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Cuando empezó el fin de los nazis

Por: Ricardo Caronni, desde Ginebra

Hoy le voy a copiar el estilo a mi amigo y periodista de este diario, Rubén Alejandro Fraga, con una crónica de acontecimientos de los que hoy se cumplen 70 años.

Al viajar a través de Europa, es inevitable, al pasar por los pueblos y, en los sitios principales, encontrarse con los monumentos a los caídos en las dos guerras mundiales de la localidad. Y por las rutas divisar a lo lejos los imponentes cementerios de guerra, donde yacen los soldados de los participantes en los conflictos de un lado y del otro.

La Primera Guerra Mundial, de 1914-1918, movilizó a 70.000.000, digo, setenta millones de hombres entre todos los ejércitos beligerantes de los dos lados. Entre muertos y desaparecidos la cifra fue de 17.600.000 militares –sin contar los civiles, que en esta guerra fueron proporcionalmente poco cuantiosos–. Los heridos, al final de la lucha, sumando los de ambos contendientes, fueron más de 2.000.000 de soldados.

Así se puede entender la profusión de monumentos en cada localidad europea que uno visita.

Pero les agrego algunos datos de la Segunda Guerra Mundial, de 1939-1945.

En ella murieron entre 9.000.000 y 10.000.000 de militares soviéticos, 5.300.000 militares alemanes, 6.000.000 de polacos, de los cuales 3.000.000 eran judíos y otros 3.000.000 entre católicos y militares, 3.000.000 de judíos de otros países de Europa, 2.000.000 entre gitanos, homosexuales, testigos de Jehová y enfermos y discapacitados mentales. ¿Van sumando? ¿Cómo se van sintiendo?

Las pérdidas del conflicto ruso-alemán, solamente, ascienden a 13.876.400, o sea el 78 por ciento del total de las pérdidas militares totales de toda Europa.

En lo que concierne a las solas pérdidas militares en Europa, según las estimaciones, alrededor de 17.877.000 militares murieron en los campos de batalla europeos, de los que 10.774.000, del lado aliado y 7.103.000 del lado de las fuerzas del Eje. ¿Se entiende mejor los monumentos de homenaje en cada pueblo?

En Occidente olvidamos que Asia fue también un escenario de esa guerra de 1939 a 1945: los historiadores evalúan entre 10.000.000 y 30.000.000 el número de muertes por las acciones llevadas a cabo por los japoneses, de los cuales se consumaron 2.700.000 por las operaciones japonesas en el Norte de la China por el general Yasji Okamra.

En Francia las masacres de civiles cometidas por los nazis superaron las 30.000 víctimas.

En la población de Oradour-sur-Glane, 650 hombres y mujeres, niños y ancianos fueron encerrados en la iglesia del pueblo y quemados vivos. Sólo cuatro lograron escapar.

En Polonia, las SS y la Gestapo exterminaron a 50.000 personas pertenecientes a las clases dirigentes: aristócratas, curas, profesores, oficiales.

La NKVD (ex Policía secreta soviética), ancestro de la KGB, ejecutó con balas en la nuca y frente a sus fosas a entre 10 y 15.000 oficiales polacos. El actual gobierno ruso pidió perdón a los polacos.

La represión a la insurrección de Varsovia, entre el 1º de agosto y el 2 de octubre de 1944, produjo entre 150.000 y 200.000 muertos civiles. El Ejército Rojo, ya en su avance hacia Berlín y pudiendo hacerlo, pero mediando órdenes de Stalin en contrario, no prestó ninguna ayuda a los polacos.

Por parte de los nazis, 2.000.000 de prisioneros rusos fueron privados de alimentos y agua hasta su total exterminación. El mismo método de eliminación por hambreamiento fue utilizado por los nazis para los civiles de la sitiada ciudad de Stalingrado, actual San Petersburgo. Produjo 700.000 víctimas.

En su ataque a la Unión Soviética, los alemanes eliminaron, pueblo por pueblo, entre prisioneros militares y civiles, mujeres, niños y ancianos, aproximadamente 20.000.000 de personas

En Yugoslavia, decenas de miles de serbios, judíos y gitanos fueron deportados por los ustachis (nazis croatas) a los campos de concentración, especialmente al de Jasenovac. Estos ustachis croatas son considerados responsables de la masacre global en la zona de la ex Yugoslavia, de entre 300.000 y 400.000 personas, como así –dato francamente inquietante– de miles de conversiones forzadas al catolicismo…

Las operaciones de bombardeo de ciudades causaron enormes pérdidas de vidas de civiles. Era un objetivo buscado para “debilitar la moral” del adversario.

