Los rinconeros de la Sexta son un grupo de gardelianos, destacados músicos y compositores locales que se juntan los viernes a comer asado, tomar vino y escuchar tangos. En algún momento de la noche alguno desenfunda un instrumento y da inicio a un concierto único e irrepetible. Nunca falta un poeta que improvisa versos, un viejo bailarín que se jacta de sus anécdotas de milonguero o algún pibe talentoso que violín en mano bate a duelo a un maestro del bandoneón. Son una especie de guardianes del tango que debaten celosos mitos y verdades de antaño, mientras con su arte siguen haciendo historia, comprometidos con la realidad actual. Así surgió la reversión del clásico Qué me van a hablar de amor, que hace un año Leonel Capitano tocó por asalto en un programa de televisión que se trasmitía en directo desde la Peatonal Córdoba. Esa fría mañana de agosto, a días de la veda electoral por las legislativas de 2017 y con las guitarras del Escolaso Trío de fondo, el joven rimó los versos de Homero Expósito estrenados en 1946 con las cuentas offshore del presidente Mauricio Macri, filtradas por los Panamá Papers. La salida al aire se viralizó en las redes y fue tendencia durante días. Para el artista local se trató del primer acto de Guerrilla Cultural, como denomina a una productora que lanza este jueves al cumplirse un año de esa intervención.
“Guerrilla Cultural, más que una productora es un concepto para manifestar desde el arte una posibilidad de enfrentarse al enemigo cercano: los poderes especulativos, tanto mediáticos como políticos, que operan en la ciudad de Rosario”, resumió Leonel a El Ciudadano.
“Hablo de manifestarnos con el arte contra el enemigo que puede hacernos daño. Es decir, aquel que es tangible y que está cerca. En ese marco estamos lanzando este concepto, si bien es una productora porque vamos a producir tres videoclips (el primero se va a estrenar en octubre próximo), lo hacemos en este caso un 9 de agosto, porque se cumple un año de lo que muchos amigos llamaron el «peatonalazo», que fue la intervención que tuvimos en Canal 3”, recordó Capitano.
“Ese hecho es un poco fundacional de este concepto de Guerrilla Cultural. Tiene que ver con buscar la manera de poner en jaque, desde el lugar que se pueda, las estructuras que operan para la difusión de la información, la difusión del arte; y ofrecer desde el arte, casualmente, un desarrollo de esas posibilidades”, explicó Leonel mientras tarareaba entre risas Qué me van a hablar de off shore, la versión que cantó en la televisión rosarina y que surgió de las entrañas de las tertulias tangueras en la casa del bandoneonista Carlos Quilici, donde sus amigos gardelianos –entre ellos el historiador Lautaro Kaller– prácticamente se comunican en rima como parte de un juego convertido en ritual.
“Salió de una práctica que tenemos con un grupo de amigos, que son Los rinconeros de la Sexta, en donde empezamos a cambiarle las letras a algunos tangos respetando la rima original para que suenen igual, pero cambiando completamente el contenido y darle así un carácter político y de denuncia”, explicó Leonel, tras confesar que nunca pensó que su intervención “en vivo” iba a tener tanta repercusión: “El video fue trending topic (el más compartido en las redes sociales) y tuvo repercusión nacional e internacional”.
Opuscantropus
El primer material que va a lanzar la productora Guerrilla Cultural, es un videoclip de un vals peruano escrito por Capitano que llamó Opuscantropus: “Es un concepto que ya utilicé en un tema anterior que se llama La fundición libertad, que tiene que ver con un producto armado, aggiornado de la derecha. Hoy en día la derecha con fines electorales debe aggiornarse, debe cambiarle un poco la pinta, podríamos decir, a sus exponentes para que no queden expuestos sus verdaderos intereses. Entonces, el opuscantropus es un producto de esta reformulación estética de la derecha, que incluso viene con fuerza en Rosario y está basada en ese personaje, que si bien tiene nombre ficticio, en la realidad tiene su correlativo”.
Leonel adelantó que el video lo dirigió y produjo junto a dos amigos: Maru Solanas, “una actriz rosarina de mucha trayectoria, y Juanpi Tabbita, otro amigo que surgió del riñón de lo que fue nuestro bastión cultural, la Chamuyera. Entre los tres concebimos el argumento de este videoclip sobre mi tema musical”.
Capitano mencionó a varios artistas locales que participaron de la propuesta (Santiago Acchili, Juan Nemirovsky, Miguel Bosco, Nelson Cabrera, el Flaco Oronao, el Escolaso Trío y el violinista Simón Lagier, entre otros) pero destacó la participación de Miguel Franchi, a quien definió como la persona que más llevó adelante el concepto de Guerrilla Cultural y territorial a través de su personaje Germinal Terrakius. “Para mí es un enorme referente de lo que tiene que ver con tomar el arte como arma para hablar de la realidad cotidiana y de la realidad cercana. Es un enorme honor que haya participado en el video”, reconoció Leonel.
Lo político y lo social
Capitano reflexionó que “la derecha no puede contar con nosotros, con los artistas. Por lo menos con aquellos que concebimos el arte como una necesidad de expresión genuina. De todo lo que nos subyuga, lo existencial, pero fundamentalmente lo político y lo social. Creo que es hora, los tiempos nos obligan. Esta nueva concepción del autoritarismo, que es el monopolio mediático, nos obliga a pensar y ser originales, no solamente en cómo nos vamos a expresar artísticamente sino dónde y de qué manera. Básicamente es lo que constituye la guerrilla cultural”.
Para el compositor rosarino, se trata de una “concepción que está para utilizarse como un arma a favor del campo popular, y a favor de los intereses de los que más están sufriendo la realidad que nos toca vivir, cada vez más dura para el pueblo trabajador”.
Cuerpo a cuerpo
Para Leonel, son tres las condiciones que marcan el concepto de Guerrilla Cultural: “La primera, hacerla con los recursos que se tengan, con improvisación y originalidad. La segunda es la territorialidad. El ocupar los espacios. Saber atacar y fugarse. Y por último, el cuerpo a cuerpo. Que aquello de lo cual vayamos a hablar esté cercano y pueda hacernos daño”.