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La migración en la Argentina de hoy

Mariana García se ocupa de estudiar el proceso de transformación de la política migratoria argentina entre el año 2000 y 2010. Para su tesis doctoral busca, específicamente, localizar los principales actores en la transformación de los patrones migratorios, descubriendo su incidencia sobre estos procesos.

Mariana García se ocupa de estudiar el proceso de transformación de la política migratoria argentina entre el año 2000 y 2010. Para su tesis doctoral busca, específicamente, localizar los principales actores en la transformación de los patrones migratorios, descubriendo su incidencia sobre estos procesos.

Para la investigadora, Rosario –como toda ciudad metropolitana y portuaria– ha sido históricamente receptiva de inmigración. Según García, la población extranjera llega hoy, en principio, por razones de carácter estructural y legislativo. “La mejora de la situación económica de nuestro país, el crecimiento del empleo y la crisis en el mundo desarrollado, en Europa y EE.UU., que resulta expulsora de población migrante y local, son causas de la llegada de inmigrantes a Rosario”, explica.

Sin embargo, la magíster en Política para las Migraciones Internacionales sostiene que una razón de peso en el aumento de la inmigración en los últimos años radica en la nueva ley de Migraciones (Nº 25871, sancionada en diciembre de 2003), que implicó un cambio sustantivo en las políticas migratorias del país.

“Hasta entonces nos veníamos rigiendo por un bando militar de la época del Proceso, con políticas funcionales a la dictadura –expone Mariana–; en cambio, la actual ley considera al migrante sujeto de derechos humanos. Esto implica que el derecho a migrar es inalienable y personal, como también lo son el conjunto de derechos que sobrevienen: a permanecer, a regularizar su situación migratoria, a estudiar, a trabajar, a gozar de salud”.

Haciendo un breve repaso histórico, dice García: “Argentina surge en el siglo XIX y XX convocando a todos los hombres del mundo a habitar nuestro suelo. Gran cantidad de la población llega atravesando el océano Atlántico. Esta realidad se sostiene hasta mediados de la década del 50. Después el volumen de población migrante comienza a transformarse: hay más migración intrarregional, proveniente de países limítrofes. Hasta el 2001 decrece el porcentaje de población extranjera, pasando del 30 por ciento en 1914 a un 4,1 por ciento, según los datos del censo de ese año. Para el 2011, sabemos que la población extranjera aumentó un 20 por ciento por encima de lo que lo hizo la población local. Es un dato importante, ya que Argentina es un país con bajo crecimiento vegetativo”.

Pocos años atrás la Argentina tenía un patrón migratorio como país emisor. Según rememora García, entre 1999 y 2003 los jóvenes argentinos partían hacia otros destinos, convirtiendo al nuestro en un país de emigración. Este proceso se detuvo relativamente. “Hay autores que plantean que Argentina es un país de triple patrón migratorio: migración transatlántica, migración intrarregional y emigración. Estos tres movimientos de migración hacen que en algunas oportunidades nuestro país sea un país de tránsito, pero éste no es su rasgo característico central”.

En los últimos años, se registran retornos importantes de quienes migraron por la crisis del 2001. “La política científico-técnica del país hace que muchos científicos vuelvan a trabajar aquí. También el factor de la crisis internacional pesa como causa para el regreso. Muchos argentinos viajaron a España o a Italia con la doble nacionalidad y hoy retornan porque allá están parados, o bien porque tienen un proyecto familiar que construir en su país de origen y la mejora económica lo hace plausible”, explica Mariana.

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