Edición Impresa

“Cooperativismo y política van por carriles distintos”

Por Rodrigo Arévalo. Esteban Motta, consejero de Fecofé, manifestó que las cooperativas son el único camino para salvar al pequeño productor. “Pretendemos ser un actor vinculado al agregado de valor en origen”, señaló el ex secretario de la Juventud Agraria.


nota-arevalo-dentroEl agregado de valor en origen es uno de los desafíos de los pueblos del interior para combatir la falta de trabajo y desarrollo de los mismos. La crisis que sufrió el cooperativismo en la década del 90 abonó el terreno para que las multinacionales se hagan cargo de la manufactura y exportación, tanto de la materia prima surgida del campo como de los productos elaborados con la misma.

Esteban Motta es consejero de la Federación de Cooperativas Federadas (Fecofé), entidad que agrupa a distintas cooperativas de varias provincias del país, y tiene como objetivo fomentar el agregado de valor en origen y “rescatar el cooperativismo”, ya que “es el único camino para salvar al pequeño productor”.

Además, el productor agropecuario oriundo de la localidad de Piamonte y ex secretario de la Juventud Agraria Argentina (JAA) remarcó que “la representación cooperativa y la política partidaria van por carriles distintos”, una de las razones por las que en 2011 Fecofé rompió relaciones con el presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi.

––¿Cómo nació Fecofé y qué objetivos persigue?

––Fecofé nació en 2006 en un congreso de la (FAA), promovida por la misma federación y tuvo su máxima expansión en agosto de 2011, a partir de la ruptura de relaciones que tuvimos con Buzzi, quien presidía Fecofé. Allí empezamos una etapa de desarrollo, donde pretendemos ser un actor vinculado al agregado de valor en origen. Hoy en día tenemos 30 cooperativas asociadas y unas 70 más en proceso de asociación.

––¿Pueden competir las cooperativas contra las multinacionales?

––Sabemos que para competir en el mercado de granos con empresas como Cargill o Nidera tendríamos que tener una espalda que hoy no tenemos. El sistema de exportación de granos sigue estando en manos de los grandes actores internacionales, aunque en los últimos años las grandes cooperativas como AFA y ACA tienen un porcentaje mayor que el de hace diez años, pero sabemos que estamos muy lejos.

––¿Cómo puede cambiar este escenario?

––Hay matrices estructurales sobre el desarrollo productivo que todavía no se han puesto en discusión en este país. No hemos logrado un esquema de desarrollo y de precios sostenes para los productores de la zona extrapampeana. Para solucionar esto se necesita que los productores puedan llevar el producto directamente a las góndolas, que se fijen precios mínimos sostén, y sobre todo que se desestructure el monopolio de la comercialización, ya que las grandes empresas se están quedando con las chacras de los pequeños productores. Las cooperativas son el único camino para salvar al pequeño productor, creemos que el cooperativismo debe recuperar el rol que tuvo en la década del 50, donde las cooperativas jugaban en el mercado internacional. No eran meras acopiadoras, sino que tenían estaciones de servicio, tiendas, supermercados y manufacturaban los productos, lo que generaba trabajo y desarrollo en los pueblos.

Debemos apuntar a un cooperativismo que tenga como eje al agregado de valor en origen, porque hoy la producción es manufacturada por las mismas multinacionales, principalmente en el cordón industrial.

––El apoyo del Estado es fundamental para llevar adelante este cambio.

––Reconocemos el apoyo que le ha dado el Ministerio de Agricultura de la Nación al sector cooperativo en estos últimos años y el apoyo que le dio el Ministerio de Producción de Santa Fe. No podemos cortar el dialogo con el Estado durante cuatro años porque no nos gusta el gobierno de turno. Si no podemos cambiar las condiciones estructurales por lo menos tenemos que generar condiciones de salvamento mínimo. Creemos que el gremialismo o la representación cooperativa corren por carriles diferentes a la política partidaria, y esa es una de las críticas que le hacemos a Buzzi, que se transformó en un actor político.

––¿Pensás que una baja de las retenciones puede favorecer al cooperativismo?

––Hay muchos dirigentes que les mienten a los productores. Les dicen que lo único que hay que discutir son las retenciones, pero si se hace un análisis del impacto fiscal que tendría sacar este impuesto en el país, nos damos cuenta de que ningún gobierno lo va a hacer, porque es un ingreso muy importante.

––Pero sacárselas a algunos granos podría evitar la sojización.

––Hay candidatos que hablan de sacarle las retenciones al maíz, al girasol o al trigo, pero hay que analizar ciertos impactos. Porque estos cereales tienen un alto consumo interno y si las retenciones son cero, aumentaría el precio, por lo que habría productores de cerdos o de pollos que no estarían conformes con esto. Dentro del sector productivo hay contradicciones a las que hay que atender.

––¿Y habría alguna solución que satisfaga a todo el sector?

––En este esquema, yo diría que una solución sería una segmentación de las retenciones. Pero una solución real, no como las compensaciones que envió el gobierno al Congreso en 2008 en medio del conflicto por la 125.

Nosotros creíamos que con el voto de Julio Cobos empezaba otra etapa, donde las entidades jueguen otro rol, para que la FAA se recuperara, pero eso no ocurrió, porque hay  realidades y demandas estructurales que la entidad no va a resolver en una mesa sentada con CRA y con la Sociedad Rural.

Pero otra opción puede ser agregando valor en origen, de esa forma se le gana a las retenciones, así se deja de exportar el grano entero y se empiezan a exportar los productos manufacturados que sí tienen condiciones diferenciales. Después, las cooperativas deben volcar sus ganancias a los asociados y a los trabajadores.

––¿Cómo ves el futuro del cooperativismo?

––Esperamos que en las cooperativas vuelva a haber sentido de pertenencia y vida social.

Tenemos cooperativas que están en ese camino, produciendo aceite de soja, alimento balanceado y que a su vez pueda haber un proceso de agregado de valor en segunda etapa que lo podemos hacer nosotros como federación, al juntar parte de los productos ya surgidos de las cooperativas.

Igual, hace falta un proceso de capacitación y concientizar a los más jóvenes para que no terminen trabajando con acopiadoras privadas, porque esos jóvenes deben ser contenidos por la cooperativa.

Comentarios