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Duras críticas del gobierno al Servicio Cívico Voluntario

Garré y el senador Pichetto lo calificaron de “mamarracho” y “reminiscencia” del viejo servicio militar.

Referentes del oficialismo salieron ayer a descalificar el proyecto de Servicio Cívico Voluntario, aprobado por el Senado en la sesión del miércoles, que propone que ciudadanos de entre 14 y 24 años en situación de riesgo social se capaciten en oficios y completen sus estudios en instalaciones de las Fuerzas Armadas. La ministra de Defensa, Nilda Garré, y el titular del bloque de senadores del Frente para la Victoria, Miguel Ángel Pichetto, coincidieron ayer en resaltar que el proyecto, que ahora deberá ser tratado en Diputados, desnaturaliza el objetivo de las Fuerzas Armadas, “que es la defensa del territorio”, y constituye una “reminiscencia” del servicio militar, pero “devaluada”.

“El proyecto es literalmente un disparate, totalmente sin criterio en cuanto a la solución que se puede dar a jóvenes en situación de riesgo. Es un mamarracho”, criticó Garré.

La funcionaria consideró que la iniciativa, tomada del modelo implementado por Julio Cobos en Mendoza, fue producto de “una muy mala técnica legislativa”, ya que “no se define qué es la situación de riesgo”, y remarcó que “la finalidad con jóvenes que puedan tener problemas es educarlos, formarlos, hacer que terminen el secundario”.

“Subyace una idea de militarizar a estos jóvenes”, se quejó Garré y criticó “la vieja idea de que el orden, la jerarquía, la autoridad y mecanismos pseudo represivos van a mejorar” la situación de los jóvenes.

La ministra también advirtió que “en el caso de los soldados voluntarios”, actuales, “más del 50 por ciento no tienen su secundario terminado”, y cuestionó el hecho de que los legisladores “desoyeron los informes de las tres Fuerzas Armadas” en contra de la iniciativa.

“Hoy las instalaciones (de las Fuerzas Armadas) están adaptadas para el uso militar”, advirtió Garré, quien sostuvo que no existe espacio para el Servicio Cívico que se quiere crear.

La titular de la cartera de Defensa se preguntó, además, “qué fondos se van a dar para readecuar las instalaciones para recibir a los jóvenes y cómo van a responder a situaciones tan complejas que son tratables en el sistema educativo”.

Para la funcionaria, la medida “es inaplicable” y dijo estar enojada “porque se quieren dar señales de que se encuentran soluciones y están tan mal legisladas y tan improvisadas que no van a ser una solución”.

Miguel Ángel Pichetto, por su parte, expresó su oposición a la implementación de un Servicio Cívico Voluntario, al considerar que se trata de una “reminiscencia” del servicio militar, “devaluada”. “El oficialismo está en contra del Servicio Cívico Voluntario, tiene una reminiscencia del servicio militar, devaluado. Incorporan a las Fuerzas Armas a una actividad para la que no están preparados”, dijo Pichetto.

Recordó que “el objetivo de las Fuerzas Armadas es la defensa del territorio” y aseguró que ellas “nada tienen que ver con el cuidado de jóvenes y la prevención, que bordean el límite de la ley de Seguridad Interior”.

“Los militares no son celadores de chicos jóvenes. Eso tiene que hacerse desde la educación y los planes de contención”, dijo, y mencionó “algunos proyectos que en este sentido se vienen realizando desde el Ministerio de Desarrollo Social”.

Añadió que no se puede “meter a los jóvenes en cuarteles y someterlos a disciplinas de cuartel” y remató: “Me parece que no es un proyecto acertado”.

El proyecto

La iniciativa, impulsada por la oposición y rechazada por el oficialismo, busca utilizar instalaciones ociosas de las Fuerzas Armadas para impartir estudios y enseñar oficios y artes a jóvenes de 14 a 24 años en situación de riesgo, quienes además cobrarán un subsidio del equivalente a tres asignaciones universales por hijo. El servicio no podrá durar más de un año y los voluntarios no podrán ser beneficiarios de otros planes sociales de ayuda.

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