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Células madre, ¿necesidad real para la salud o un negocio?

El fallo de mayo pasado de la Corte Suprema en contra de su uso público no apaciguó el debate.


La declaración de inconstitucionalidad el pasado 6 de mayo, por parte de la Corte Suprema de Justicia, del uso público de las células madre en respuesta a una disposición del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) de 2009, a favor de un grupo de padres y la empresa Mater Cell, que cuestionaron que se impidiera el uso propio de las células provenientes de la sangre placentaria y del cordón umbilical obtenidas en el nacimiento de sus hijos, reabrió el debate.

Pese al fallo, la polémica sobre el destino de las células madre y la compatibilidad de las mismas como fondo de la cuestión sigue en discusión. Describió el subdirector provincial del Incucai, Silvio Pulcinelli: “Se había dicho, de mala fe, que el Incucai, en una resolución, obligaba a las personas a donar las células del cordón y no es así: lo que decíamos es que uno puede donar sus células en un banco privado, para uso autólogo, pero esas células quedaban a disposición del banco nacional, que es lo que revocó la Corte al declararlo inconstitucional. Nosotros fomentamos la donación voluntaria de las células del cordón para que formen parte del registro nacional porque para uso autólogo no sirven; ahí, ya hay más una cuestión de comercio”.

Sin injerencia

En tanto, el titular de la empresa Mater Cell, con sede en Rosario, Claudio Chillik, contó a este diario que un grupo de padres que tenían las muestras en esta empresa de crioconservación fueron contra el Incucai porque “determinaba que todas las muestras almacenadas en los bancos para uso privado quedaban a disposición del Estado en caso de que alguien del país o el exterior necesitase una muestra de cordón umbilical para un trasplante, siempre que fuera compatible. Esto iba en contra de la ley de donación como un acto voluntario; desde aquel momento se presentaron recursos de amparo que salían favorables a los clientes: los jueces decían que el Estado no puede acceder a las células del cordón que están en guarda, incluso hubo jueces que dijeron que se puede considerar como un saqueo del Estado sobre la propiedad privada. Cada vez que salía un fallo desfavorable al Incucai éste apelaba hasta que, finalmente, la Corte le da un cierre al decir que las células guardadas en los bancos privados pertenecen únicamente a las personas que las guardaron y nadie puede decidir por esas células que no sean los propios padres; además, falló a favor de Mater Cell, que como banco puede ofrecer a los padres el guardado y declara inconstitucional el decreto del Incucai porque considera que no tiene injerencia sobre la guarda de sangre para uso propio”.

Desde el sector público se cuestiona la falta de información real y las campañas agresivas para convencer con argumentos manipuladores la importancia de almacenar células madre. Estas empresas cobran un costo fijo por la recolección y traslado de la muestra que luego se analiza; después su conservación tiene un costo mensual, aproximado, de 100 pesos. “Los privados insisten con fomentar la importancia de conservar el cordón umbilical al momento del nacimiento para que, si en un futuro a ese hijo se le dispara un enfermedad, con esas células conservadas podrá salvar su vida: la probabilidad de poder usar esas células para uso autólogo (es decir para uso propio) es mínima. Hay muchas enfermedades que tienen carga genética y son, justamente, esas células las que están enfermas, pero esto no se informa correctamente. La resolución de la Corte lo que hace es que si uno guarda las células en un banco privado, la conservarán hasta que las tiren”, agregó Pulcinelli.

Sobre el tiempo útil de conservación de las células madre en empresas como Mater Cell, Chillik afirmó que “está demostrado que durante 25 años de guarda no hay ninguna pérdida de la capacidad regenerativa que tienen las células madre; el primer trasplante de célula ósea con sangre de cordón se hizo hace 26 años y hace poco se comprobó que células que se habían guardado en esa época mantenían sus funciones. Hasta ahora, se está demostrando, toda la evidencia muestra que no hay una caída en la capacidad regenerativa de las células con el paso del tiempo en la medida que estén bien guardas y congeladas”.

Para el vicepresidente provincial del Incucai, Pulcinelli, “el Hospital Garrahan concentra la información, forma parte de un listado, junto a 64 países, donde si uno necesita las células para uno o para un familiar directo lo pide allí. No está probado cuánto tiempo pueden durar conservándolas; cuando uno dona al banco público se toma una unidad de sangre, se analiza y después queda en un registro y si en algún momento alguien en el mundo necesita esas células se convoca al donante y se hace la extracción en ese momento”.

También el tema de la compatibilidad de la sangre es fundamental, y Chillik afirmó que “la sangre del cordón es cien por cien compatible con el bebé porque es de él, y hay un 50 por ciento de posibilidades de compatibilidad con un hermano. No hay dudas de que la mejor célula madre para uso o para trasplante siempre es la que es del propio individuo porque es la única que me asegura que no haya riesgo de rechazo”.

Para la responsable del Servicio de Medicina Transfusional del Sanatorio Británico, Alejandra Matteaccio, la decisión del pasado 6 de mayo de la Corte Suprema pasó porque el Incucai “se extralimitó en esta competencia en decir que cuando se hace una extracción de sangre de cordón umbilical es únicamente para donación y no para uso autólogo; lo que sí, la Corte acepta al Incucai como un ente regulador y de control de la actividad de los bancos públicos y privados, por lo que está facultado para auditar si los bancos funcionan dentro de las normas técnicas y administrativas”.

Presión comercial

En Rosario, tanto el Sanatorio Británico como el Hospital Italiano son los autorizados por el Hospital Garrahan para la recolección de células madre, en forma gratuita. “Hay una presión comercial muy fuerte de los laboratorios privados, con un una cuota elevada para mantener ese cordón criopreservado”, señaló Matteaccio.

El Garrahan comenzó en 2006 con el banco “y se hicieron, aproximadamente, 30 trasplantes de sangre de cordón umbilical para donantes no relacionados, es decir, la necesidad de acceder a un trasplante de médula ósea está sesgada a un sector muy bajo de la población, porque no se trata de una enfermedad masiva. Que desde 2006 hasta hoy se hayan hecho 30 trasplantes con sangre de cordón quiere decir que había una necesidad de guardar este material. Uno llega al cordón cuando no hay donantes compatibles dentro de la familia: la pirámide se va achicando hasta que el que lo necesita es uno entre miles de personas”, concluyó la titular del Servicio de Medicina Transfusional del Sanatorio Británico.

Qué hacer con la sangre del cordón umbilical

La responsable del Servicio de Medicina Transfusional del Sanatorio Británico, Alejandra Matteaccio, explicó qué es la sangre del cordón umbilical: “Es la sangre que queda remanente en la placenta una vez que ha nacido el bebe. Habitualmente esta sangre se descartaba. El uso que tiene esta sangre en los trasplantes de médula ósea se utiliza para tratar numerosas enfermedades. Muchos pacientes que necesitan un trasplante de médula ósea no pueden encontrar un donante adecuado. La sangre de cordón umbilical puede utilizarse en lugar de médula ósea para pacientes con enfermedades como leucemia y otras enfermedades de la sangre relacionadas, incluyendo algunas enfermedades hereditarias”.

La donación de sangre del cordón es gratuita y sin fines de lucro; los datos del donante son tratados en forma confidencial e incluidos de manera codificada en una base de datos. Esa información será intercambiada con centros de otros países mediante códigos sin revelar su identidad.

Puede donar cualquier mujer mayor de 18 años, con buena salud general, que acepte mediante un consentimiento informado la donación altruista de la sangre de cordón umbilical de su bebé.

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