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Violencia sin fin

Crimen del policía Leoncio Bermúdez: ofrecían 2 millones de pesos para rescatar al preso del Hospital Provincial

El costo del plan criminal se conoció este jueves en la imputación a un joven que está sindicado como el autor de los disparos que mataron al subinspector y dejaron a dos mujeres heridas el 14 de noviembre en Zeballos al 400. Otros dos reclusos fueron acusados por organizar la frustrada evasión


Un joven y dos reclusos de la Unidad 11 de Piñero fueron imputados por participar en el frustrado golpe comando del 14 de noviembre pasado que buscó rescatar a un preso del Hospital de Provincial y terminó con el asesinato a sangre fría del subinspector Leoncio Bermúdez junto a dos mujeres baleadas. La investigación determinó que por el rescate los dos internos ofrecieron 2 millones de pesos y que del plan criminal participaron al menos seis personas. El muchacho fue imputado este jueves como el que asesinó de dos disparos al subinspector, de 42 años y padre de tres hijos. El trío quedó en prisión preventiva efectiva por el plazo de ley por orden de la jueza Verónica Lamas González, quien tuvo en cuenta la calificación de crimen de odio solicitada por los abogados de la querella. A su vez, la Justicia continúa con la búsqueda de otro cómplice.

En la imputación de este jueves, la fiscal Gisela Paolicelli reconstruyó todas las instancias y los roles de las seis personas que están identificada por participaron del plan criminal orquestado a mediados de noviembre pasado para rescatar al recluso de Piñero Gabriel Lencina del Hospital Provincial, ubicado en Alem al 1400. El golpe fue organizado por otros dos presos del mismo pabellón que estaba Lencina y por el cual ofrecieron 2 millones de pesos.

En el banquillo de los acusados se sentaron Pablo Sosa, de 22 años y detenido hace una semana en Tiro Suizo, junto a los reclusos Joel Gabriel Ibarra y Lautaro Núñez. A su vez, voceros judiciales indicaron que fueron identificados dos adolescentes, de 14 y 15 años, quienes oficiaron de campana y que no son punibles. Además, hay otro cómplice que está identificado y cuenta con pedido de captura.

Para la Fiscalía todas estas personas trabajaron con planificación previa y bajo promesa remuneratoria, aún luego del frustrado intento de procurar la evasión de Lencina, quien estaba alojado en el pabellón 9 de Piñero, condenado a 22 años de prisión por dos crímenes y una tentativa.

¿Quién es el preso que iban a rescatar o matar cuando asesinaron al policía en el Hospital Provincial?

Todo comenzó a las 22 del 13 de noviembre pasado cuando personal del Servicio Penitenciario trasladó a Lencina al Hospital Provincial de Rosario con diagnóstico de tuberculosis. Ya era la madrugada del martes 14 de noviembre cuando fue internado hasta las 18.48 donde recibió el alta. Así, los dos custodios del Servicio Penitenciario solicitaron a sus superiores una Unidad de Traslado para regresar a la cárcel.

Como consecuencia de la investigación, la fiscal determinó que a las 18.48 los presos Ibarra y Núñez usaron sus celulares para convocar a un grupo de personas para que liberaran a Lencina, “ofreciendo para ello 2 millones de pesos”.

Así, Ibarra contactó al adolescente de 15 años, quien se tomó un remís junto al otro chico de 14, para luego pasar a buscar a Sosa y quedarse en la esquina de 9 de Julio y Alem.

Ya a las 20.43, se les unió el otro cómplice que está prófugo, el cual fue contactado por un hombre, que aún no fue identificado. Con el grupo completo, apareció en escena otra pareja –que no fue identificada– en un Fiat Uno gris y les dio las últimas indicaciones.

Eran las 21 cuando el mensaje del alta de Lencina le llegó al subdirector de seguridad de Piñero y éste pidió que lo fueran a buscar. Los del Servicio Penitenciario salieron a las 21.30.

