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La reforma ingresó en la recta final

Por: David Narciso

La reforma impositiva parece haber ingresado en el proceso final de negociación en la Cámara de Senadores, donde por unanimidad se fijó el 12 de julio para el debate en el recinto de sesiones. Esta semana y la próxima, entonces, serán definitorias en detalles que en algunos casos exceden los posicionamientos entre oficialismo y oposición, por lo cual obligarán a pulir el debate dentro de los bloques justicialistas y del Frente Progresista. Si bien el proyecto se discute en la Cámara alta, a nadie en la Legislatura se le escapa que están activos los vasos comunicantes con la Cámara de Diputados y que se hacen consultas permanentes con los bloques justicialistas y radicales de modo de ya construir un camino seguro para su aprobación. Hay que recordar que en Diputados el oficialismo necesita sumar un mínimo de 11 votos de la oposición para sacar adelante cualquier ley.

Los puntos centrales de la reforma a definir en los próximos días:

n Fin de la exención de Ingresos Brutos a la construcción. Queda cerrar la alícuota para el sector. En las otras provincias, a excepción de las seis donde no está gravada la actividad (incluida Santa Fe), en ninguna paga menos de 1 por ciento, con casos como Buenos Aires y Capital Federal con 3,5 y 4 por ciento.

n Fin de la exención de Ingresos Brutos a la industria. Queda definir si la alícuota se aplicará a empresas que en 2011 hayan facturado por encima de determinado piso. También hay quienes impulsan que parte o todos los recursos generados por este concepto tengan asignación específica a obras públicas.

n Avalúo de propiedades. Hay sectores del PJ que se niegan a incluir cualquier actualización de los valores fiscales de las propiedades y otros, más cercanos al gobierno nacional, que propugnan un revalúo moderado. En el oficialismo también persisten diferencias sobre el punto.

La novedad es la negociación para incluir en el texto definitivo una autorización para que el Poder Ejecutivo tome créditos a largo plazo en el exterior destinados a financiar infraestructura pública de envergadura, como obras viales y grandes acueductos.

La disponibilidad y las condiciones para tomar dinero a nivel internacional son muy beneficiosas, y Santa Fe forma parte de un lote de tres provincias argentinas con excelente calificación para lograrlo, con la particularidad de que su deuda es inútilmente baja porque convive con un déficit estructural de rutas, acueductos, cloacas, ferrocarriles, etcétera. Lo posible y justo para concretar proyectos de estas dimensiones es hacerlo con préstamos a tasas internacionales y plazos de 15, 20 o 30 años para que la devolución recaiga en las distintas generaciones que harán usufructo del beneficio económico y social que producen.

Creatividad y aguante

En el primer piso del Palacio de los Leones, en ese triángulo neurálgico que conforman las secretarías de Hacienda y Gobierno con la Intendencia, asumieron que la fórmula del momento es creatividad para hacer sin plata y aguantar.

Esta etapa de la gestión es consecuente con esa máxima: no se tocan las políticas sociales y de salud; se aseguran recursos para sueldos de personal y, como no hay obra pública nueva, se vuelve a lo básico, como destinar todo el Fondo del Conurbano a bacheo y un plan de poda como hacía tiempo no se veía. La mejor noticia de las últimas semanas fue la confirmación de que en julio arranca la remodelación de Ovidio Lagos, licitada en 2011 por la provincia.

Sin embargo, el eje central de la gestión pasa por las políticas de movilidad urbana, que si bien se gestaron en la gestión Lifschitz le tocó a Mónica Fein ponerlos en práctica, tarea delicada porque afecta a cientos de miles de vecinos, peatones, conductores que entran y salen del centro repitiendo hábitos propios y comunitarios arraigados desde hace décadas.

Los cambios muestran al gobierno municipal con la iniciativa, ocupándose de un problema que tenía a maltraer a esos miles que se desplazan por el centro día a día, porque no se va a conseguir consenso total sobre las medidas para solucionar los problemas (como todavía ocurre con la polémica por la construcción de cocheras subterráneas), pero sí había acuerdo social en que la situación anterior era insostenible y no servía a nadie.

Papas calientes

La gestión Fein cuece a fuego lento las normas que regulan el uso del suelo y la construcción fuera del centro y macrocentro. Congeniar intereses no es fácil, pero dejar que el mientras tanto transcurra sin restricciones a la emisión de permisos de construcción, que generan derechos a futuro, es lo mismo que dar a los inversionistas licencias para matar barrios. Es evidente la desventaja en la que quedan los vecinos actuales, que impávidos asisten al avance de edificios que quizás cuando cierre el debate ya no se puedan levantar allí.

A lo que no le encuentra salida todavía la Intendencia es a la licitación del servicio de recolección de residuos. Las ofertas conocidas hace más de un año perfilan el posible reemplazo de Cliba, de Benito Roggio, por una nueva concesionaria. Si eso ocurre, el Sindicato de Recolectores, cuyo convenio es el de Camioneros, reclama que se indemnice a todos los trabajadores aun cuando está garantizada la continuidad laboral y la antigüedad.

La oposición aprovechó el flanco débil. Héctor Cavallero opinó que no se adjudica porque la Municipalidad no puede pagar el servicio. Jorge Boasso habló sin más de coimas. No sólo provocó el enojo del socialismo –la intendenta lo acusó de ser un irresponsable– sino de radicales de Rosario, que se quejan de que nadie en el partido, ni siquiera las flamantes autoridades, lo pone en caja. “Es más fácil pronosticar sobre la candidatura presidencial de 2015 que tratar de ordenar el partido”, chicanearon.

El secretario de Gobierno de la ciudad, Fernando Asegurado, escribió en Twitter: “Dificultades como la de Scioli en provincia de Buenos Aires y los problemas de otras jurisdicciones (en relación a deudas y pago de sueldos) ponen en valor lo logrado acá”. Podría agregarse a eso la mención de la presidenta a que Santa Fe es una de las pocas jurisdicciones que sobrevive sin auxilio de la Nación para gastos corrientes. De todos modos nadie debería cantar victoria. Los augurios para el segundo semestre no pintan mejor.

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