Gremiales

Grave conflicto: Trabajadores tomaron Vassalli

Los empleados de la fábrica de cosechadoras quedaron desde ayer custodiando la planta de Firmat ante el temor de un vaciamiento de los gerenciadores. “Usamos la tarjeta de crédito para comer y no la podemos pagar”, describió un obrero.


Los trabajadores de la fábrica de cosechadoras Vassalli Fabril SA tomaron este viernes la planta ubicada en la ciudad de Firmat ante el temor de un vaciamiento por parte de los gerenciadores de la firma.

El representante legal de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Pablo Cerra, explicó que los empleados “decidieron en una asamblea iniciar un plan de lucha gremial que consiste en la conservación y en la tutela de la empresa a los efectos de evitar el vaciamiento”.

“Van a custodiar la empresa las 24 horas por tiempo indeterminado hasta tanto los responsables cumplan lo acordado y los trabajadores puedan cobrar lo que se les adeuda”, enfatizó.

Los responsables de la compañía se reunieron a comienzos de este mes con la representación gremial de la UOM Rosario y la UOM Firmat en el Ministerio de Trabajo provincial, donde alcanzaron un acuerdo para cancelar progresivamente la deuda salarial de 70 mil pesos en promedio que la firma mantiene con sus más de 300 empleados. Pero los pagos nunca llegaron. La última vez que los obreros cobraron fue en enero.

“La situación es insostenible. En la última audiencia habíamos comprometido al gobierno provincial para que intervenga en el conflicto como órgano de contralor, lo hizo muy bien y ayer nos entregó un informe que es lapidario respecto al estado financiero y productivo de la empresa”, remarcó Cerra.

“A raíz del informe que muestra pérdidas muy grandes y con la falta de confianza que generó la actitud de la empresa, no sólo con los empleados sino también con el mercado, es que los trabajadores consideran que hay un vaciamiento progresivo”, explicó.

Durante una asamblea realizada ayer en las puertas de Vassalli, los trabajadores señalaron que “el diálogo con la empresa está totalmente cortado”.

No obstante, representantes gremiales de la UOM se reunirán en las próximas horas con autoridades del Ministerio de Trabajo santafesino para informar sobre la situación.

 

La voz de un laburante

Javier tiene 43 años y hace 16 que trabaja en la sección de corte y estampado. Tiene tres hijos que mantener.

“Las boletas de luz, de gas y de agua llegan con aumento. Y no las podemos pagar. Usamos la tarjeta de crédito para comer y tampoco la podemos abonar. Tenemos que pedir a familiares o conocidos para que nos ayuden. Estamos en una situación muy difícil en todos los hogares”, se lamentó el operario en diálogo con El Ciudadano.

“Nadie viene a darnos una respuesta. Nadie nos da una solución, ni esperanza. La empresa tiene una deuda financiera y productiva enorme que nadie dice cómo la va a levantar. No nos quedó otra que tomar esta medida, que no es lo que queríamos. Queremos trabajar y cobrar como corresponde, pero lamentablemente eso no está pasando”, agregó el obrero.

Javier contó que todos los compañeros de la fábrica están unidos pero “darle una solución definitiva al problema no depende de nosotros”.

“No es grato parar la planta. Queremos que la empresa siga en funcionamiento. No sólo para nosotros sino para las generaciones que vienen. Muchos padres, hijos y nietos trabajaron en esta empresa”, remarcó Javier.

“El 99, 9 por ciento de los compañeros estamos subsistiendo de los que nos ayudan nuestras familias. Esperemos que todos se hagan eco de lo que está pasando porque esta situación es terrible y deplorable para cualquier trabajador. La Nación se borró desde el vamos, nunca se hicieron cargo. Queremos que nos escuchen para que nos ayuden a salir adelante, queremos nuestras fuentes de trabajo”, concluyó el trabajador.

 

El conflicto

La crisis de Vassalli se extiende ya desde hace tiempo.

El año pasado, los nuevos titulares de la firma habían planteado la necesidad de ofrecer retiros voluntarios para achicar el plantel de 500 trabajadores con el que contaba la empresa, al considerar que la cantidad de empleados no era compatible con sostener y fortalecer su funcionamiento.

Tras eso llegaron los incumplimientos salariales, que condujeron a la realización de medidas de fuerza de parte de los empleados, quienes incluso llegaron a cortar en más de una ocasión la ruta 33.

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