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La era del deshielo

Lento avance de la relación Cuba-Estados Unidos

Segunda reunión entre Barack Obama y Raúl Castro, con mucha camaradería pero con mutuos reclamos de medidas concretas para dar fin al bloqueo.


El presidente cubano, Raúl Castro, y el de Estados Unidos, Barack Hussein Obama, se reunieron ayer y se mostraron sonrientes y distendidos en un clima amistoso. Pero al final no dieron declaraciones. Hubo un comunicado de la Casa Blanca en el que se reafirma el compromiso de “la protección de los derechos humanos” en la isla y unas palabras del canciller cubano Bruno Rodríguez, quien fue muy claro al decir que su país espera algo más concreto de la gestión Obama mientras se espera que el Congreso estadounidense vote la derogación del embargo.

Ambos mandatarios protagonizaron el primer encuentro desde la reapertura de embajadas en julio pasado tras más de 50 años, y el segundo desde el 1º de abril durante la Cumbre de las Américas en Panamá.

En la sede de Naciones Unidas en Nueva York, en un “ambiente respetuoso y constructivo”, Castro, presente por primera vez en la gran cita anual de la ONU, reiteró al jefe estadounidense la condición de levantar el embargo para normalizar las relaciones bilaterales.

“Depende que la realidad del bloqueo sea modificada sustancialmente mediante las muy amplias facultades que tiene el presidente de Estados Unidos”, dijo Rodríguez.

En efecto, y según las autoridades cubanas, Obama tiene la capacidad ejecutiva de cambiar “muchos elementos de la aplicación del bloqueo”.  “Las decisiones ejecutivas tomadas hasta ahora son de valor muy limitado, de alcance y profundidad limitadísimos, y no tocan ningún hecho significativo de la aplicación del bloqueo”, precisó el canciller.

El Congreso es el único facultado para desmontar el embargo vigente desde 1962, que está codificado en varias normativas, la más completa de ellas la ley Helms-Burton de 1996.  Pero el mandatario norteamericano puede ordenar la modificación de aspectos del bloqueo, como ya lo ha hecho a mediados de septiembre cuando eliminó el límite de 2.000 dólares de remesas hacia la isla y autorizó a estadounidenses a tener empresas en Cuba.

Además, como medida simbólica Estados Unidos podría abstenerse en la votación en la ONU sobre el embargo, en la que históricamente ha votado en contra. La posibilidad fue un rumor deslizado por la prensa

Los “pasos”, desde EE.UU.

Tras la reunión, el mandatario estadounidense puso de relieve los cambios regulatorios que “permitirán viajar y hacer negocios a más estadounidenses en Cuba”, según un comunicado de la Casa Blanca.

Obama “destacó además pasos que Estados Unidos pretende tomar para mejorar los vínculos entre los pueblos estadounidense y cubano”, reiterando su apoyo a la cuestión de “los derechos humanos” en la isla.

El canciller cubano dijo esperar que entre las próximas medidas de Obama figura la de autorizar a todos los estadounidenses a viajar a Cuba.

“Los ciudadanos cubanos tienen absoluta libertad de viajar a este maravilloso país. Tengo la esperanza de que los ciudadanos norteamericanos pueden disfrutar de esa misma libertad en un plazo próximo”, señaló.

Guantánamo en agenda

Sobre la cuestión de Guantánamo, Rodríguez dijo que es “un elemento de alta prioridad en el proceso de normalización”, exigiendo el cierre de la base y la devolución del territorio “ilegalmente ocupado”.

Durante la reunión, los dos mandatarios “intercambiaron puntos de vista” sobre la reciente visita del papa Francisco a ambos países, resolvieron “continuar trabajando” en la agenda de temas acordada, abordando por ejemplo “la cooperación en terceros países, como Haití”.

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