Policiales

Asociación ilícita y muerte

Dos primos vinculados a una saga de hechos violentos quedaron presos

Mauricio Laferrara está sindicado como uno de los lugartenientes de la organización liderada por Estaban Alvarado y fue imputado por seis homicidios. El otro, es un policía en disponibilidad, acusado de participar en el ataque a una distribuidora de bebidas donde hubo un muerto y tres heridos


Mauricio Jesús Laferrara y Ángel Nahuel Bini son primos hermanos. Para la Fiscalía, Laferrara es parte de una asociación ilícita que encabeza Esteban Lindor Alvarado y que funcionó entre el 7 de septiembre de 2018 hasta fines de abril de 2019, la cual tenía tres estamentos. En el primero, estaban aquellas personas que obtenían los medios materiales necesarios para cometer delitos y los ejecutaban. Los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra explicaron este miércoles por la tarde en la audiencia imputativa que Laferrara pertenecía a este grupo, y se hizo cargo de la logística cuando Alvarado cayó preso en febrero pasado. Además, lo imputaron por el triple crimen de Granadero Baigorria de abril de 2018, el secuestro de Cristian Enrique en Cabín 9, quien apareció asesinado en noviembre pasado, y el homicidio del prestamista Lucio Maldonado, por el que también está acusado Alvarado. Junto a su primo, un policía en disponibilidad, la Fiscalía los acusó de participar en un ataque a balazos a la distribuidora de César “Manco” García que terminó en el crimen de Cristian Beliz y varios heridos, entre ellos el Manco, quien quedó hemipléjico. El defensor de Laferrara, Ezequiel Torres pidió un plazo para discutir la medida cautelar, audiencia que pasó para este lunes mientras que la jueza Valeria Pedrana dictó la prisión preventiva por el plazo de ley para su primo.

El primero de los hechos por el que fue acusado Laferrara ocurrió la tarde del 16 de abril de 2018 en Granadero Baigorria. Ese día, Gerardo “Abuelo” Abregú subió el Chevrolet Corsa que conducía a la vereda de una propiedad ubicada en Liniers 2046 de aquella ciudad. En el auto además estaban hermanos José “Grasita” y Ezequiel “Parásito” Fernández. No llegaron a bajar del coche cuando apareció un Volkswagen Bora gris con tres personas a bordo. Para la Fiscalía el conductor era Laferrara. El trío se bajó y abrió fuego contra los ocupantes del Corsa. En este caso, la acusación le achacó a Laferrara disparar en al menos 10 oportunidades con un arma calibre 9 milímetros.

Entre la evidencia el fiscal Edery, de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos, nombró un extracto del libro de guardia de la comisaría 24ª donde se indica que uno de los autores del hecho circulaba en un Bora gris a lo que sumó la declaración de un testigo de identidad reservada y el material hallado en el celular secuestrado a Laferrara. En el teléfono había fotografías del vehículo e imágenes relacionadas al triple crimen. También sumó las comparaciones de los neumáticos del auto secuestrado y las obtenidas en el lugar del hecho junto a las escuchas de la causa de la asociación ilícita donde se lo nombra como Mauri. Con estas pruebas, Mauricio Laferrara, de 22 años, quedó imputado como miembro del brazo ejecutor de la banda comandada por Alvarado.

La Hilux

Respecto a una de las armas utilizadas en el triple crimen, la Fiscalía detalló este miércoles que encontraron una camioneta Toyota Hilux negra, la cual tenía orificios de bala. En el interior, hallaron una pistola 9 milímetros que se peritó. El informe arrojó que 10 de las vainas halladas en el lugar del triple crimen fueron disparadas por esa arma. Además, los Fiscales indicaron que se constató que la chata tenía autorización de manejo para Laferrara: padre e hijo y para la pareja del primero.

