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Detienen a una pareja por engañar a dos ancianas

La atraparon gracias al hijo de una de las víctimas, que reconoció el auto en el que se movilizaban.

Dos ancianas que viven en dos viviendas ubicadas a metros del Parque Regional Sur fueron víctimas de engaños con el mismo “cuento del tío”, como se conoce el ardid que usan los estafadores para ganar la confianza de sus víctimas. Pero los quince días de diferencia entre un robo y otro, y la utilización del mismo vehículo por parte de los cuenteros, permitió a la Policía identificar y detener al matrimonio que cometía los ilícitos. La mujer se hacía pasar por empleada de la EPE y, mientras hablaba con sus víctimas, aparecía el hombre y entretenía a las dueñas de casa para que su pareja sacara dinero de las viviendas.

El primero de los hechos ocurrió el viernes 8 de mayo, cuando dos personas se llevaron dos mil pesos de la casa de Amalia, una pensionada de 85 años que vive en Láinez al 200, frente al Parque Regional Sur.

Ese día, Amalia había salido a levantar las hojas de la vereda cuando una mujer de unos 50 años se presentó como empleada de la EPE y le dijo que tenía que llenar unos papeles para cambiar el medidor. “Me pidió que la deje pasar para poder escribir”, dijo Amalia, quien justo ese día había dejado la plata del alquiler sobre la mesa. Pero mientras la supuesta empleada llenaba el formulario, alguien golpeó la puerta y Amalia se asomó a atender: era una joven que realizaba una encuesta sobre gripe A, por lo que la anciana salió a contestarle.

Cuando la mujer ingresó nuevamente a su casa para terminar de atender a la señora de la EPE, ésta le dijo que ya había terminado y se fue. En pocos minutos Amalia notó que le faltaban el sobre con 900 pesos para el alquiler y otros 1.100 pesos que guardaba en la mesita de luz.

Amalia dijo que intentó recuperar su dinero pero que cuando salió ya no había nadie. Sin embargo, un albañil que trabajaba en la esquina le dijo que alcanzó a ver a las dos mujeres subirse a un auto “Fiat Palio color azul”, aunque no reconoció la patente. Pero la señora optó por no hacer la denuncia, resignada a la pérdida de dinero a cambio de no haber sufrido ningún golpe ni maltrato.

Pero, una semana después, la nieta de Amalia vio un auto con las mismas características dando vueltas por el barrio y decidió anotar la patente, que le dio a su papá Abel, yerno de Amalia, que vive a pocas cuadras de la anciana.

Abel volvió a ver el vehículo azul el sábado pasado en la misma cuadra y pudo corroborar que era la patente anotada por su hija. De todas formas, hasta el momento eran sólo sospechas y por eso no pudieron evitar que el matrimonio cometiera su segundo robo, a metros de su propia casa.

La segunda víctima, Clara, de 96 años, reside en una casa en Hungría al 5900 y anteayer dejó ingresar a su vivienda a una mujer que dijo trabajar en la EPE y le pidió datos para efectuarle “un descuento en la facturación”.

Minutos después, un hombre golpeó la puerta y la entretuvo con un supuesto reintegro de dinero del Pami. Clara recordó que fue en esos momentos en los que la mujer se fue “para el fondo” de la casa, presumiblemente al baño, y le robó su dinero, aunque no quedó claro si fueron 500 o 5.000 pesos.

Cuando la desconocida salió de la vivienda de Clara, fue observada por su vecino Abel (el hijo de Amalia), quien dijo que percibió “una actitud sospechosa”, y decidió seguirla.

No fue sorpresa para el hombre ver que al llegar a la esquina la mujer subió a un auto azul que la esperaba con el motor en marcha. Luego de corroborar que a Clara le faltaba dinero se dirigió a la comisaría 11a, que tiene jurisdicción en la zona, y radicó la denuncia.

El reloj no había marcado las 12 del jueves cuando uniformados de la seccional 11a recibieron la denuncia, en la que se detallaba la maniobra de la pareja y hasta el dominio del vehículo sospechoso. Pocas horas después, la Policía tenía identificado el vehículo, oculto en una vivienda del barrio Tío Rolo, también en la zona sur de la ciudad. Los pesquisas indicaron que, cerca de las 18, apenas consiguieron la orden de allanamiento del Juzgado de Instrucción en turno, procedieron a la detención del matrimonio compuesto por Beatriz F., de 49 años, y Héctor M., de 53, quienes quedaron a disposición de la jueza Raquel Cosgaya.

Anoche, los pesquisas intentaban ubicar a la joven que se había presentado en casa de una de las víctimas como encuestadora, ante la presunción de que podría ser hija de la pareja detenida.

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