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Cómo será el nuevo sistema de testeo de aceite de cannabis en la UNR

Después de ser un proyecto de extensión ahora quedará como un servicio estable donde ayudarán a quienes lo usan para saber qué tienen. En 18 meses detectaron que uno de cada 10 preparados analizados casi no tenían concentración de los componentes usados para los tratamientos


Crédito: Juan José García

Hace dos años, la Unidad de Optimización de Farmacoterapia (UOF) de la Facultad de Bioquímica de la UNR empezó a recibir a personas que querían saber si tomar aceite de cannabis podía alterar al resto de las pastillas que tomaban.

Ese grupo de científicos estaba acostumbrado a estudiar cómo los remedios actúan entre sí adentro del cuerpo, pero nunca habían tenido una demanda así.

Los frasquitos verdes empezaron a moverse no sólo entre pacientes con epilepsia o problemas neurológicos. Entraron en las casas de los abuelos, abuelas y cuánta persona sentía que le iba a venir bien. Algunos lo hicieron después de consultar a sus médicos. Otros por recomendaciones de amigos. El problema fue que las leyes que habilitan el uso medicinal del cannabis en Argentina dejaron pocos caminos para conseguir el aceite. Solo llega de afuera a cambio de dólares y previa autorización de Nación. Para muchos, la alternativa fue plantar marihuana y extraerlo en su casa, aun sabiendo del peligro y la persecución de la Justicia. Pero además, al no ser un producto fabricado a escala industrial, pocos sabían qué tienen los aceites caseros y si los podía ayudar con su dolor.

En 2017 el decano de la facultad, Esteban Serra, entendió que era tiempo de hacer lo que la universidad pública debe: involucrarse y dar soluciones.

El bioquímico y su grupo de trabajo armaron un programa de extensión para testear los aceites. Así podían devolver a quienes los usaban el detalle de qué estaban tomando para que un médico definiera un tratamiento seguro y efectivo. La iniciativa duró 18 meses y las muestras llegaron gracias a las asociaciones Arec, Aupac y la fundación María Victoria, que asisten a personas en tratamientos e información sobre el cannabis en Rosario.

Una vez terminado el programa de extensión, descubrieron que un 8 por ciento de las 473 muestras casi no tenían THC y CBD, dos de los componentes más conocidos de la planta y aún en análisis para conocer sus potenciales usos medicinales.

Este mes, Serra y su grupo de trabajo lograron que el testeo sea un servicio estable y permanente de la UNR. “Mostramos que se podía hacer. Creemos que es tiempo de que la producción tenga un salto de calidad”, dijo a El Ciudadano, Serra. Tal como publicó este medio, el gobierno de Santa Fe está listo para producir aceite en el Laboratorio Industrial Farmacéutico (LIF) que abastece de insumos médicos al sistema público. Los distintos proyectos aun no tuvieron respuesta de las autoridades nacionales que sí habilitaron un centro de investigación y producción de cannabis para el hijo del gobernador de Cambiemos, Gerardo Molares.

Cómo funciona

El nuevo sistema de testeo en la UNR es pago. Cuesta mil pesos mientras que el de la facultad La Plata lo cobran el doble. Quienes tengan interés en saber qué tiene su aceite podrán buscar un tubo de Eppendorf con un instructivo dos veces por mes en la sala 9 planta baja del Hospital Centenario (Urquiza 3101).

La idea es que introduzcan tres gotas del aceite para analizarlo. El instructivo es para generar un código de referencia que preserva la identidad de la persona y permite que la UNR envíe los resultados del test. Una vez por mes las autoridades del Laboratorio de Cromatografía y Espectrometría de Masas de la UOF analizarán los que les lleguen. El resultado entrará al correo electrónico del usuario en una semana.

El tubo y el instructivo puede retirarse de lunes a viernes de 8 a 12. La muestra puede presentarse en el mismo lugar el primero y segundo viernes de cada mes en el mismo horario.

Además del test, quienes hagan el análisis podrán completar un cuestionario para conocer qué tipo de demanda los llevó a producir o comprar el aceite. Desde la facultad sugieren explicar si lo adquirieron en el mercado formal o informal y si es casero propio o de terceros. También si conocen cuál es la variedad de la planta de la que se extrajo, los motivos para el consumo y la cantidad de gotas que usa por día.

Por último, quieren saber el método de extracción y si la persona está asesorada por algún profesional de la salud.

Comprometidos con la investigación del uso medicinal, terapéutico o paliativo del dolor, la facultad creó un espacio para consultas e información dentro de su página web. Están amparados por la ley nacional y provincial.

Crédito: Juan José García

 

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