El fiscal señaló que se obtuvieron filmaciones donde se observó circular la camioneta con impactos de bala y llamados al 911 que alertaron de un tiroteo entre una Hilux negra y un auto blanco a la altura de Magallanes y avenida Pellegrini donde fue abandonada. Cuando detuvieron a Jorge Laferrara en junio pasado –quien tenía un pedido de captura por no terminar de cumplir una condena por homicidio y se le abrió una nueva investigación por intento de cohecho– lo sometieron a un examen médico y los resultados constataron que tenía heridas compatibles con impactos de bala, explicaron los fiscales en la audiencia.

El triple crimen de Granadero Baigorria estuvo impune hasta este miércoles cuando Laferrara hijo fue imputado como uno de los autores de homicidio agravado por el uso de arma de fuego. Un trascendido hizo referencia a la hipótesis de que los Fernández tenía un “trabajo” que hacer pero no llegaron a concretarlo porque llegó a oídos de la contraparte y antes que pudieran materializarlo fueron asesinados.

Secuestro seguido de muerte en Cabín 9

Cristian Enrique tenía 22 años cuando la tarde del 23 de octubre de 2018 iba en su auto con su novia. Una cuadra antes de llegar a su casa, por calle Las Tacuaritas al 600, cuatro hombres en un auto blanco le cortaron el paso. Uno bajó, tenía un chaleco de la Policía de Investigaciones (PDI), gorra y chomba azul y se identificó como policía. Enrique no pudo resistirse ya que el falso policía lo obligó a bajar del auto a punta de pistola y le ordenó subir al otro que no tenía patente. El 10 de noviembre de ese año, el cuerpo de Enrique apareció en un zanjón al costado de la ruta 14, a la altura de la entrada a Soldini con un cartel que decía: “Con la mafia no se jode”.

La Fiscalía contó en la imputativa que comenzó a las 14 que el cuerpo se halló gracias a un llamado telefónico que salió de un número que sólo se usó en esa oportunidad y la línea se compró a nombre de una persona que resultó ser la titular de la Renault Kangoo que se utilizó para secuestrar a Lucio Maldonado. El dueño del utilitario dijo que el vehículo había sido robado previamente y en el interior estaba la documentación con sus datos.

Entre la evidencia del caso, los fiscales citaron la declaración de la novia de Enrique y de otro testigo presencial, también remarcaron que algunas cámaras de seguridad que captaron un Ford Focus blanco similar al de los secuestradores y un testigo de identidad reservada dijo que ese día Laferrara andaba en un Focus de ese color. Esto se sumó a que el celular de Mauricio Laferrara fue captado por una celda en el lugar del secuestro, enumeró el fiscal.

Por este hecho, la acusación imputó a Laferrara por privación ilegítima de la libertad agravado por haber simulado una orden de autoridad pública en carácter de partícipe primario.

El crimen del prestamista

A Lucio Maldonado lo siguieron desde barrio Godoy hasta su casa en Garibaldi 608. Eran cuatro hombres en un auto. Al llegar a la casa y cuando la víctima estaba a punto de ingresar, lo redujeron a punta de pistola y lo obligaron a entrar a una Kangoo blanca. Era la madrugada del 11 de noviembre pasado. Para la Fiscalía uno de esos hombres era Mauricio Laferrara. Treinta y seis horas después, el cuerpo del prestamista apareció con cuatro disparos -dos de ellos en el cráneo- en Circunvalación y Oroño. Estaba con las manos atadas y un cartel que decía: “Con la mafia no se jode”.

La investigación determinó que la víctima fue trasladada hasta un quinta ubicada en el paraje Los Muchachos, una propiedad que está a nombres de los hijos de Alvarado y el hombre tiene el usufructo. Luego volvieron a la casa de Maldonado en su auto Chevrolet Cruza y una camioneta Volkswagen Amarok blanca.

Estuvieron una media hora en el interior y se fueron en la camioneta. Ese vehículo fue encontrado, por un dato que surgió en una escucha telefónica a Jorge Laferrara. El hombre hablaba con otro que vive en Entre Ríos e intentaba vender la chata asegurando que ya no quería andar con esa camioneta por la ciudad, describieron en su acusación los fiscales Edery y Schiappa Pietra.

