“Amor sí, Macri no” fue la convocatoria que se realizó ayer por la tarde frente al Planetario –en el parque Urquiza– donde vecinos, docentes, estudiantes de distintas carreras universitarias, científicos y becarios del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Conicet, realizaron una lavada de platos simbólica contra el actual jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, rememorando los 21 años que se cumplieron de aquella frase del otrora ministro de economía, Domingo Cavallo, dirigido a la socióloga y demógrafa Susana Torrado, cuando en septiembre de 1994 la descalificó y la mandó a “lavar los platos” a la investigadora.
Los organizadores de la movilización, crearon un perfil de Facebook con el objetivo de trabajar en estrategias conjuntas para convencer a los electores de que Macri no es la mejor opción para el balotaje presidencial del próximo 22 de noviembre.
En la página puede leerse: “Estimados, queremos recoger uno de los guantes del qué podemos hacer para evitar que nuestra patria caiga bajo otra noche neoliberal, esta vez de la mano del Macrismo. Podemos tener muchas diferencias, miradas divergentes sobre cuestiones de nuestra historia, de la coyuntura del país, pero acá hay que instalar un límite. Si no nos une el amor, que nos una el espanto”, comienza el texto con el fin de convocar a muchos sectores que verían sus derechos en juego, o por lo menos, encontrarían un escenario hostil para avanzar en ellos, si gana la coalición política Cambiemos, donde Macri quedó a 2,5 puntos por debajo del candidato del Frente para la Victoria, Daniel Scioli en la primera vuelta.
“Estamos acá porque creemos que la ciencia, la educación y la investigación, deben ser una política de Estado. Durante los últimos 12 años la educación y la ciencia se han direccionado, se convirtieron en política de Estado por la decisión del gobierno actual, que invirtió un porcentaje importante en ciencia, investigación y tecnología”, afirmó Agustín Prospitti, doctor en Ciencia Política y profesor de la universidad nacional de Rosario.
Prospitti explicó que el otro modelo de sociedad que se propone, es un modelo que afirmó que hay demasiadas universidades, que es un gasto innecesario y que el gasto de los científicos es improductivo. Y advirtió que le traen recuerdos de la década del ´90 cuando a los científicos se lo mandaron a lavar los platos.
“Esta puesta en escena que hicimos es rememorando aquel lugar al que no queremos volver, es decir, donde los científicos no tienen un proyecto para realizar su propia tarea, una labor donde la ciencia no tiene un lugar en el desarrollo del país, no sólo en el productivo, sino también en el desarrollo de conocimientos básicos para la medicina, el progreso de la salud y de la cultura, entre otras cuestiones. Estamos convencidos de que no nos da lo mismo uno u otro candidato”, resaltó el profesor.
“Quienes transformaron a la ciencia en política de Estado, son los dos gobiernos kirchneristas, y quien plantea la continuidad con ese modelo que se constituyó de la ciencia vinculado a un proyecto de país, es Daniel Scioli”, especificó.
Y concluyó: “El ejemplo más claro de la priorización de la ciencia como política de Estado es la repatriación de más de mil científicos que vinieron del exterior, que estaban insertos en los institutos y en los centros de investigación más importantes del mundo, desarrollando un conocimiento que antes lo ponían al servicio de otros países, y que ahora deciden ponerlo al servicio de nuestro país porque hubo una decisión fundamental de crear los medios para que los propios investigadores vuelvan”.
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