El presidente de la empresa de energía estatal Enarsa, Exequiel Espinosa, renunció ayer a su cargo aduciendo “motivos personales”, según informó el Ministerio de Planificación Federal. La renuncia de Espinosa se produce en momentos en que el empresario Lázaro Báez –en una de cuyas empresas Espinosa constituyó domicilio fiscal en Comodoro Rivadavia– se encuentra imputado por la Justicia por presunto lavado de dinero.
“El Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios informa que en el día de la fecha el presidente de Energía Argentina SA (Enarsa), ingeniero Exequiel Omar Espinosa, presentó la renuncia indeclinable a su cargo por motivos personales”, indicó la cartera en un comunicado de prensa. Luego de repasar las actividades desarrolladas por la compañía, finaliza indicando que Espinosa “participó de la intervención de YPF luego de la decisión de recuperar el 51 por ciento de las acciones por parte de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner”.
Espinosa, de 65 años, se desempeñaba como titular de Enarsa desde la creación de la compañía, en diciembre de 2004 y desde el año pasado es el gerente de Exploración y Producción de YPF. Espinosa, un hombre de confianza del ministro de Planificación Julio de Vido, venía siendo criticado por su gestión al frente de la compañía. Según NA, trascendió que tenía enfrentamientos con el titular de YPF, Miguel Galuccio, y con José Carabales, vicepresidente de la empresa estatal y hombre de confianza del viceministro de Economía, Axel Kicillof. Espinosa era atacado internamente desde sectores de La Cámpora por la utilización de subsidios. “Renunció, no se aguanta más a los pibes”, confió una fuente de la empresa a NA.
La ley de creación de Enarsa le concede a la empresa “la titularidad de los permisos de exploración y de las concesiones de explotación sobre la totalidad de las áreas marítimas nacionales que no se encuentran sujetas a tales permisos”. Enarsa es, junto con Cammesa, la principal receptora de los subsidios económicos otorgados por el Estado nacional, principalmente por la importación de combustibles para el abastecimiento de las centrales térmicas y el consumo industrial y residencial.
A pesar de ser un funcionario de baja exposición pública, el nombre de Espinosa comenzó a hacerse conocido en 2007, a partir de haber formado parte del vuelo proveniente de Venezuela en el que se registró la famosa “valija” de Guido Antonini Wilson, con casi 800 mil dólares sin declarar.
Asimismo, uno de los domicilios fiscales alternativos que Espinosa informó a la Afip coincide con el de una petrolera propiedad del empresario Lázaro Báez, actualmente investigado por la Justicia por posibles maniobras de lavado de dinero. A ese vínculo se suma que el contador Jorge Cerrota, que se desempeñara en Enarsa, fue director general de la financiera SGI, a partir de que allegados a Báez habrían desplazado de la compañía a Federico Elaskar.
La página web del diario Clarín indicó que “en los últimos días se supo que Cerrota trabajó en Enarsa y en la financiera hasta que el escándalo político y judicial por la ruta del dinero K fue masivo, revelaron fuentes de Enarsa”. Según consta en el Boletín Oficial, Cerrota asumió como director de SGI en julio de 2011, justo cuando la financiera dejó de ser controlada por su fundador, Federico Elaskar.
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