Una delegación policial fue hasta la provincia vecina y secuestraron la Amarok que, según una pericia tenía rastros de sangre humana en la caja, en la compuerta y en la parte trasera del habitáculo. En ese marco, los fiscales ordenaron una pericia de ADN.

La mujer que le vendió esa camioneta a Jorge Laferrara, de 57 años, fue citada a declarar debido a que hubo un hecho extraño. Tras recuperar la camioneta, una persona se presentó en Fiscalía a nombre de esta mujer y pidió la devolución de la Amarok, pero ella negó que haber mandado a alguien a hacer ese trámite.

En la audiencia explicaron que la noche del hecho Mauricio Laferrara llamó a su hermana para que se comunicara con Facundo “Lapo” Almada,  un cuidador de caballos ya imputado en el hecho e integrante de la asociación ilícita, y le dijera que estaba camino a la finca. Este mensaje surgió de un teléfono que se secuestró en el marco de la causa de la investigación por el crimen de Enrique.

El informe de la empresa de telefonía ubicó el Cruze de Maldonado en la quinta Los Muchachos y perros rastreadores detectaron sangre en un sommier que estaba en el garaje de la quinta. A las 0.42 de ese día cámaras del 911 captaron el Cruze y la Kangoo por detrás y en este horario se registraron las comunicaciones. También hubo mensajes del celular de Alvarado -imputado como instigador del crimen de Maldonado y como jefe de la banda- que vincularon a Lapo y Mauri. Para la Fiscalía estuvo en el grupo de personas que retuvieron en la quinta a la víctima por una hora y luego arrojaron el cuerpo del prestamista en Circunvalación y colectora de Autopista Rosario-Buenos Aires a las 5.12 del mismo día. También le imputaron haber adquirido la Kangoo robada.

Para el fiscal Schiappa Pietra la Amarok se utilizó para arrojar el cuerpo de Maldonado. A lo que sumó que los homicidios del prestamista y de Enrique están vinculados, por la Kangoo, ya que sacaron una línea a nombre del dueño del utilitario para llamar a la madre de Enrique y por el cartel que ambos cuerpos tenían con la misma leyenda.

Para ambos

Para los fiscales, los primos participaron en el ataque a tiros a una distribuidora de Oscar César “Manco” García -investigado por narcomenudeo y abuso de armas-, ocurrido el 7 de septiembre pasado en Constitución y Lamadrid, en barrio Plata. Los cuatro agresores llegaron en una camioneta Fiat Toro blanca. Para el fiscal Edery, al volante estaba Laferrara y su primo, el policía Ángel Bini, de 23 estaba detrás. Según reconstruyeron en la audiencia, el conductor frenó frente al comercio y disparó. Laferrara sin bajarse del coche y desde la ventanilla dirigió los tiros a Cristian “Rulo” Beliz que estaba en el portón del comercio y en el interior estaba Héctor B. junto al Manco.

La acusación dijo que Bini abrió la puerta trasera de la Toro y comenzó a disparar. Los otros dos atacantes bajaron y dispararon desde atrás de la chata y luego contra Beliz, quien ya se encontraba en el piso y murió por las heridas recibidas. Uno de los disparos entró por el portón y le pegó en la zona lumbar al Manco que quedó hemipléjico, otro de los proyectiles pego en el dedo anular de Nicolás V. y Héctor A. fue herido en el hombro. La secuencia quedó grabada en las cámaras de seguridad, dijeron los investigadores.

Tras el ataque, el conductor de la camioneta huyó y la abandonó en Viamonte y Cullen. Había sido robada el día del ataque con un arma de fuego en calle Ecuador al 700.

Por este crimen, Laferrara y Bini fueron imputados por homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas, consumado y en tentativa, lesiones leves agravadas por el uso de arma de fuego y encubrimiento. El policía quedó en prisión preventiva mientras que la cautelar de su primo se discutirá el próximo lunes.

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