasó sobresaltos, los intentos de Chaca fueron vacíos de inteligencia. Salvo la velocidad de Sabadía, una complicación para Chitzoff, el resto no acompañaba.

 De pronto Central empezó a respirar. Y lo hizo porque entendió que debía jugar más y revolear menos la pelota. El Kily empezó a jugar su partido desde el medio, Figueroa bajó para asociarse (asegura la bocha, pero queda lejos del área rival) y Zarif aportó experiencia. Entonces el partido se fue emparejando y hasta pasó a dominarlo Central. Claro que la ausencia de jugadas de riesgo lo hacía bastante feo. El gol fue un correlato de lo que se veía, córner desde la izquierda, Figueroa la peinó, Tauber pasó de largo y Paglialunga atropelló. Fue un premio para el que intentó jugar, aunque sea un poco más.

 La definición llegó rápido, Zarif ganó una pelota en la derecha, proyección, centro y gol de Figueroa. Lapidario para Chaca, un bálsamo de confianza para Central. Desde ese momento y hasta el final nadie dudaba de la victoria canalla. Acaso fue la más clara del torneo, segunda al hilo y un poco de felicidad.

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