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“La pastilla del día después no es abortiva porque puede fallar”

Por Paola Cándido.- Elda Cerrano coordina el área municipal de Salud de la Mujer y advierte: el mal mayor “no es un embarazo”, sino un contagio.


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Las enfermedades de transmisión sexual, también conocidas como enfermedades venéreas, son un conjunto de afecciones clínicas infectocontagiosas que se transmiten de persona a persona por medio del contacto sexual, que se produce casi exclusivamente durante las relaciones sexuales, incluidos el sexo vaginal, anal y oral. Sin embargo, pueden transmitirse también por uso de jeringas contaminadas o por contacto con la sangre, y algunas de ellas pueden transmitirse durante el embarazo, es decir, de la madre al hijo. La mayor parte de las enfermedades de transmisión sexual son causadas por dos tipos de gérmenes: bacterias y virus. Elda Cerrano, coordinadora del Área Integral de Salud de la Mujer del municipio, explica que, para esquivarlas, es fundamental utilizar métodos anticonceptivos seguros, como el preservativo, y afirma que el mal mayor no es un embarazo sino las infecciones y enfermedades que pueden contagiarse: muchas se pueden curar, pero otras no.

—¿Cómo se previenen las enfermedades de transmisión sexual?

—Para evitar el contagio es fundamental conocer la existencia de las enfermedades y practicar sexo seguro: hay que usar preservativo. Y conocer los síntomas: si hay, cuanto antes un tratamiento sanitario. Además, insistir en que deben usar el profiláctico en todas las relaciones sexuales; muchos chicos consideran el sexo oral como método de anticoncepción y no es así.

—¿Hay desconocimiento sobre estas enfermedades?

—Depende en qué lugar, de cómo está constituida la pareja. Como se les enseña de chicos a no tocar los enchufes, hay que enseñarles que desde chico aprendan a respetar su cuerpo y el ajeno.

—Hay muchas realidades de vida…

—Es muy difícil colocarse un profiláctico cuando parte de la población vive el “ya” y el “ahora” y donde hay sectores que su realidad de vida, lo inmediato, es conseguir comida o droga, entonces se hace difícil lograr que utilicen un preservativo. Hay que estar metido en la realidad de ellos para darse cuenta de las dificultades que padecen, como la naturalización de la violencia. Por otra parte, hay chicos de 16 años adictos al viagra: el exceso de alcohol provoca impotencia y cómo no van a poder mantener una relación sexual. Los estimulantes excitan a los chicos y terminan en un coma alcohólico; el límite es la pérdida de conocimiento y en ese estado no pueden decidir y otros deciden por ellos.

—¿Se curan las enfermedades de transmisión sexual?

—Generalmente sí, como la gonorrea, sífilis, herpes. Es importante la consulta temprana porque va a permitir diagnosticar el tratamiento. Deben tomar conciencia de la hepatitis B, tiene las mismas vías de contagio que el sida, se contagia de sangre en sangre y pasa de la madre al hijo, tiene vacuna y se puede evitar y hay que revacunarse.  La hepatitis C tiene las mismas vías de contagio pero no tiene una vacuna mundial, por ahora. El herpes es un virus, no mata pero tiene su memoria. Si tiene condilomas, que son como unas verrugas, y la mujer está por tener un hijo, tienen que practicarle una cesárea porque si no el bebé se las puede tragar y le nacen verrugas en su aparato respiratorio y digestivo y puede ser muy grave.

—¿Y el virus de papiloma humano (HPV)?

—Se previene con el uso de profiláctico. El HPV tiene una prevención secundaria, se previene el cáncer de cuello de útero, no el HPV, mediante el papanicolau que debe hacerse anualmente desde la iniciación sexual. Existe la vacuna pero hay que tener en claro que esa vacuna no previene todos los cánceres de cuello de útero. En el imaginario popular, existe la idea que si se coloca la vacuna se erradica la enfermedad. Por ejemplo, si alguien se vacunó a los 11 años, no se sabe a ciencia cierta hasta cuándo están cubiertas. La muerte por cáncer de cuello de útero debiera ser erradicada si todas las mujeres del mundo se hacen anualmente el papanicolau y estamos lejos de eso. No existe una contraindicación de que no se pueda hacer un papanicolau durante el embarazo porque no se llega a la cavidad del útero. Más del 90 por ciento de las personas tienen HPV, no en todas se manifiesta la enfermedad porque queda acartonado en la membrana basal del tejido y nunca sabemos que lo tenemos. Cuando se hace agresivo, si lo detectamos a tiempo se cura porque se detecta en la etapa pre-invasora, antes de que sea un cáncer.

—¿Cuál es la diferencia entre infección viral y bacteriana?

—La viral no se cura, no hay tratamientos, las bacterias se pueden curar. De todas maneras, hay cosas para calmar.

—¿Cuál es la diferencia entre el VIH y sida?

—Tener VIH no quiere decir que se tiene sida. El estar infectado con el VIH significa que uno ha estado expuesto al virus y que no es definitivo que vaya a desarrollar la enfermedad. Se puede permanecer sin síntomas –portador asintomático– por mucho tiempo. Es de fundamental importancia resaltar que con el avance de los nuevos tratamientos se puede vivir saludablemente con el VIH toda la vida. El sida es la etapa avanzada de la infección por VIH con presencia de síntomas que se producen cuando el sistema inmunológico se deteriora y deja de funcionar en forma eficaz, desarrollándose enfermedades oportunistas o marcadoras debido a que se ha perdido la capacidad de defensa del organismo de luchar contra los distintos agentes que causan enfermedades. Y se transmiten a través de las relaciones sexuales, heterosexuales u homosexuales sin protección, ya sean vaginales, anales u orales, vía sanguínea, por compartir jeringas para el uso de drogas o cualquier otro elemento cortante o punzante, o a través de la transfusión de sangre no controlada.

—La pastilla del día después, ¿es abortiva?

—No, porque puede fallar. Lega a la sangre una dosis de hormonas elevadas y eso frena el proceso por el cual se hace que madure el folículo y largue el óvulo, y así evita la ovulación. Actúa antes de la unión de espermatozoide con óvulo, y luego de esa unión tenemos la falla de la anticoncepción, por eso cubre sólo un 75 por ciento. No es un método abortivo, es un método que evita el embarazo.

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