La siderúrgica Techint despidió ayer a 190 trabajadores de su planta en la localidad bonaerense de Campana, por lo que la Unión Obrera Metalúrgica se declaró en estado de alerta y hoy será recibida por el ministro de Trabajo, Jorge Triaca.
Abel Furlán, secretario general de la UOM Campana-Zárate, dijo que los despidos se registraron en medio de las intensas negociaciones que se estaban llevando a cabo para mantener la plantilla con una reducción parcial de salarios.
La compañía, la UOM y la comisión interna gremial habían firmado en abril un acuerdo por el cual se implementaban suspensiones rotativas y una percepción del 80 por ciento del salario por parte de los operarios.
El acuerdo fue prorrogado en octubre último por un período de dos meses más y, tras su nuevo vencimiento, la empresa propuso volver a firmarlo pero con una rebaja de otros veinte puntos porcentuales del sueldo: los obreros cobrarían el 60 por ciento.
Ante el rechazo contundente de los trabajadores apoyados por la UOM, “la empresa tomó una medida unilateral y despidió a 190 operarios”, afirmó Furlán en declaraciones radiales, ayer, cuando realizaba una presentación en el Ministerio de Trabajo.
El gremio pidió una audiencia con la cartera laboral que conduce Jorge Triaca y la misma será a las 11 de hoy: pedirán la conciliación obligatoria para que los 190 trabajadores despedidos sean reincorporados y luego negociar con la firma.
El conflicto había iniciado en abril cuando la compañía declaró que tenía problemas financieros debido al cimbronazo que generó en sus negocios la abrupta caída en el precio internacional del petróleo, por lo que se buscó el mantenimiento de las fuentes de empleo flexibilizando de mutuo acuerdo los salarios.
Techint quiere reacomodarse al nuevo escenario con una reducción de costos en la subsidiaria Tenaris Siderca, una de las principales productoras de tubos sin costura a nivel mundial, que comercializa a escala global a clientes tales como las compañías de petróleo y gas más importantes y a empresas de ingeniería e industriales.
Furlán explicó que la negativa a una nueva rebaja salarial responde a que los trabajadores no pueden recortar sus ingresos “por la situación de aumentos de precios” y el impacto que tendrá la devaluación en el poder de compra.
Guiño al sindicalismo
El gobierno designó al frente de la Superintendencia de Servicios de Salud a Luis Scervino, técnico afín a los gremialistas, con lo que le cedió a la CGT el control de las obras sociales sindicales. Scervino, director médico de la Obra Social de Obras y Servicios Sanitarios, ocupará el cargo que venía desempeñando la santacruceña Liliana Korenfeld. La nominación está en línea con las gestiones de reunificación de la central obrera, al contar con el visto bueno de los sectores de Antonio Caló y Hugo Moyano. La Superintendencia de Servicios de Salud cuenta con un presupuesto anual de 7 mil millones de pesos y tiene a su cargo la distribución de fondos millonarios entre las obras sociales de los sindicatos.
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