El conflicto civil sirio retornó al centro de Damasco ayer con un atentado que provocó decenas de muertos y centenares de heridos, al tiempo que los rebeldes desarrollaron una acción contra territorio libanés, seguida de advertencias de otras incursiones.
La oposición armada siria hizo ayer un espectacular retorno a la vida diaria del centro de Damasco cuando la explosión de un cochebomba logró matar al menos 53 personas y herir a más de 250, algunas de gravedad, en las proximidades de la sede del partido de gobierno Baas y de la embajada de Rusia.
El estallido de ayer se produjo en un retén militar situado en una autopista muy transitada del centro de la capital siria, según la televisión estatal. Al mismo tiempo, las acciones de los alzados comenzaron a amenazar con internacionalizarse, cuando empezaron a desplazarse sobre el Líbano después de que anteayer la agencia oficial siria Sana denunciara que el ejército nacional había interceptado un intento de infiltración de insurgentes desde ese país. A 48 horas de haber librado un ultimatum contra el movimiento Hezbollah, los insurgentes sirios perpetraron ayer dos ataques contra el mismo, y uno de ellos tuvo lugar en territorio libanés. El ultimatum acusaba a Hezbollah de estar operando en Siria, y exigía el fin de esas acciones. Hezbollah es un partido legal, integrante del Parlamento libanés.
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