Últimas

El primer San Fermín dejó 4 heridos

En cuatro minutos de pura adrenalina, miles de “mozos” de todo el mundo participaron ayer en el primer encierro de las fiestas de San Fermín, que abrió un ritual que se repetirá todas las mañanas en esta ciudad norteña de España hasta el próximo día 14.

En cuatro minutos de pura adrenalina, miles de “mozos” de todo el mundo participaron ayer en el primer encierro de las fiestas de San Fermín, que abrió un ritual que se repetirá todas las mañanas en esta ciudad norteña de España hasta el próximo día 14.

A primera hora de la mañana, mientras los últimos juerguistas de la noche abandonaban las calles del centro histórico de Pamplona, otro público fue tomando posiciones a lo largo de las vallas de protección que delimitan el recorrido de 848,6 metros por el que correrán toros y mozos.

En este primer encierro han resultado heridos y hospitalizados un australiano, un estadounidense, un británico y un español, aunque ninguno por las tan temidas cornadas de los acosados animales.

En cuatro minutos y seis segundos los toros recorrieron un camino con peligrosas curvas como la de Mercaderes, que forma un ángulo de 90 grados en la que solían resbalar y amontonarse hombres y bestias, lo que ocurre con mucha menos frecuencia desde que se esparce sobre el pavimento una pintura antideslizante.

“La carrera ha sido muy, muy peligrosa. Hay demasiada gente –el año pasado fueron casi 13.000 los corredores–, gente sin experiencia, que no sabe valorar dónde está el peligro”, dice Marcos Sales, un español de 35 años que ya ha participado seis veces en estas fiestas de San Fermín.

“El alcohol es una cosa y los toros es otra. Mezclarlas es peligroso”, añade Julián Tebar Almena, de 43 años.

Para él, el ambiente ha cambiado: “Antes se hacía fiesta, pero la gente que venía a correr el encierro venía a correr. Ahora no”.

Cada año, entre 200 y 300 mozos resultan heridos, y desde 1911 cinco personas han muerto, el último, un español en 2009.

Comentarios

10