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En Santa Fe asoma la mayor recuperada del país: Naranpol

Por Claudio de Moya y Pablo Moscatello.- Los trabajadores dieron por caída toda negociación. Y esta semana se reunirán con el Movimiento de Fábricas.

Con las siete plantas que hay en el país cerradas por sus propietarios, más de 800 trabajadores suspendidos por 30 días y con el salario de octubre sin cobrar, y un nuevo fracaso de la mesa de negociación del jueves, este fin de semana se confirmó hacia dónde pone proa una empresa santafesina que a la vez es una de las mayores fábricas de aguas gaseosas del país: ya asoma como nueva empresa recuperada nada más y nada menos que Naranpol.

Después del fracaso de las 17 audiencias previas convocadas por el Ministerio de Trabajo de la provincia, los dueños de la concursada empresa pusieron el jueves pasado en Rosario el broche final a los intentos por acercar posiciones con los trabajadores y así superar el conflicto: presentaron una última propuesta que contempla un millonario pedido de asistencia económica por parte del Estado, junto con una venia para 210 despidos y una merma en las escalas salariales.

Como no podía ser de otra manera, el personal leyó en el plan una provocación, y dio por clausurado el camino de las negociaciones con la patronal. Acto seguido, giró sus cañones para, ahora, apuntar firmemente a recuperar el negocio por sí mismo con aportes de la Nación y respaldo legal del Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas. Y aunque este mismo viernes no se pudo concretar una reunión pautada para explorar ese horizonte, la misma se concretará en los primeros días de la semana que se inicia y –dicen los trabajadores de Naranpol– con buenos augurios.

El dato no es menor: de avanzar por ese camino, la firma de aguas gaseosas se transformaría en la mayor empresa recuperada del país, desde que hace una década y media nuevas generaciones de trabajadores organizados comenzaran a hacerse cargo de empresas de todo tipo ante sucesivas crisis o deserción patronal. Así, no llegarían a medirse con Naranpol ni la ex Cerámicas Zanón, cuyo nombre, Fasinpat, es un acrónimo de Fábrica Sin Patrones: arrancó en 2001-2002 con 170 trabajadores y hoy concentra más de 400. La ex fábrica de tractores Zanello, cuya composición se divide en tercios entre la cooperativa de trabajo, la firma Pauny y los empleados jerárquicos de la firma –con el 1 por ciento restante en poder de la Municipalidad de Las Varillas– cuenta con menos de 300 trabajadores. Así, desde la lógica del Movimiento, en cuya lista hay 66 fábricas recuperadas de todos los rincones del país, Naranpol es poco menos que un monstruo.

Agua que has de beber

Fundada en 1995 por Carlos Galán, Productora Alimentaria Sociedad Anónima pasó a ser manejada por sus hijos, Martín y María. Fue hace exactamente un año, cuando ocurrió el inesperado fallecimiento del empresario, a los 59 años. Al menos hasta 2009 era la tercera productora de aguas gaseosas del país, a caballo de su marca insignia Naranpol, pero también de otros varios productos como los jugos para diluir y en polvo, los amargos Serrano y Cuyano, los cócteles gasificados Fer-Cola y el Sangri, a base de vino y jugo de limón. A ello se agregan los vinos –en envase Tetra-Pak y botellas– y otras bebidas alcohólicas a base de vino y extractos vegetales.

La compañía mantiene una amplia red de ventas en 19 provincias, pero sus negocios no se circunscriben al mercado interno: exporta a 24 destinos. Para abastecer a sus clientes cuenta con siete unidades productivas y plantas industriales. Tres de ellas en Santa Fe: La Capital, Reconquista y Josefina. Las restantes en Roque Sáenz Peña (Chaco), San Juan, San Francisco (Córdoba) y Junín (Mendoza, donde hace cuatro años compró la bodega Estrella). Y a todo esto se le suman 24 centros de logística.

