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Apostillas del almuerzo con Cristina

Por: Liliana Franco

“Nosotros vivimos en un microclima”, se lo escuchó decir a Eduardo Elsztain –Grupo Irsa y Banco Hipotecario– para justificar el clima inestable que existe tanto en la política como en el mundo de los negocios, en el almuerzo  entre empresarios y la presidenta Cristina Fernández, el miércoles pasado en la Quinta de Olivos. A juicio del importante empresario “el país tiene todas las condiciones para crecer este año”, en función de las oportunidades que nuevamente presenta el mundo. Este comentario fue una síntesis en respuesta a los cotilleos entre las mesas referidos a las dudas sobre cómo se manejará el gobierno ante un Congreso opositor y las dudas –casi certezas– de que el Fondo del Bicentenario está muy cerca de su extinción. También los rumores de la eventual salida de Boudou del Ministerio de Economía.

Fue la propia Cristina quién se ocupó en su discurso de defender al ministro al reconocerse autora del Fondo del Bicentenario.

Según comentaban en los pasillos de la Casa Rosada, el apoyo a Boudou fue un claro gesto por parte de Cristina; “esto demuestra que ella es la que gobierna” como una manera de demostrar que no existe un “gobierno bicéfalo”, en referencia a las versiones que adjudicaban que era Néstor Kirchner el que quería que Boudou se vaya.

La presidenta Cristina de Kirchner presidió la cabecera de una larga mesa principal donde la flanquearon Luis Betnazza, de Techint; Jorge Brito, Banco Macro y titular de Adeba; Enrique Eskenazi (YPF); Roberto Urquía, Aceitera Deheza, y los gobernadores de Buenos Aires, Daniel Scioli y de Tucumán, José Alperovich.  Todos los ministros del gabinete nacional estuvieron presentes salvo el canciller Taiana quien se encuentra de viaje. También se lo pudo ver al secretario de Comercio, Guillermo Moreno, quien compartió el almuerzo con  Daniel Lucci, de Citrusvil, la principal exportadora de limones, empresa a la cual Cristina elogió en su discurso.  Lucci fue el hombre de negocios quien, micrófono en mano, le planteó a la primera mandataria las dificultades que tienen para vender limones a los Estados Unidos; “este país”, dijo, es “liberal para afuera pero proteccionista cuando se trata de defender sus intereses”, se quejó ante el auditorio.

Para el gobierno este reclamo fue bien visto y se lo interpretó como un apoyo a las políticas de protección a la industria nacional.

Los empresarios que hablaron fueron pocos: Gabriel Romero (Emepa, que tiene a cargo la construcción de la hidrovía), quien se mostró confiado en las perspectivas económicas del país. Le siguieron Alfredo Román (empresario de logística y transporte); José Luis Basso, CEO del grupo Basso (autopartes) y Juan Carlos Lascurain, de la Asociación de Industriales Metalúrgicos, quienes plantearon las dificultades que tienen para acceder al crédito al tiempo que se quejaron de las altas tasas de interés. Lascurain también planteó la necesidad de refundar el Banade, el Banco Nacional de Desarrollo, para apuntalar el sector industrial. Al respecto, Osvaldo Cornide de Came, (junto con el titular de la UIA, Héctor Méndez, fueron los únicos que aceptaron dialogar con el periodismo al término del encuentro), contó que Basso,  dueño de una empresa de primer nivel que exporta al mundo, le comentó a la presidenta que su empresa si bien logra conseguir crédito se ve obligado a pagar una tasa de interés del 30%, a lo que el titular de Came agregó: “Se comprende las dificultades que tienen las Pymes, ¿no?”.

A la primera mandataria este reclamo no le molesta, es más, lo comparte por esta razón: le recordó al sistema financiero que “en el año que pasó el sector bancario tuvo crecimiento superior al del 2008”, para luego reclamarles: “Nos gustaría que presten un poquito más”.

En este sentido, Héctor Méndez, el titular de la UIA; señaló que “sólo el 12% del crédito va al sector privado y el 4% que va al sector productivo, esto no sirve para nada, pero la presidenta lo tiene claro”, acotó el dirigente industrial. Méndez manifestó su desacuerdo con las cifras oficiales referidas a los costos de las ART. Éste es un problema de larga data entre los empresarios y la CGT, que ante la falta de acuerdo el gobierno el año pasado terminó resolviéndolo a través de un decreto, que a juicio de los industriales los perjudicó.

Por su parte, el presidente de Fadeeac (transporte de cargas), Luis Morales, se ocupó  de destacar los cursos de capacitación que junto con el gremio de camioneros liderado por Hugo Moyano vienen desarrollando. También le pidió a Cristina “que se siga invirtiendo en autovías y redes de comunicaciones”. 

Los empresarios comenzaron a llegar a partir de las 12.30 y fueron recibidos con un cocktail en el Quincho de la Quinta de Olivos, donde también estaban dispuestas las mesas. El menú consistió en una entrada a base de ensalada verde con salmón, como plato principal, lomo con zetas y papas y de postre cremas heladas con fresas. El vino y el champagne servido fue de Angélica Zapata de las bodegas Catena, cuyo dueño también participó del almuerzo.

A las 16, comenzaron a salir raudamente los empresarios y la gran mayoría hablando por celular. Llamó la atención que casi nadie quisiera hacer comentarios sobre el encuentro. Se pensó que este silencio obedeció a una indicación oficial pero lo cierto es la reticencia en hablar obedeció a la urgencia por retomar las actividades. “Estos encuentros masivos son más protocolares que otra cosa”, comentaron en un estricto off the record algunos encumbrados dueños de empresas. Esto explicaría que ninguno de los principales dueños de empresas como los titulares de las entidades empresarias (Asociación Empresaria Argentina –AEA–; Cámara Argentina de Comercio (CAC); Asociación de Bancos de Capital Argentino (Adeba); Cámara Argentina de la Construcción; entre otras, no levantaran la mano para pedir la palabra y expresarle sus inquietudes a la presidenta.

Diagnósticos y medidas

Los empresarios rescataron del discurso presidencial la promesa de mantener encuentros sectoriales para los problemas particulares. Con esta directiva este viernes la ministra de Producción y Turismo, Débora Giorgi, de Planificación, Julio de Vido y de Economía, Amado Boudou le elevarán a Cristina las conclusiones de los encuentros que mantuvieron con distintos sectores, diagnóstico de diferentes problemas sectoriales y las soluciones propuestas. De los informes surgirán medidas que serán anunciadas en las próximas semanas que, según trascendidos, algunas de ellas pasarán por el acceso al crédito.

La asistencia fue casi perfecta: se pudo ver a Gustavo Grobocopatel; Ernesto Gutiérrez, de Aeropuertos Argentina 2000; Gerardo Werthein, de Telecom Argentina y Martín Blaquier; Eduardo Elsztain, de IRSA; Sebastián Eskenazi, de YPF;  Aldo Roggio, del grupo Roggio; Eduardo Escasany, del grupo Financiero Galicia; Alfredo Coto, de la cadena de supermercados; Carlos Bulgheroni, dueño de Bridas; el empresario constructor y de juegos de azar Cristóbal López; Carlos Heller, del Banco Credicoop; Matías Garfunkel, de BGH; Claudio Cirigliano, de Trenes de Buenos Aires (TBA); Marcelo Mindlin del grupo Dolphin; Javier Madanes Quintanilla, presidente de Aluar; Enrique Pescarmona, entre otros.

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