El método, por vez primera utilizado pero ya ensayado en la dolorosamente famosa Guernica, fue inaugurado por los nazis con los bombardeos sistemáticos de Londres y otras ciudades inglesas, que causaron aproximadamente 14.500 víctimas.

Los aliados respondieron bombardeando Hamburgo, 40.000 víctimas y principalmente Dresde, con un número de víctimas de entre 35 y 40.000 civiles, hasta el fin de la guerra.

El 8 de mayo de 1945, Alemania firmó su rendición incondicional, pero hasta el 6 de agosto el Japón no acepta los mismos términos de sus socios nazis ya vencidos.

El Estado Mayor aliado calcula que un desembarco en el Japón, como el de Normandía, produciría –por lo menos– decenas de miles de muertes de sus propios soldados.

Entonces, finalmente, la bomba atómica sobre Hiroshima, que termina causando, en el momento del impacto, 75.000 muertes y, a través del tiempo, alrededor de 250.000 víctimas.

A pesar del espanto, Japón no acepta la rendición incondicional impuesta por los Aliados y el horror se repite, solamente tres días después, el 9 de agosto, en Nagasaki. El balance de muertes instantáneas y por las secuelas iguala la cifra de Hiroshima.

El Japón se rinde incondicionalmente.

¿Visto los procederes generales de las fuerzas del Eje, si los nazis o los japoneses se hubieran adelantado a los norteamericanos en la consecución de la bomba atómica, la hubieran empleado de la misma manera? Creo que no hay duda en eso: lo hubieran hecho.

Como mero rescate de verdades y sin la menor intención de justificar nada, es interesante citar que múltiples reportes escritos y testimonios de la sección australiana de crímenes de guerra del Tribunal de Tokyo demostraron que los soldados japoneses cometieron actos de canibalismo con los prisioneros aliados. Según el historiador japonés Yuki Tanaka, si bien en algunos casos el canibalismo estaba motivado por el hambre, “era muy frecuentemente una actividad sistemática llevada a cabo por escuadras enteras bajo las órdenes de los oficiales”.

Según el testimonio de numerosos prisioneros, como el soldado indio Hatam Alí, las víctimas eran desmembradas vivas. El juicio al teniente general Yoshio Takibana y a 11 miembros de su personal da cuenta de una recepción tenida en Chichi-Jima en agosto de 1944, donde un aviador americano fue decapitado y devorado. El vicealmirante Mori ofreció también en febrero de 1945 una recepción donde un prisionero fue comido por los invitados.

La Segunda Guerra fue el conflicto más costoso en vidas humanas de toda la historia de la humanidad. En total, 50.000.000 de muertos, de los que 35.000.000 fueron europeos. Y, a diferencia de la Primera Guerra, con una mayoría de víctimas civiles por sobre las militares.

La ex URSS pagó el tributo mayor con más de 26.600.000 de muertes entre civiles y militares. El 14 por ciento de su población de esos años.

¿A qué aniversario que se cumple hoy me refería al principio?

Al del ataque alemán a la URSS, que dio comienzo el 22 de junio de 1941, sin aviso previo de la ruptura del pacto que unió a los dos países hasta ese momento. Y que sería el principio del fin para los ejércitos nazis. Se llamó “Operación Barbarroja”.

¿Tienen ganas de sumar otra vez, por favor?

De esa operación participaron 153 divisiones alemanas, pero también –a veces se olvida– finlandesas, rumanas, eslovacas, húngaras y hasta una división franquista española. En total 4.000.000 de soldados, 600.000 camiones, 4.000 tanques, 7.000 cañones y 3.000 aviones.

El ataque de los alemanes y sus asociados arrasará Rusia casi hasta Moscú, pero serán los rusos quienes cambiarán el curso de la guerra en el sitio de Stalingrado, actual San Petersburgo, cuando una armada alemana completa es vencida y hecha prisionera, por el pueblo y el Ejército soviéticos después de soportar 900 días de asedio, a principios de enero de 1944.

A partir de allí el avance ruso sobre Berlín fue ininterrumpido hasta la toma del Reichstag, sede del gobierno alemán, el 2 de mayo de 1945, seis días antes de la rendición incondicional de la Alemania nazi y sus aliados europeos.

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