Carlos Galán, quien presidió la rama provincial de la Unión Industrial e integró la conducción de la Federación de Industriales de Santa Fe (Fisfe), además de ser en 2007 candidato a vicegobernador en la fórmula encabezada por Rafael Bielsa, había levantado así toda una infraestructura y un capital de negocios que contrasta con la crítica situación planteada por los actuales propietarios de Naranpol, sus descendientes.

“¿Cómo no va a ser rentable, aún con malos manejo? Si esto es agua, esencias, gas y colorantes que abastecen a un sector al que las primeras marcas no llegan”, refuta el delegado en Rosario del Sindicato Único de Trabajadores de Aguas Gaseosas (Sutiaga), Gustavo Carranza. Y a modo de ejemplo, desgrana los buenos resultados económicos de la empresa sólo en la ciudad: “La facturación mensual promedia los 3,5 millones de pesos, debe pagar sueldos por 400 mil y libres de todo gasto le quedan por mes más de dos millones de pesos”.

El referente gremial insistió en que, en la reunión del jueves pasado, los dueños de la firma “no sólo se rieron de los trabajadores, sino de los funcionarios provinciales” con su propuesta, que incluso en masa salarial implicaba un retroceso respecto de los anteriores planteos patronales. Además, los Galán reclamaron en ese encuentro –a la par que un acuerdo para despedir a más de 200 empleados– un subsidio estatal de 30 millones de pesos como condición para reabrir sus plantas. Esas exigencias sorprendieron ingratamente a las autoridades, justo incluso en el inicio de la temporada de mayor facturación para el negocio.

Verano caliente

En efecto, las actitudes de Martín  y María Galán no sólo sacaron de quicio a los trabajadores y los dirigentes del sindicato. También a quien encabeza la cartera de Trabajo santafesina: el miércoles último, el ministro Carlos Rodríguez se había referido en duros términos a la conducción de la compañía. Definió al de Naranpol como “uno de los casos más difíciles” con los que tuvo que batallar, y a los Galán como los “empleadores más difíciles” que conoció en su vida, “y no sólo en Santa Fe”. Hasta los describió “con una voluntad de negociación de menos cero”.

De hecho, el sindicato ya dio por cerrado el camino de las negociaciones con la patronal, y pidió a la cartera laboral que no gestione más audiencias en ese sentido. Ahora, apuntan de lleno a una salida sin los propietarios. No es un camino fácil, pero cuentan con promesas firmes de ayuda por parte del gobierno nacional.

El martes último, Américo Romero, secretario general de Sutiaga a nivel provincial, estuvo reunido en el Ministerio de Desarrollo de la Nación con funcionarios de esa cartera, el diputado nacional Agustín Rossi, quien gestionó contactos, y con el abogado Luis Caro, presidente del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas. El objetivo es avanzar con la idea de cooperativizar Naranpol. “Los trabajadores están en una situación desesperada y tenemos que buscar alternativas”, había advertido el gremialista Romero. Su colega Carranza adelantó que a principios de la semana que comienza habrá otro encuentro, y agregó que hay promesas del Ejecutivo nacional en el sentido de respaldar –incluso económicamente– una salida a la crisis que no incluya a los empresarios y ponga la empresa en manos de los trabajadores.

La fábrica de bebidas se declaró hace un tiempo en concurso de acreedores y redujo el salario de los trabajadores. En ese momento, los empleados se dividieron: algunos aceptaron seguir trabajando por menos dinero a la espera de un mejor horizonte, pero otros se negaron al recorte de sueldos. El primero de noviembre, la compañía decidió directamente cerrar sus plantas en el territorio santafesino cargando la responsabilidad en el sindicato por sus movilizaciones y bloqueos parciales de algunas dependencias. Desde entonces, se mantuvo una dura negociación entre el gobierno provincial, el sindicato y la empresa que, a esta altura, luce como un camino ya cerrado por la intransigencia de la patronal a la que se refirieron tanto las autoridades santafesinas como el gremio.

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