Ciudad

Largo fin de semana para saber dónde es lo de Messi

Los turistas que llegan a la ciudad buscan información sobre el jugador rosarino. Qué dicen en su barrio.

A Malvinas. Los turistas piden sacarse fotos en la cantina de Vera Mujica y Zeballos.

Por: Santiago Baraldi

Dos periodistas del Canal Plus de Francia llegan a las oficinas del Ente de Turismo Rosario (Etur) y preguntan lugares de referencia para tomar imágenes para un documental sobre el origen futbolístico de Lionel Messi. Como ellos, de a uno o de a muchos, diariamente decenas de turistas llegados de distintos lugares del mundo quieren conocer el lugar donde nació y do nde dio sus primeros pasos futbolísticos el talentoso jugador de Barcelona. Y este fin de semana largo, el primero del año, todos esperan que la escena se vuelva a repetir. “Estamos dando forma a un folleto para entregar en mano a los visitantes que nos preguntan por Messi, un recorrido por su historia rosarina y las canchas donde hizo sus primeras gambetas”, explicó el titular del Ente, Héctor De Benedictis. El destino apuntado para los recién llegados es el predio que Newell’s tiene en Zeballos y Vera Mujica, conocido como Malvinas: allí es donde están las canchitas en las que se vieron las primeras gambetas y goles de la Pulga.

El ex goleador rojinegro Ariel Cozzoni, a cargo del complejo Malvinas, cuenta que “cada tanto llega alguno y saca fotos”.

“Incluso el bar del predio se llama Lionel Messi y es adonde apuntan”, sonríe el ex futbolista. Pero reconoce que en verdad es cosa seria: incluso desde el Etur están evaluando “algún tipo de cartelería informal”, porque ya hay otro rosarino más conocido del mundo. “Los que nos visitan preguntan por el Che y Messi. En cuanto al Che Guevara lo tenemos bastante bien señalado, e incluso tenemos un librito que se llevan, así que queremos hacer lo mismo con Messi”, confió De Benedictis.

En la zona sur, en Estado de Israel, entre 1º de Mayo y Alem, a cualquier hora, llegan preguntando por la casa donde nació la Pulga, cuál es la canchita donde jugaba de niño, su escuela, su familia, su gente. El estadio de Newell’s es también lugar de visita y consulta sobre su paso por las divisiones menores leprosas. Allí, dos jóvenes de la revista francesa L’Equipe, que están realizando una producción sobre “la ciudad donde nació Messi”, solicitan fotos de aquel equipo que Messi integró en 1996 que ganó de punta a punta el torneo. Enseguida consiguen los teléfonos para hacer notas con sus primeros técnicos y sus ex compañeros.

“Es increíble que Messi haya salido de Newell’s y que Diego Maradona haya jugado aquí también. Tienen además una rica historia de jugadores surgidos de sus divisiones inferiores que vistieron la camiseta argentina”, aporta uno de los periodistas galos con un mapa de la ciudad, con cruces marcadas con lápiz de lugares que hacen referencia a Messi.

La vieja cuadra. Cuando Messi volvía a Rosario, años atrás, los vecinos dicen que Estado de Israel al 500 era una peatonal.

“Hace mucho que no viene”

En Estado de Israel 520, 1º de Mayo al 4600, la casa de la familia Messi está cerrada. “Hace mucho que no vienen por acá”, dice la dueña del quiosco que está enfrente. Una vecina asegura que antes, “hace unos dos o tres años, cada vez que venía Leo esto era una revolución”. Y describe que la vereda se llenaba de pibes. “La verdad, no podía salir a la puerta… Creo que ahora tienen un departamento en el centro y cada vez se los ve menos por el barrio”, apunta con rigurosa información la vecina, con aspecto de saber cada movimiento de los Messi.

Liliana vive a la vuelta, y lo recuerda con cariño: “Lo veo en los partidos del Barcelona y no lo puedo creer; mi hijo Gustavo fue compañero de escuela y estaban todo el día juntos. Su cara y su sonrisa está intacta”, dice.

“Mi hijo tuvo un problema y falleció; cuando Leo se enteró allá, le agarró un ataque de nervios. Cuando lo veo que después de un gol señala al cielo, me creo que se lo está dedicando a Gustavo: eran muy unidos”, cuenta después.

Respecto de la curiosidad de rosarinos o de turistas, los vecinos coinciden que es “constante cómo pregunta la gente” cuál es la casa, dónde jugaba. “La semana pasada un matrimonio brasileño me dio la cámara de fotos para que los retrate con la casa de Leo de fondo”, describió una vecina.

Las versiones son cruzadas y cada una de las señoras del barrio se disputan “la” posta: “Se mudaron a las torres nuevas que hay frente al río” –por las Dolfinas–; “va (a lo) de la tía que tiene en el centro cuando viene a Rosario, me lo dijo el abuelo”, asegura otra. “El Leo ayudó a sus hermanos; uno trabaja en el Vip –bar de Rioja y Alem– y al otro le puso un gimnasio”, afirma una tercera.

“Jugaba en la cortada”

“Los chicos le tocaban timbre para jugar a la pelota y las chicas para sacarse una foto; cómo querés que vuelva al barrio ahora, siendo lo que es. No es que se olvidó del barrio: el barrio lo quiere devorar cada vez que viene”, señala con tono filosófico un repartidor que vive por Estado de Israel en la otra cuadra de los Messi. Y asegura que hace unos años “el pibe se puso a jugar aquí en la cortada con los chicos con una pelota de tenis, pisó mal un cordón y casi se lesiona; el padre casi lo mata”.

Y concluye, como susurrando: “Si se enteran allá que éste se ponía a jugar en la calle sabés la que se arma…”.

Los vecinos coinciden en que “son una buena familia” y entienden que vayan “cada vez menos”.

“Ahora los que vienen son ustedes, los periodistas, los curiosos, los turistas que se sacan fotos, pero al Leo ya no lo vemos”, concluye Liliana con un dejo de nostalgia.

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