El director general de la autopartista Lear, Antonio Marín, aseguró ayer que esa empresa reabrirá sus puertas “de manera habitual” el martes próximo, tras un largo conflicto con sus trabajadores, pero reclamó “garantías” al gobierno nacional.
El directivo advirtió que la planta de Lear, ubicada en General Pacheco –al norte del Gran Buenos Aires–, continúa “sitiada” por un grupo de operarios, que reclaman la reincorporación de compañeros despedidos.
Marín comentó al respecto que el “sitio” de la fábrica lo lleva a cabo “un grupo que está buscando cinco minutos de prensa y tiene apoyo de afuera, ejercen violencia, impiden trabajar y entrar mercadería”.
El directivo comentó que hay 525 personas que “no pueden entrar” a la empresa por la protesta.
“Hoy nadie puede entrar, ni yo, porque está sitiada por estos grupos que no tienen nada que ver con la planta. A las 60 personas desvinculadas se les ofreció ocho sueldos”, además de la indemnización que corresponde por ley.
En este marco, Marín sostuvo que “si se dan las condiciones de seguridad, podemos reiniciar el próximo martes las actividades. Tenemos trabajo, podríamos producir más si las condiciones de seguridad nos fueran garantizadas”.
“Hubo llamados del gobierno nacional y del provincial. Ellos quedaron en garantizar las condiciones” para reiniciar las actividades de Lear, dijo el directivo.
La empresa distribuyó un comunicado de prensa en el que afirmó que el martes “sus 525 empleados retomarán de manera habitual las actividades en la planta Pacheco”.
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