Los abogados defensores de Pablo Andrés Peralta, un hombre condenado a prisión perpetua por matar al policía Carlos Dolce y balear al abogado Alberto Tartajada en 2013, denunciaron ante la Fiscalía al personal del Servicio Penitenciario de vigilancia de la Unidad Penal 1 de Coronda, al personal del Grupo Goro y a las autoridades penitenciarias por la presunta paliza que sufrió su cliente en la cárcel cuando fue a retirar una encomienda. La presentación ingresó a la Unidad de Violencia Institucional de la Unidad Especial de Delitos Complejos de la Fiscalía Regional 1 en Santa Fe y quedó en manos del fiscal Ezequiél Hernández. Voceros judiciales indicaron que la Fiscalía analizará la presentación y determinará los pasos a seguir.
En mayo de 2017 Peralta fue enjuiciado junto a su cómplice Matías Núñez por el crimen cometido el 5 de febrero de 2013 a las 17, cuando Peralta le disparó 9 veces al policía Carlos Dolce cuando intentó detenerlo en 3 de Febrero al 1000. Mientras su complice Núñez le pegó algunos puntazos.
El ataque se produjo cuando ambos agresores salieron del consultorio médico de Omar Ulloa, a quien había ido a amedrentar para que no abriera una farmacia. La Fiscalía explicó que tras ello y otros hechos de violencia de menor envergadura estaba el empresario farmaceútico José Iborra, quien falleció. Su hijo fue condenado mediante un acuerdo abreviado aunque la sanción incluyó aprietes a colegas pero no el crimen de Dolce, fue sentenciado a 6 años y 8 meses.
Peralta también fue acusado de balear al abogado Alberto Tortajada en el hall de su edificio ubicado frente a los tribunales provinciales por calle Montevideo, el 5 de septiembre de 2013 cuando se hizo pasar por un futuro cliente para acercarse al letrado y atacarlo a tiros. El juicio terminó con una condena de prisión perpetua para ambos acusados aunque luego la Cámara Penal redujo la pena para Núñez a 17 años de cárcel.
La denuncia
Desde entonces Peralta cumple condena en prisión efectiva. Los abogados Gustavo Felman y Marcos Peiretti denunciaron que en el mes de mayo, su cliente salió de su celda para retirar una encomienda que su familia le había enviado con alimentos y productos de higiene personal cuando fue agredido por personal de vigilancia de la cárcel de Coronda, en el departamento San Jerónimo. Según los letrados recibió empujones, puñetes y lo rociaron con gas pimienta en el rostro. Además lo arrastraron por todo el penal de los brazos y los hombros.
Los penalistas agregaron que este hecho no resulta casual ya que en reiteradas ocasiones Peralta había denunciado transgresiones y violaciones a los derechos humanos en el penal. Dijeron que Peralta ya había estado en Coronda y había sido trasladado a Piñero, por estos hechos. Y ahora, en una arbitraria decisión del Servicio Penitenciario volvió a Coronda y sufrió este ataque.
“Desde su vuelta a la Unidad Penitenciaria I, Peralta sufrió «devoluciones» en una suerte de vendetta por años pasados y actuales”, dijeron lo letrados. También que lo pusieron en “resguardo” en contra de su voluntad pero “en los informes indicaron que era voluntario”, explicaron los letrados.
Además, los abogados dijeron que en una audiencia del 16 de junio pasado Peralta contó ante la magistrada las actividades ilegales que ocurren dentro del penal como el tráfico de celulares, y refirieron que los encargados de la vigilancia del lugar fueron quienes llevaron adelante la golpiza, según la denuncia.
Felman y Pieretti agregaron que Peralta sufre de lupus avanzado, es hipertenso, y tiene edemas en los miembros inferiores. Por todo ello, padece afección renal y hematológica, por lo que su pésimo estado de salud exige condiciones de higiene y alimentación específicas. A lo que sumaron que las circunstancias en la que cumple condena ha contribuido y acelerado su deterioro.
Crimen de un policía y ataque a un abogado se ventilan en juicio
Agregaron que en el lugar donde está alojado las ventanas no cuentan con aberturas y su cliente le pone trapos a los huecos para que disminuya el ingreso del viento y el frío. Duerme sobre un lugar de chapa y debe poner el abrigo que tiene en forma de aislante, no tiene agua caliente y le entregan comida cruda. “Estuvo 62 días sin que se le permitiera higienizarse”, dijeron.
Una fuente fiscal consultada confirmó que la denuncia ingresó este viernes a la Fiscalía, más precisamente a la Unidad de Violencia Institucional de la Unidad Especial de Delitos Complejos de Santa Fe y el fiscal Hernández será el encargado de evaluar la presentación y determinar los pasos a seguir.
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