Los trabajadores de Mefro Wheels cortaron ayer una de las arterias de Ovidio Lagos a la altura del 4400 por lo que consideraron “el cierre inminente” de la fábrica de llantas por parte del nuevo accionista alemán. Según la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), la empresa no da respuestas que garanticen la producción ni las fuentes laborales. Incluso, ofreció una indemnización de sólo el 60 por ciento que fue rechazada en asamblea. Desde el gremio dijeron que sólo aceptarán el 100 por ciento del monto indemnizatorio, aunque la prioridad es la continuidad. Además, volvieron a cargar contra el nuevo dueño, a quien señalaron como representante de una empresa financiera de “desguace y vaciamiento”. La semana pasada, el ministro de Producción, Luis Contigiani, propuso que el Gobierno Nacional cierre por un año la importación de llantas de Mefro Alemania para evitar el cierre de la fábrica rosarina, única en el país en su tipo. Desde Cambiemos, la única respuesta fue un tuit del diputado provincial Roy López Molina, que lo tildó de “castrista”.
Ayer a la mañana, la incertidumbre de los trabajadores de Mefro Wheels llegó al límite. Con dos meses de atraso en el cobro de sueldos y con la planta con la producción casi parada por falta de inversión por parte de los nuevos accionistas, consideraron que “el cierre es inminente” y decidieron salir a la calle “a hacer ruido”. Así, cortaron una de las arterias de Ovidio Lagos al 4400, donde está ubicada la fábrica de llantas.
En diálogo con El Ciudadano, el secretario general de la UOM, Antonio Donello, sostuvo que en la reunión con el nuevo accionista alemán sólo hubo negativas: “Dijo que no iban a poner un peso en la planta y ofreció el 60 por ciento de la indemnización, algo que fue rechazado rotundamente por la asamblea”. En este sentido, agregó que desde el gremio el objetivo principal es la continuidad de las 170 fuentes de trabajo y, en el peor de los casos, que se pague el 100 por ciento de la indemnización. Además, dijo que la semana que viene los trabajadores y el gremio se movilizarán a la Embajada Alemana en Buenos Aires para hacer visible el reclamo.
El conflicto en Mefro Wheels comenzó cuando la firma alemana vendió sus acciones argentinas a una empresa de reestructuración financiera, también alemana. Poco después, el dos de enero los trabajadores fueron desafectados de sus tareas. Ese día llegaron a la planta y el gerente general les informó que no podían ingresar porque no había materias primas para trabajar. Los operarios decidieron montar una guardia con el fin de que nadie se lleve las maquinarias, únicas garantías de la continuidad laboral. Con una empresa totalmente ausente, el 12 de enero, acordaron en el Ministerio de Trabajo volver a trabajar, dejando de lado la deuda salarial. El dinero con el que debía hacerse este pago fue destinado a la compra de materias primas para producir. Hace diez días, se concretó una reunión entre la UOM y el nuevo accionista alemán que sólo empeoró el panorama. Según el gremio, Mefro Alemania se desprendió de la planta argentina y continuó vendiendo a los clientes nacionales llantas importadas. Mientras, la nueva empresa financiera se ocupa de vaciar la fábrica rosarina a través de la desinversión: no paga sueldos ni compra materias primas.
A partir de esta maniobra, el ministro de Producción, Luis Contigiani, propuso que el gobierno nacional cierre la importación de llantas de Mefro Alemania para evitar el cierre. Pero desde el gobierno nacional no hubo respuesta alguna y sólo tuvo ese carácter la chicana enviada por un diputado provincial de Cambiemos.
Mefro Wheels tiene la capacidad de fabricar 120 mil llantas por mes. En 2010, la producción alcanzó el millón y medio de ruedas anuales, pero la cifra empezó a caer desde entonces. El momento más crítico fue el año pasado cuando sólo se vendieron 300 mil piezas. Desde la UOM atribuyeron la caída abrupta a la apertura indiscriminada y descontrolada de las importaciones, producto de las políticas del gobierno de Cambiemos. Hoy, es la única fábrica del país que produce ruedas, por lo que su cierre implicaría que el producto sólo se adquiera importado.
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