Edición Impresa

Aprender a escribir el futuro

Se lanza la nueva edición del programa de alfabetización cubano “Yo sí puedo” en la Municipalidad. Se desarrollará en los sectores más carenciados de la ciudad, en conjunto con organismos sociales.

“Quien sabe leer y escribir puede pensar, elegir entre opciones y saber qué es lo mejor para sí mismo y su comunidad”, resumió Norberto Galiotti la importancia de la alfabetización y a modo de presentación del programa de lectoescritura que comenzará en breve y será desarrollado en las zonas más carenciadas de la ciudad. “Si podemos desterrar el analfabetismo sería un logro insuperable”, remarcó el coordinador del método cubano Yo sí puedo, que será presentado a las 11.30 en el Salón Carrasco de la Municipalidad. Quienes estén interesados pueden consultar e inscribirse a multi.de.rosario@gmail.com o bien llamar al 153-928838.

Galiotti es coordinador de la multisectorial de la solidaridad con Cuba y presidente del Centro para la Integración Latinoamericana y Caribeña (Cilca) y expuso a este medio que en diciembre pasado se graduaron unas 79 personas adultas con este método. “A partir de la experiencia de alfabetización que tuvimos, realmente exitosa, decidimos presentarle el proyecto a la Municipalidad para contar también con su apoyo”, dijo.

El curso consta de clases de una hora diaria, de lunes a viernes, durante tres meses. “En tres meses –como máximo– una persona aprende a leer y escribir”, destacó Galiotti. Asimismo, relató que desde la multisectorial de la solidaridad con Cuba trabajan también con muchas entidades comunitarias que están en contacto con sectores humildes. “Presentamos la idea a los grupos que cuentan con alfabetizadores de la escala formal para integrarlos a la no formal”, sostuvo el coordinador.

“Con escala no formal me refiero a que la gente que no sabe leer ni escribir directamente no va a la escuela, la mayoría son adultos mayores y este plan implica herramientas de enseñanza muy básicas y un espacio reducido que bien puede ser la casa de alguno de los alumnos”, señaló.

Según se supo, para estas clases se necesita un espacio donde entren no menos de 5 y no más de 10 personas, un televisor y un reproductor de DVD. “Esto puede ser en el garaje de algunos de los alfabetizados, en un living, en un pieza, donde sea”, describió Galiotti y agregó: “Este método tiene una carga horaria de 65 clases con un sistema de video. En realidad, la clase dura 30 minutos pero entre consultas y todo se llega a la hora”.

Según expuso, en las primeras 5 clases el alfabetizado aprende a mover el lápiz, hacer trazos y las cuestiones motrices típicas de esta nueva actividad: escribir. En tanto, luego se aprende a asociar las vocales con números. “Muchos adultos afirmaron conocer los números por medio del dinero o de señales, o teléfonos, inclusive conocen lo que es una A o una M, pero no saben qué significan juntas”, dijo.

En tanto, recordó la realización de un documental con la experiencia del primer curso de alfabetización, el cual definió como “muy fuerte”.

Entre las anécdotas se supo del caso de dos alumnos de una escuela de manejo que no podían recibir su carné de conducir por no poder rendir el examen teórico. “Ellos sabían conducir pero no podían interpretar las señales de tránsito y mucho menos rendir el examen”, relató el coordinador y agregó que en esa misma escuela de conductores ahora hay 8 participantes de los cursos de alfabetización. En tanto, en la cementera Minetti hubo 4 trabajadores que el año pasado aprendieron a leer y escribir con este sistema, al igual que otros dos empleados de la fábrica Milicic.

Este método se implementará junto a los coordinadores de centros comunitarios de barrios como Santa Lucía, La Lagunita, el Movimiento Libertador San Martín, Martín Fierro, la comunidad toba y el grupo universitario Mate Cocido, entre muchos otros.

Asimismo, Galiotti adelantó que el jueves, a las 15, en el local del la Mesa de Encuentro Barrial (San Lorenzo entre San Nicolás y Constitución) se reunirán los responsables de este proyecto con representantes de distintas organizaciones que no participaron el año pasado en el programa, pero que se suman en este ciclo. Para finalizar, Galiotti enunció que en Rosario había 20 mil analfabetos en 2001: “Creo que esta suma, lamentablemente, se verá duplicada por las migraciones internas y por la imposibilidad de un método de alfabetización rápido y eficaz. Es increíble que en la época de las telecomunicaciones haya tanta gente que no sepa leer ni escribir”.

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