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Macri no quiere violencia ni químicos

Estados Unidos avisó que podría repetir bombardeos a Siria

¡Misión cumplida!, se ufanó el presidente Donald Trump. Su par argentino leyó un comunicado que navega en la formalidad diplomática


El viernes mismo hubo una nueva reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas por la situación de Siria en la que el secretario general de la organización, Antonio Guterres, había formulado un llamado urgente a las partes a actuar con “responsabilidad” y evitar una “escalada militar total”. Estados Unidos, junto a sus aliados del Reino Unido y Francia, de nuevo desoyeron al organismo multilateral y lanzaron un fuerte ataque con misiles contra –dijeron– tres objetivos sirios que relacionan con la producción de armas químicas. “Misión cumplida”, sintetizó este sábado el presidente Donald Trump, para quien las operaciones militares sobre dos ciudades del país de medio oriente fueron “ejecutadas perfectamente”. Y “podrán repetirse”, añadió la diplomacia estadounidense. El mandatario Mauricio Macri, por su parte, leyó un comunicado de la Cancillería argentina durante su participación en la Cumbre de las Américas que se desarrolló en Lima, Perú. El texto, por un lado, llama a “preservar la paz y seguridad, evitando acciones que generen una escalada de tensión”, pero por otro indica que el gobierno de Cambiemos “renueva su firme condena al uso de armas químicas tal como ha ocurrido en los últimos días en Siria”, lo que, aunque sin explicitarlo, alude a los argumentos de la Casa Blanca.

Los sorpresivos bombardeos fueron lanzados en respuesta a un presunto ataque químico perpetrado el 7 de abril y atribuido al régimen sirio sobre la ciudad de Duma, que era hasta entonces el último bastión rebelde en Guta Oriental, al este de Damasco, y que según el gobierno sirio fue recapturado en su totalidad este sábado.

La Casa Blanca informó que los ataques en Siria se concentraron en centros de investigación y sitios militares vinculados al programa de armas químicas del régimen del presidente sirio Bashar al Asad: uno en las afueras de la capital, Damasco, y dos en la provincia de Homs, en el centro del país. Se trata, de acuerdo a Estados Unidos, de instalaciones que desarrollan la producción de tecnología química y biológica, laboratorios y un presunto depósito de armas químicas.

La organización Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) agregó en consonancia que todos los blancos son sucursales del Centro de Estudios y de Investigaciones Científicas (CERS), que depende del Ministerio de Defensa. Estados Unidos había acusado ya a este centro de desarrollar gas sarín, un arma que según la ONU fue utilizada en un ataque químico en la localidad siria de Jan Cheijun (noroeste).

 

45 minutos en el infierno

Las explosiones alrededor de la capital siria comenzaron a escucharse poco antes del amanecer local de este sábado. Las detonaciones de misiles se extendieron por 45 minutos, y se mezclaron con el ruido de los aviones de combate.

En Damasco, el presidente Asad cuestionó la “agresión” y redobló la apuesta: no hace más que “reforzar su determinación de seguir luchando y aplastar el terrorismo”, dijo en referencia a los grupos rebeldes que buscan sacarlo del poder.

El oficialismo sirio interpretó los bombardeos como una señal de la victoria del gobierno, que recuperó el bastión rebelde de Guta Oriental, a las puertas de Damasco. En la mañana de este sábado, los medios de comunicación públicos locales anunciaron la entrada de las fuerzas de seguridad en Duma, el último enclave resistente en la región. Los insurgentes de Yaish al Islam, de hecho, habían aceptado evacuar la ciudad un día después del presunto ataque químico atribuido a Siria por las potencias occidentales. Las fuentes de la coalición liderada por Washington afirmaron, aunque no mostraron pruebas de su autoría, que esas acciones habían causado más de 40 muertos.

 

Un ataque por investigar

Las autoridades de Damasco acusaron a las potencias occidentales de intentar, con los bombardeos, obstaculizar una misión de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (Opaq), que este sábado debe iniciar una investigación en Duma sobre el presunto ataque químico que Washington atribuye al gobierno sirio.

 

Rusia amaga

Rusia, por su parte, solicitó una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU para discutir el cuadro de situación. El Ejército ruso aseguró este sábado que las defensas antiaéreas sirias lograron interceptar 71 de los 103 misiles lanzados por las fuerzas estadounidenses, francesas y británicas, y que no hubo víctimas humanas. Tanto el gobierno de Moscú, aliado del presidente Al Asad, como el entorno del propio presidente sirio afirmaron que no hubo víctimas en los bombardeos occidentales. El observatorio OSDH, en cambio, mencionó 18 víctimas fatales.

Una explicación (en cinco minutos) para entender el conflicto en Siria pic.twitter.com/tkS2lo0DgO