Ciudad

Ni una menos

Buena conducta o cárcel

En juicio abreviado un hombre de 40 años recibió una condena a tres años de prisión condicional por reiterados actos de violencia de género. La pena incluye estrictas pautas respecto de la víctima


Agua que rebalsó el vaso, la jarra y la fuente. En procedimiento de juicio abreviado el juez Hernán Postma condenó a tres años de prisión de ejecución condicional a Sebastián Martín Cisneros, de 40 años, a quien le impuso además el cumplimiento de estrictas reglas de conducta como autor de 5 hechos de desobediencia a una orden judicial, 5 hechos de amenazas simples, 2 hechos de lesiones leves, violación de domicilio, amenazas coactivas y daño.

Los cargos y la pena fueron convalidados por la fiscal adjunta de la Oficina de Violencia de Género, Raquel Almada, la defensora pública y el imputado, con la anuencia de la víctima. A la instancia se llegó con  evidencia sobre los delitos atribuidos, pero con el beneficio para Cisneros de una condena de ejecución condicional al valorarse que no tenía antecedentes penales.

Sí cometió, en cambio, reiteración de situaciones de violencia sobre su ex pareja, por lo que como parte de la condena deberá acatar reglas de conducta, so pena de que la prisión en suspenso se transforme en cárcel efectiva. En ese marco, entre las reglas que asumió Cisneros, durante los próximos dos años no podrá acercarse a la víctima a menos de un radio de 300 metros, “extensivo a cualquier ámbito material donde ella habite y desarrolle sus actividades laborales, recreativas y educativas”. Además deberá concurrir al “dispositivo público grupal con varones que ejercen o ejercieron violencia contra las mujeres” que se desarrolla dentro de la órbita del Instituto Municipal de la Mujer.

En ese proceso deberá sostener entrevistas con los profesionales coordinadores del espacio, “para adquirir las habilidades necesarias que le permitan resolver los problemas de pareja y/o familiares”.

En el proceso quedó acreditada la reiteración y las características de los hechos de violencia de género que sufrió la víctima, quien había denunciado estas situaciones desde hacía varios años. “Hubo, en el accionar de Cisneros, reiteración, cronicidad y violencia en aumento, lo que generaron en la víctima un gran daño psicológico y menoscabo a su proyecto de vida”, consta en el proceso.

Procesado por violación

Un hombre de 31 años domiciliado en la zona sur quedó procesado por violación de un menor.

El abuso fue cometido el 14 de agosto de 2004, cuando Rubén Arnulfo V., que entonces tenía 19 años, abusó de un nene de 10 años en en inmediaciones de 1° de Mayo y cortada Mangrullo, “aprovechándose de su inmadurez sexual y del estado de retardo mental que el mismo padece”, con el agravante de que previamente había obligado al menor a ingerir fármacos y alcohol “para disminuir aún más su capacidad de resistencia”, y lo amenazó luego con un arma de fuego “presuntamente para que el mismo no lo denunciara o se retractara en la denuncia formulada”.

Valorando los testimonios de la propia víctima, de su madre –quien radicó la denuncia– y los informes médicos, el juez Juan Andrés Donnola resolvió rechazar una pedido de prescripción del caso elevado por la defensa del acusado y procesar a Rubén Arnulfo V. por el delito de abuso sexual con acceso carnal “convirtiendo en prisión preventiva su actual estado de detención”.

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