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Alta tensión entre la Otán y Pakistán

Un ataque “por error” dejó al menos 26 soldados paquistaníes muertos.

El gobierno de Pakistán decidió revisar todas sus relaciones diplomáticas y militares con Estados Unidos y la Organización de Tratado del Atlántico Norte (Otán), tras el incidente en el cual helicópteros de la Alianza mataron en la madrugada de ayer a 26 soldados paquistaníes, cerca de la frontera con Afganistán. Además, Islamabad le dio 15 días de plazo a Estados Unidos para desalojar la base aérea de Sahmsi. La medida fue adoptada en señal de protesta por el ataque en el área de Salalah, región tribal de Mohmand, que las fuerzas de seguridad aliadas admitieron y adjudicaron a un “error de comunicación”.

La decisión, que afectará a todos los acuerdos diplomáticos, políticos, militares y de inteligencia fue tomada, luego del ataque, en una reunión extraordinaria de los ministros y jefes militares presidida por el primer ministro Yusuf Raza Gilani, según el comunicado.

El Comité de Defensa del Gobierno (DDC) confirmó la decisión de cerrar la frontera afgana a los convoyes de la Otán, decidida ayer por la mañana, y pidió a Estados Unidos que desaloje una aislada base aérea utilizada para los bombardeos secretos de los aviones teleguiados de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA) en las zonas fronterizas de Pakistán y Afganistán. “El DCC decidió cerrar con efecto inmediato a la Otán/Isaf (Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán) las rutas de apoyo logístico. El DCC también decidió pedir a Estados Unidos que desaloje la base aérea de Shamsi en 15 días”, indicó la oficina de gobierno.

El Comité también “decidió que el gobierno emprenderá una revisión completa de todos los programas, actividades y acuerdos de cooperación con Estados Unidos, la Otán y la Isaf, incluyendo las relaciones diplomáticas, políticas, militares y de inteligencia”, añadió.

En junio pasado, Pakistán había pedido a Estados Unidos que dejara Shamsi. Islamabad buscaba limitar las actividades estadounidenses luego del ataque clandestino ordenado por Washington que puso fin a la vida de Osama ben Laden el 2 de mayo pasado no muy lejos de la capital paquistaní Islamabad.

El general John Allen, jefe de la Isaf, expresó ayer con rapidez su pesar por lo ocurrido. El primer ministro paquistaní, Gilani, habló de ataque “inaceptable” y de “violación de la soberanía nacional” mientras fuentes gubernamentales pronosticaban “serias consecuencia para la cooperación entre Pakistán y la Otán”.

La Otán abrió un investigación sobre lo sucedido, pero al contrario que en otras oportunidades esta vez consideró “altamente probable” que sus aparatos causaran las muertes. Isaf explicó que el incidente se debió probablemente a un “problema de comunicación”.

El ataque sucedió un día después de que Pakistán decidiera aumentar en un 100 por ciento el precio del peaje para los suministros de la Otán.

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