A las 21.47 Sosa y su cómplice irrumpieron en la guardia del Provincial por calle Zeballos al 400 mientras que los adolescentes quedaron de campana. La dupla fue hasta donde estaba Lencina y amenazó con una pistola 9 milímetros a los dos penitenciarios. Uno de los custodios se abalanzó sobre Sosa para sacarle el arma, forcejearon y el atacante le sacó la reglamentaria tras pegarle un culatazo.

Al ver frustrado el plan de rescate, Sosa y su cómplice emprendieron su huida. Aún dentro de la guardia, dispararon al menos dos veces y terminaron hirieron a una paciente en la cadera y el glúteo.

El subinspector Bermúdez estaba dentro del destacamento policial móvil en la puerta por calle Zeballos 400 cuando escuchó los gritos, los tiros y advirtió las corridas. El uniformado corrió hacia la entrada de la guardia y en ese momento chocó con Sosa, quien salió con las dos pistolas en las manos. Bermúdez no alcanzó a sacar su arma que Sosa le gatilló en el cráneo y lo remató con un tiro en el rostro en el piso, indicaron los pesquisas.

Sosa siguió con su cómplice y los adolescentes por Zeballos hacia 1° de Mayo. En el camino gatilló nuevamente unas cuatro veces contra el Destacamento y las paredes del Hospital. Producto de esta balacera, otra mujer resultó herida de bala en una de sus piernas.

En su escape a Sosa se le cayó un celular, el cual fue peritado y cuya información sirvió para desentrañar los roles del plan. Después, los pesquisas determinaron que el cuarteto huyó en el Fiat Uno color gris por Juan Manuel de Rosas hacia el sur. A su vez, el subinspector falleció a los minutos en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca), enumeraron las fuentes del caso.

Dentro de las medidas investigativas que se conocieron, una fue el análisis de los registros de las cámaras de seguridad de las inmediaciones que llevaron a identificar a dos adolescentes, quienes se presentaron ante la Justicia.  También hubo allanamientos a familiares de Lencina como operativos en el pabellón 9 de la cárcel de Piñero tanto en su celda como en la de Núñez e Ibarra, en las que incautaron celulares, cocaína, marihuana, chips de celulares y documentación de interés para la causa.

En ese sentido, se conoció que Núñez está preso por estar imputado por el asesinato de Laureano Cardozo en la Villa Flammarión, y por las balaceras contra la sede de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) y un destacamento policial de Tablada.  Ibarra por su parte está preso desde 2014 por estar condenado a 20 años de prisión por dos homicidios y también fue imputado a principios de mes por instigar otro asesinato desde la cárcel.

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En base a los resultados de estos peritajes fueron identificados los involucrados y el 20 de diciembre, los pesquisas de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI) detuvieron a Pablo Sosa tras un allanamiento en una vivienda de Presidente Roca al 5100, casi esquina con Anchorena, en barrio Tiro Suizo.

Paolicelli tampoco dejó pasar que se hubiera filtrado los movimientos de Lencina dentro y fuera del penal. “Se investiga naturalmente al Servicio Penitenciario porque estaban a cargo de la custodia del detenido. Se secuestraron teléfonos”, explicó en una primera instancia aunque en esta audiencia no se conocieron si hubo participación de parte de los agentes.

Para cerrar, la fiscal junto a los abogados de la querella, Nair Moreno, Nicholas Oviedo y Gabriel Sarla, quienes representan a la familia de la víctima, acusaron a Sosa, Núñez e Ibarra como coautores de los delitos de homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas, por precio o promesa remuneratoria críminis causa; agravado por la participación de dos menores de edad y por el uso de arma de fuego; abuso de armas; robo calificado y tentativa de favorecimiento de evasión. Desde la querella también sumaron el agravante del crimen de odio.

Tras escuchar a las partes, la jueza Valeria Lamas González aceptó la acusación y le dictó la prisión preventiva por el plazo de ley para el trío.

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