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La oposición no sale de la zona de riesgo

Por: Rubén Rabanal

La sesión del miércoles en el Senado estaba fracasada cuando la formoseña Adriana Bortolozzi de Bogado ingresó imprevistamente al recinto. Otra vez, un senador hacía la diferencia entre el éxito o la derrota tanto para la oposición como para el kirchnerismo y posibilitó que comenzará el debate.

Pero esta vez la situación tuvo algunos niveles de sofisticación, superiores a los conflictos que generó en las últimas sesiones Carlos Menem al hacer caer el quórum opositor.

Bortolozzi se sumó a la oposición para dar número, pero no apoyó ninguna de sus posturas: votó a favor del acuerdo a Mercedes Marcó del Pont y en contra de los cambios al impuesto al cheque.

Su participación, combinada con la abstención de Menem, le permitió a Miguel Pichetto ratificar a la jefa del Banco Central en su puesto y pareció que abría la posibilidad de que la oposición disparara de una vez el debate por la nueva coparticipación del impuesto al cheque.

Advertencia

No es novedad que Bortolozzi en algún momento podría generarle dolores de cabeza al oficialismo: ella votó en contra de la resolución 125 y la relación de su marido, el vicegobernador Floro Bogado, con el gobernador formoseño Gildo Insfrán está pasando por su peor momento después de que el kirchnerismo vetara a su hijo Adrián como vice en un nuevo período del actual jefe provincial. El ingreso al recinto fue, entonces, una llamada de advertencia a la Casa Rosada.

La posición de la formoseña, por otra parte, no es una isla dentro del kirchnerismo. En lo que va de 2010 se multiplicó la presencia de senadores en las comisiones y, aunque no haya habido sesiones, los movimientos en esos cuerpos son mucho mayores en los dos grupos. Eso implica un grado de beligerancia general que no era común hasta ahora.

Broncas aparte, la sesión comenzó con un éxito para el gobierno y disparó una bomba de tiempo que Morales y Verna intentaron desarmar durante toda la tarde. Ésa fue la mayor debilidad de la oposición: arriesgarse a una votación clave en contra del gobierno cuando no contaban con la seguridad de reunir los 37 votos para el cheque al final de la noche.

Como se dijo, no hubo acuerdo para armar la sesión ni en la reunión previa de Labor Parlamentaria del martes, ni en las dos que se intentaron ayer entre kirchnerismo y oposición, con Julio Cobos de por medio.

Oferta

El radicalismo le ofreció a Pichetto debatir todos los temas pendientes de la agenda sin conflictos (como la ley de mediación o la eliminación de comisiones en bancos para las cuentas sueldo) y votar el acuerdo a Mercedes Marcó del Pont. Pero a cambio de un compromiso escrito del kirchnerismo de que se mantendría en el recinto cuando llegara el momento de discutir la distribución del impuesto al cheque.

Ese acuerdo nunca se cerró, ni en la reunión con Cobos del mediodía ni luego del cuarto intermedio de ese encuentro que había pedido Pichetto para consultar, después se dijo, con Néstor Kirchner.

El jefe del bloque K nunca volvió a unirse a los opositores, que dieron, así, por terminadas las conversaciones y partieron al recinto a definir a todo o nada.

Ahí llegó la sorpresa de Bortolozzi. Pero en la estrategia opositora no se entiende por qué Morales, Rodríguez Saá y Verna aceptaron debatir en primer término el acuerdo a Marcó del Pont en lugar de imponer primero la discusión sobre el impuesto al cheque. De esa forma, la sesión quedó pendiente del quórum que aportaba el oficialismo, por entonces ya dentro del recinto.

Dos caminos hay para encontrar una explicación. Los radicales y peronistas se jugaron a ganar esa primera votación sabiendo que el kirchnerismo tenía una ausencia clave en el recinto: el jujeño Guillermo Jenefes. De ahí que el resultado, aunque favorable al gobierno, fuera tan ajustado que en principio un error de cómputo dio un empate.

Pero, además, no parecía haber demasiados caminos. Con los 37 votos necesarios para aprobar la ley del cheque (requisito de mayoría especial que exige para este caso la Constitución nacional), el quórum se confunde con el éxito, por lo que la opción se limitaba a una sola posibilidad.

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