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Confirman procesamiento al acusado de un crimen tras robo

Los camaristas de la Sala III desestimaron la apelación que presentó la defensa de imputado Ismael G.

La Cámara de Apelaciones en lo Penal de Rosario confirmó el procesamiento contra Ismael Edgardo G., un muchacho de 29 años acusado de matar a otro en medio de un robo. La víctima fue Arturo Beltrame Correa, de 31 años, asesinado a fines de julio de 2010 en zona oeste, cuando tres hombres interceptaron la moto en la que viajaba junto a un amigo, con la intención de quedarse con el rodado por la fuerza. Correa se asustó y quiso huir de los ladrones a la carrera, pero fue alcanzado por un balazo que le ingresó por la nuca y le ocasionó la muerte de forma inmediata. Por el hecho el juez de Instrucción de la 8ª Nominación, Juan José Pazos, procesó al sospechoso por el delito de homicidio en ocasión de robo. La medida fue apelada. Sin embargo, los magistrados que presiden la Sala III de la Cámara Penal confirmaron el procesamiento, aunque entendieron que el encuadre legal que corresponde es el de robo seguido de muerte agravado por la utilización de arma de fuego. Ahora el acusado esperará el juicio tras las rejas.

Hacía poco tiempo que Arturo Beltrame Correa se había mudado a una casa en la zona oeste. El 25 de julio de 2010, se desplazaba como acompañante en una moto Yamaha YBR 125 junto a un amigo cuando, a la altura de bulevar Avellaneda al 6600, el vehículo fue interceptado por tres hombres que se cruzaron a su paso y, a punta de pistola, hicieron que los motociclistas detuvieran la marcha.

En la causa se reconstruyó que Correa y su amigo descendieron de la moto y, ante las amenazas de los asaltantes, la víctima entró en pánico y comenzó a correr. El único ladrón que estaba armado le descerrajó un disparo. El plomo impactó en la nuca de Arturo Correa, quien se desplomó en el asfalto y golpeó su frente contra el piso sufriendo un fuerte politraumatismo, explicaron en su momento fuentes del caso.

Luego del disparo mortal, los asaltantes se subieron a la moto de las víctimas y huyeron, mientras el amigo de Correa quedó estático en el lugar.

Según declaró más tarde ante la Policía, el joven pensó que iba a correr la misma suerte que su compañero, pero una vez que los ladrones se fueron intentó socorrer a su amigo, que ya había muerto, explicaron los voceros.

Ismael Edgardo G. fue detenido una semana después del homicidio. Primero, fue señalado a través de una llamada anónima como el matador y luego fue reconocido en un álbum fotográfico, a lo que se sumaron algunos testimonios que lo incriminaron. Con estos elementos el juez de Instrucción de la 8ª Nominación, Juan José Pazos, procesó al acusado por homicidio en ocasión de robo y dictó su prisión preventiva.

La defensa de Ismael Edgardo G. no estuvo de acuerdo y apeló el procesamiento, pero la Sala III confirmó la resolución de Pazos  por considerar la medida correcta y adecuada.

El único punto que los camaristas Otto Crippa García, Elena Ramón y Ramón Teodoro Ríos no compartieron con el juez instructor fue la calificación legal del delito que se le achaca al acusado ya que  entendieron que corresponde encuadrar el hecho en el delito de robo seguido de muerte agravado por la utilización de un arma de fuego.

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