Ciudad

El Teléfono Verde atendió 142 casos durante enero

Desde el Área de la Mujer municipal pidieron que se incorpore la figura del feminicidio al Código Penal.

El Área de la Mujer, de la Secretaría de Promoción Social de la Municipalidad, atendió durante enero pasado 142 llamados al Teléfono Verde con pedidos de ayuda por parte de mujeres que sufrieron algún tipo de violencia doméstica. De ese total, 25 casos fueron evaluados como urgencias que ameritaban otro tipo de intervenciones profesionales. En 14 casos resultó necesario habilitar la feria judicial para tomar medidas de protección amparadas por la ley 11.529 de violencia familiar; en tanto, diez mujeres presentaron signos de violencia física y siete de ellas requirieron ser alojadas en centros de protección. Todos estos datos surgen a partir de los resonantes casos de violencia de género que en los últimos días se instalaron en los medios de comunicación.

En tanto, en cuanto al abordaje de la problemática, la dependencia municipal formuló algunas consideraciones sobre el tratamiento mediático, social y judicial de tales hechos, advirtiendo que “preocupa profundamente cuáles son los mensajes subyacentes que se están instalando en la sociedad con respecto a este tipo de violencia”. Y en el mismo sentido insistió en que “el feminicidio, tanto como la violencia de género, deben ser incorporados como figuras en el Código Penal, y se tiene que establecer un régimen especial de procesos y condenas. La naturalización de la violencia de género, el silencio, la falta de sanciones legales efectivas y eficientes, coherentes con la problemática, son causa de muerte de mujeres, invalidez y deterioro psicológico que dañan severamente no sólo a ellas sino también a sus hijas e hijos”.

La violencia en Rosario

La ciudad de Rosario no es una excepción respecto del aumento de denuncias de violencia de género, tal como arrojan las cifras a nivel nacional.

Según lo aparecido en los medios masivos de comunicación en los últimos 15 días de este año, ya fueron siete las mujeres que sufrieron graves quemaduras en los cuerpos, cuatro de ellas ya han fallecido y otras siguen en grave estado. Si a éstas se les suman las ocho mujeres que fallecieron incineradas en 2010 y otras cinco más que sobrevivieron a las quemaduras que les habrían provocado sus parejas o ex parejas, en los seis meses que siguieron a la muerte de Wanda Taddei (quemada por su pareja, Eduardo Vázquez, ex baterista de Callejeros), la cifra es preocupante.

“La agresión a las mujeres a través del fuego es una metodología que tristemente se ha actualizado y realmente sorprende su repitencia, así como los argumentos de los feminicidas: «Ella se quiso quemar», «se roció con alcohol y se prendió fuego sola, yo la quise ayudar»”.

Según Indeso Mujer, ONG rosarina de reconocida trayectoria, desde noviembre de 2009 hasta octubre de 2010 fueron 290 los feminicidios ocurridos en Argentina, de los cuales 199 resultaron de carácter íntimo. Esto es cuando el asesino tiene o ha tenido una relación íntima, familiar o de convivencia con la víctima. El feminicidio o femicidio es la forma más extrema de violencia contra las mujeres y casi siempre lo comete un hombre vinculado afectivamente con ellas.

“A lo aberrante del feminicidio se le suman los casos de agresiones por el fuego, un plus de sadismo que remonta a la Edad Media, a las muertes públicas de mujeres en las hogueras de la Inquisición, «por saber más de lo conveniente» y por lo tanto negarse a ser las mujeres que el patriarcado esperaba”, indicaron desde el Área de la Mujer municipal. Y añadieron: “Preocupa profundamente cuáles son los mensajes subyacentes que se están instalando en la sociedad con respecto a este tipo de violencia. Si el crimen de Wanda Taddei en manos de su pareja, Eduardo Vázquez, no hubiese estado acompañado de un manto de impunidad, ¿se hubieran dado tantos hechos seguidos con la misma metodología?, ¿qué se le está sugiriendo a los varones violentos, potenciales asesinos? y ¿qué mensaje se les trasmite en estas circunstancias a las mujeres entrampadas en una relación violenta? Muchas han escuchado de boca de sus agresores la amenaza: «Te voy a quemar viva, te voy a prender fuego a vos y a la casa con los chicos adentro». Los casos de mujeres muertas por quemaduras refuerzan la eficacia de las amenazas y tornan más vulnerables a las otras mujeres, las que miran por televisión que esa realidad es totalmente posible”.

Ana María Fernández, profesora de la Facultad de Psicología de la UBA y autora de numerosas obras con perspectiva de género, analiza: “Como un robo, el asesinato de una pareja es un hecho premeditado. Ninguno de estos asesinatos es producto de la emoción violenta. Lo que demuestra que no son crímenes pasionales (…); la muerte por quemaduras es difícil de probar. Y han recurrido a esta metodología como estrategia judicial”.

Numerosas organizaciones feministas llaman la atención sobre el modo de investigar estos hechos: la Justicia demora la investigación del supuesto agresor esperando que la víctima pueda declarar (ante la ausencia de testigos, ya que en la mayoría de los casos el último en ver a la mujer fue su pareja) y de esta forma la orden de allanamiento del lugar donde se produce el hecho tarda en llegar, dándole así tiempo al feminicida de alterar la escena del crimen. Se le suma el hecho de que el fuego es lo más efectivo para borrar huellas y pruebas.

Eva Giberti, coordinadora del programa “Las víctimas contra las violencias”, también coincide sobre la premeditación de este tipo de actos: “Dentro del campo de las violencias familiares o domésticas (cualquiera de las dos expresiones es semánticamente discutible), haber incorporado esta nueva amenaza, que comprobadamente se reitera, alerta acerca de la premeditación que se pone en juego: ha sido preciso pensar en el líquido que podría utilizarse, tener cerca el fósforo o el encendedor, y seleccionar la ocasión. También fantasear con los resultados del hecho: «La dejo marcada para siempre». O bien: «La mato»”.

El feminicidio es un acto particular con un plus de violencia, no es solamente un crimen o un intento de asesinato. Refuerza la creencia ancestral de que las mujeres son más objetos que sujetos, más propiedad que propietarias, más pasivas que activas. Ese plus, que es pura misoginia, debe ser expresado también en un plus de castigo para los culpables, sostienen las organizaciones de género.

El feminicidio y la violencia de género deben ser incorporados como figuras en el Código Penal, y se tiene que establecer un régimen especial de procesos y condenas, añaden.

“La naturalización de la violencia de género, el silencio, la falta de sanciones legales efectivas y eficientes, coherentes con la problemática, son causas de muerte de mujeres, invalidez y deterioro psicológico que dañan severamente no sólo a las ellas sino también a sus hijas e hijos. Como sociedad, debemos trabajar desde todos los sectores para asumir este compromiso y poner freno a estas crueldades y ensañamiento”, sostienen desde el Área de la Mujer.

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