El chatarreo Jorge Laferrara, a quien sindicaron por sus lazos con Los Monos y luego fue vinculado a Esteban Lindor Alvarado, quedó a un paso del juicio oral y público. En una audiencia preliminar que se desarrolló este martes, la Fiscalía adelantó que pedirá 3 años de cárcel para el hombre por el delito de cohecho activo. Es que en junio pasado cargaba con un pedido de captura activo por no volver de una salida transitoria y ofreció 100 mil pesos a un agente para evitar el arresto. La justificación, no se quería perder el cumpleaños de 15 años de su hija. Jorge, es padre de Lolo y Mauricio, este último sindicado tiratiros de Alvarado e imputado por seis crímenes, entre ellos el del secuestro seguido de muerte del prestamista Lucio Maldonado ocurrido en noviembre de 2018.
Según la imputación, el 20 de junio del año pasado Jorge Laferrara, de 60 años, salía de una chatarrería, ubicada en ruta 18 entre los kilómetros 1 y 3, en una camioneta Toyota Hilux cuando se encontró con un control policial. Al ver a los policiales, Jorge puso marcha atrás y regresó a su local de venta de autopartes. Se bajó por la puerta del acompañante y se escondió, de acuerdo a lo que reconstruyó a la Fiscalía en su acusación.
Los uniformados lo ubicaron rápidamente y al constatar sus datos determinaron que contaba con pedido de captura activo. El hombre tenía una condena a 19 años por un homicidio, sentencia que había sido unificada con una de la Justicia federal por narcotráfico.
En 2015, había salido con transitoria y no volvió. Siempre según la acusación, Laferrara le ofreció a uno de los uniformados 100 mil pesos para que lo dejaran ir, le dijo que si lo arrestaban no iba a poder ir al cumpleaños de 15 años de su hija.
Esta semana, durante una audiencia preliminar, el fiscal David Carizza, en reemplazo de su par Matías Edery, adelantó que solicitarán 3 años de prisión efectiva por el delito de cohecho activo. Además, solicitó la prórroga de la prisión preventiva que Laferrara venía cumpliendo, lo que fue aceptado por el juez Florentino Malaponte que presidio la audiencia de este martes.
Un chatarrero con historia
Jorge Alberto Laferrara fue vinculado por los investigadores con el clan Cantero, primero como socio y luego como enemigo. Por los 150 kilos de marihuana incautados en el 2000 fue condenado a seis años de prisión, mientras que Ariel “Viejo” Cantero recibió cuatro años.
Tras su reclusión en un penal de Resistencia, Laferrara recuperó la libertad a finales de 2004, aunque no duró mucho en la calle: en los primeros días de 2005 volvió a prisión acusado de una tentativa de homicidio junto a su hijo mayor Lolo por el hecho ocurrido en la madrugada del 23 de enero de ese año en Balcarce al 4300, donde al menos cinco hombres bajaron de un Volkswagen Gol bordó y un Fiat 147 y enfilaron en búsqueda de René, de entonces 26 años. El joven se había peleado con Lolo, quien le juró venganza y tras la emboscada quedó varios meses en terapia tras recibir golpes, puntazos y disparos, explicaron en su momento los pesquisas para aclarar que esta acusación no prosperó.
A finales de agosto de 2005, Jorge volvió a ser detenido junto a Lolo por estar sindicados como los autores del homicidio de Agustín González, un pibe de 15 años atacado a golpes y ejecutado de un disparo en Moreno al 6400, de barrio Las Flores, a unos metros de la casa del Clan Cantero.
Por este homicidio, Jorge fue condenado a 14 años que se sumaron a otra sentencia en el fuero federal por la ley de drogas, por lo que quedó con 19 años de cárcel. El móvil del brutal crimen del adolescente fue el robo de dos caballos del predio de su chatarrería de bulevar Avellaneda al 5200, dijeron en ese momento las fuentes policiales.
Este asesinato le valió a los Laferrara el enfrentamiento con Los Monos; incluso en 2014 y mientras Jorge estaba prófugo de una transitoria, un ataque a balazos lo mandó al Heca y todos sospecharon del clan de la Granada.
La semana pasada el suboficial, Luis Quevertoque –quien supo ser uno de los investigadores que estuvieron detrás de las detención de los integrantes de Los Monos– fue condenado a tres años por integrar la banda de Alvarado. En el procedimiento abreviado se conoció que Quevertoque, a pedido de uno de los laderos de Alvarado y con la intervención del abogado Claudio Tavella que también está preso, intentó ayudar para cambiar la identidad de Jorge en el Heca para que no lo detuvieran. Lo registraron con el nombre de un familiar pero la maniobra fue descubierta y Jorge volvió tras las rejas.
En 2015, el chatarrero tuvo una transitoria y volvió a desaparecer hasta el 20 de junio pasado cuando fue detenido en el control en la ruta 18 a la altura de la localidad de Piñero e intentó coimear a los uniformados, según la acusación.
Desde esa fecha quedó preso ya que le faltaba cumplir condena por el homicidio de González, a lo que se le sumó esta imputación por cohecho que ahora está encaminada a juicio oral.
Lolo y Mauricio
En su última caída, los policías también hallaron sentado en la Toyota Hilux a otro de sus hijos: Mauricio, a quien presentó como su sobrino y el cual tenía el pedido de captura en la causa que lo tiene a Alvarado como instigador de secuestro seguido de muerte del prestamista y como el líder de una asociación ilícita integrada por jefes policiales y civiles para cometer diferentes delitos. Ese día, Mauricio escapó.
En octubre, Mauricio, de 23 años, fue detenido e imputado por seis crímenes, uno de ellos resultó ser el de Maldonado y otro, el atentado a balazos que dejó postrado a su tío Oscar “Manco” García y mató a uno de sus empleados en la distribuidora de Constitución y Lamadrid.
Poco después, cayó su hermano mayor, Miguel Ángel “Lolo” Laferrara, de 39 años, en la ciudad entrerriana de La Paz. Los pesquisas dijeron en dicha oportunidad que sobre Lolo pesaba un pedido de captura desde hacía siete años en el marco del expediente 1015/12 del Juzgado de Instrucción Nº 2 (viejo sistema penal) por el homicidio de Ricardo Barrera, causa sobre la cual los datos escasean, salvo que fue un crimen cometido el 27 de noviembre de 2012 “en un terreno donde funcionaba un horno de ladrillos”. Los detectives contaron, que lo atraparon gracias a un dato que surgió en el marco de la pesquisa por los crímenes que le imputaron a su hermano Mauricio.
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