Le ponen la firma

Fútbol y opinión

Césped que ofrece juego y cuerpos para admirar

En época de fiebre mundialista, más niños se entusiasman con el fútbol y los adultos despliegan también sus fantasías.

En época de fiebre mundialista, más niños se entusiasman con el fútbol y los adultos despliegan también sus fantasías. Durante treinta días de mundial, prevalece la temática del fútbol sin distinción de género. Hombres que hablan de los buenos jugadores y mujeres, de aquellos que “están buenos”.

Mujeres dispuestas a mirar y seleccionar al jugador más “dotado” físicamente. La selección es rápida y repentina, instantáneamente uno es elegido por todas o casi todas. Hay coincidencia en sus atributos, y el Mundial pasa a tener otro color, el interés no es sólo que gane la Argentina.

Hombres que ya no sueñan con ser un Messi o Maradona, pero como aficionados al deporte, intentan en las canchas de fútbol cinco desplegar su buen o mal fútbol en el campo de juego, con toda la indumentaria acorde a la ocasión. Prevalecen los talles XL o más, y asados post-partido.

Martín, profesor de educación física, encargado de un complejo deportivo de la zona sur de Rosario, cuenta que en las últimas semanas hubo un incremento de niños que se acercan a la escuelita de fútbol, así como también de mujeres que se organizan para practicar como aficionadas el popular deporte.

El fútbol, desde sus comienzos, fue catalogado como un deporte puramente masculino debido a la brusquedad de su juego y a los requerimientos físicos para su buena dinámica.

Actualmente ya no es visto como un deporte exclusivo de los hombres. Las mujeres de a poco se han ido acercando cada vez más al fútbol.

Esa nueva costumbre comenzó a crecer a partir del 27 de octubre de 1991, cuando la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) organizó el primer campeonato femenino. Desde entonces, la mujer, como hincha y espectadora del fútbol, viene demostrando que puede ser aún más pasional que el hombre. La pasión tiene que ver con una intensificación de las emociones, y puesta en tensión del deseo.

Atrás han quedado las épocas donde la mujer “no sabía nada de fútbol”. Hoy, mira los partidos por TV, va a la cancha, se reúne en grupo de mujeres a mirar los encuentros de ese juego. Opina del equipo, de los jugadores, y pone relevancia en comentarios sobre los rostros y los físicos de los futbolistas. Acotaciones que suelen incomodar al público masculino.

¿Qué quiere una mujer?

Es la gran pregunta que el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, no ha podido responderse a pesar de estar treinta años investigando el alma femenina. El Mundial Brasil 2014 nos acerca a la respuesta quizás con algún indicio. Finalizando el mes de junio, el pedido femenino es que El “Pocho” Lavezzi juegue sin camiseta. La imagen de su torso desnudo circula por muros de Facebook, grupos de Whatsapp y, demás, aparecen las frases más jugadas, que ni hasta el marido, novio, amante más desconfiado imaginaría. Algunas de ellas oscilan entre lo gracioso y bizarro: “Dios, le doy hasta que Don Ramón pague la renta y Doña Florinda se haga el alisado definitivo”. Otras se meten en las noticias de estos días: “Te como los labios y te los muerdo tipo Suárez”, además de: “Le doy hasta que dejen de pasar los Simpsons por Telefe”, y “Está más fuerte que televisor de geriátrico”. La sinceridad también juega con los comentarios de las desinhibidas féminas en la red: “Chicas, se nos dio. El Kun quedó fuera, el Pocho titular”.

Evidentemente, el buen físico, el porte, la actitud, puede más para las mujeres. La fantasía es un escenario imaginario, en el que el sujeto está presente y figura la realización de un deseo. Las fantasías se presentan bajo distintas modalidades, de manera consciente, como sueños diurnos, o de forma inconsciente.

Un jugador de fantasías

El Pocho Lavezzi permite desplegar las fantasías de gran número de mujeres. Que Argentina gane es una aspiración fundamental aunque el deseo de ver al 22 (el loco) jugando ante Suiza es por estos días lo que genera mayor ansiedad entre las mujeres. Y un gol suyo significará que más de 20 millones de voces de mujeres se unirán en un solo grito. La frase “le doy hasta…” vuelve a repetirse, y ya es marca registrada en los muros femeninos de Facebook. Se trata de un infinito sin límite. Pura pasión. Ahora quedan dudas de si las mujeres son más pasionales que los hombres mirando fútbol.

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