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El espíritu precolombino se paseó e hizo oír en Rosario

La ciudad fue sede del Encuentro Nacional de Sikuris, un instrumento de viento hecho con cañas extraídas de la Pacha Mama.


monumentodentro

Por segundo año consecutivo Rosario fue sede del Encuentro Nacional de Sikuris que comenzó el sábado al mediodía en el predio de la ex Rural y culminó ayer por la tarde en el Patio Cívico del Monumento a la Bandera con un importante despliegue de color, música y danzas originarias. La ocasión reunió a unas 20 bandas de distintas ciudades del país dedicadas a la práctica y enseñanza del sikus. Según explicaron los organizadores, se trata de “un instrumento de viento hecho con cañas extraídas de la Pacha Mama que encierra la magia, el ritmo y el saber de las culturas precolombinas”.

Desde hace varios años, en Buenos Aires se lleva a cabo una actividad similar pero de carácter internacional y mayor envergadura llamada Mathapi Aptapi Thiuncu, de la que participan agrupaciones de Bolivia y Perú, como también de las provincias del norte argentino. “La idea de hacer este encuentro en la ciudad surgió como una forma de devolución a los que se vienen haciendo en Capital Federal”, explicó Marcos Colussi, integrante del conjunto local Sikuris de Tama. Para el músico, la experiencia que dejan estas propuestas “son enriquecedoras porque se pueden compartir los distintos puntos de vista de las diferentes bandas, los distintos estilos musicales y la estética que tiene cada una”.

Hay un eje en común que une a los que forman parte de la comunidad de los Sikuris y es la revalorización y el respeto del espíritu precolombino. “Pretendemos resaltar la cultura que nos dejaron nuestros ancestros, no importa el idioma que se tenga, si es autóctono es bienvenido”, dijeron Germán y Aymatá, quienes llegaron de Bolivia y en 1998 fundaron en Capital Federal el grupo “Waynamarka”, que significa “País joven”. Ambos pasaron la noche del sábado en los galpones de la ex Rural, en el Parque de la Independencia, junto a las demás agrupaciones que llegaron a Rosario desde las ciudades de Santa Fe y Buenos Aires. Si bien la temperatura promedió los cuatro grados, los visitantes aseguraron que el calor de las fogatas, la comida caliente y la música que sonó hasta pasadas las tres y media de la mañana “hicieron que el frío ni se sintiera”.

El trabajo de los Sikuris demanda esfuerzos y tiempo extra, de una manera similar a lo que requiere llevar adelante una comparsa de carnaval. “Si bien cuando tocamos con otras agrupaciones se van escuchando al mismo tiempo diferentes ritmos, lo que para nosotros es un intercambio muy rico, también mostramos lo que vamos haciendo durante el año, cómo se trabaja en el vestuario, en la fabricación de los instrumentos o en las danzas. Hay muchas personas atrás que hacen cosas que no se ven y que ponen el cuerpo en el día a día”, dijo Aymatá, y confesó que con el paso de los años llegan a ser como una gran familia Sikuri.

Mathapi Aptapi Thiuncu

El 17 de agosto próximo se llevará a cabo en Buenos Aires el encuentro Mathapi Aptapi Thiuncu, pero durante los tres días previos tendrá lugar en el Centro Cultural Rojas, de esa ciudad, un congreso internacional en el que se realizarán ponencias, charlas, talleres y foros de debate.

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