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Estafó a la élite financiera de Nueva York

Anna Sorokin, la falsa heredera estafadora, “goza” de los flashes de su prisión domiciliaria

Lejos de las redes sociales pero muy cerca de los paparazzis, la joven que inspiró la serie “Inventing Anna” disfruta de la atención de los medios


Es más fuerte que ella: necesita, desea y sabe cómo usar ser el centro de atención. Anna “Delvey” Sorokin, la joven alemana que estafó a la élite financiera de Nueva York haciéndose pasar por una heredera millonaria, quiere quedarse en la ciudad estadounidense después de ser liberada tras años de prisión.

Sorokin, de 31 años, cuya casi increíble historia inspiró la serie de Netflix “Inventing Anna”, fue puesta en libertad bajo fianza e inmediatamente en arresto domiciliario, con una tobillera electrónica. Desde la ventana de su departamento de Manhattan, sonríe y saluda a los paparazzis y las cámaras de TV.

Acompañada de su agente, Chris Martine y del gurú de relaciones públicas Juda Engelmayer, Anna sigue jugando su juego, aunque aclara que aprendió mucho en prisión. Claro, no quiere ser deportada. “Ha demostrado interés en buscar un empleo legítimo en los Estados Unidos, actividades que enfrentarán un intenso escrutinio público”, aclaró el juez de inmigración.

Ni heredera ni empresaria: las estafas de Anna

Entre 2016 y 2017 Anna Sorokin, más conocida como Anna Delvey, logró engañar a las élites financieras y a las celebridades de Nueva York haciéndose pasar por una rica heredera alemana al frente de un patrimonio familiar ficticio de 60 millones de dólares.

Frecuentó el mundo de la moda en Londres y París antes de mudarse a Nueva York en 2013 para la Semana de la Moda. Capaz de construir hábiles mentiras detrás de sus enormes lentes de diseñador que sigue usando, logró decenas de miles de dólares de créditos bancarios, viajaba gratis en jet privado, se hospedaba en los mejores hoteles y se paseaba en los salones más selectos de Manhattan.

En total, dijeron los fiscales, sus estafas sumaron unos 275.000 dólares.

Fue arrestada por primera vez en 2017 y sentenciada en 2019 a dos años en una prisión. En 2021 fue puesta en libertad antes de tiempo por buena conducta, pero los agentes de inmigraciones la detuvieron nuevamente. Enfrenta una orden de deportación a Alemania desde febrero, contra la cual ha apelado repetidamente.

En una entrevista con el The New York Times, Sorokin explicó por qué se negó a volver a su país: “Dejar que me deportaran habría sido como una señal de rendición, la confirmación de esta percepción como una persona frívola a la que solo le importa la riqueza obscena, y esa no es la realidad”, aseguró.

“Podría haberme ido, pero elegí no hacerlo porque estoy tratando de enmendar mis errores. Tengo mucha historia en Nueva York y siento que si estuviera en Europa estaría huyendo de algo”, insistió.

Anna se quiere reinventar y tiene grandes proyectos

Anna sigue soñando en grande mientras posa para los paparazzis. Nadie se explica muy bien cómo logró mudarse a un departamento en la zona de East Village, donde el alquiler ronda los 3800 dólares. “Tengo un gran equipo a mi alrededor, así que todo fue gracias a ellos”, aclaró.

Netflix le pagó a Sorokin 320.000 dólares por los derechos de la historia de su vida y por el trabajo de consultoría en “Inventing Anna”, el programa producido por Shonda Rhimes sobre sus estafas, que se estrenó en febrero y protagonizó la actriz Julia Garner en el papel principal. Aproximadamente 200 mil fueron a parar a los bancos que estafó a manera de restitución, otros 24.000 dólares se usaron para pagar multas.

En prisión se mantuvo ocupada, pero para nada escondida. Lejos de un perfil bajo, atendió a múltiples medios y entrevistas de podcast. Subastó sus dibujos y escribió poesía. Publicó su propio NFT. Presa, no oculta.

Ahora, con sus anteojos gigantes y sonriendo para los flashes, la falsa heredera reafirma sus planes para el futuro. “Tengo tantos proyectos en los que estoy trabajando. El arte es definitivamente uno de ellos. Tengo mucho que hacer. Estoy trabajando en mi propio podcast con diferentes invitados para cada episodio. Pero aún no está configurado. Fue bastante difícil grabar algo de alta calidad desde la cárcel. Y luego está mi libro. Me encantaría hacer algo con la reforma de la justicia penal para resaltar las luchas de otras niñas”.

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