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Para cazar, disparar y coleccionadores

Brasil: el número de armas en la población creció casi un 500% en los últimos tres años

En coincidencia con la llegada de Jair Bolsonaro a la presidencia del país, según alertó un informe del Foro Brasileño de Seguridad Pública (FBSP) divulgado esta semana


El número de armas en Brasil a manos de la población aumentó en un 474 por ciento en los últimos tres años y medio, coincidiendo con la llegada de Jair Bolsonaro a la presidencia del país, según alertó un informe del Foro Brasileño de Seguridad Pública (FBSP) divulgado esta semana.

Concretamente a finales de 2018, antes que Bolsonaro asumiera la presidencia, había 117.500 armas registradas en Brasil a manos de civiles, cifra que saltó a los 673.800 este mes de julio, según los datos del Ejército brasileño.

El registro incluye armas para cazar, para disparar y para coleccionadores

En una entrevista a Xinhua, una de las autoras del informe, la abogada e investigadora del FBSP Isabel Figueiredo, afirmó que el crecimiento de las armas en Brasil “representa una preocupación muy grande para quien actúa en el área de seguridad pública”.

Figueiredo recordó que la flexibilización de las leyes para la posesión de armas en el país fue una de las promesas de Bolsonaro durante la campaña electoral, por lo que consideró que el mandatario se mantuvo “coherente” en su discurso aunque alertó del riesgo que ello supone para la seguridad pública del país.

“Tenemos un escenario muy malo, con un presidente que fue elegido con una pauta en favor de las armas, ya anunció en la campaña electoral que si ganaba liberaría las armas de fuego y con esto ha sido muy coherente. Desde que asumió, editó decretos y normativas para facilitar el acceso a las armas, el número de armas que las personas pueden tener, la cantidad de munición o el calibre de las armas”, comentó.

Curiosamente, según el Anuario de Seguridad Pública que el FBSP divulgó esta semana, las muertes violentas en el país se redujeron un 6,5 por ciento en 2021 en comparación con 2020, con un total de 47.503 muertes violentas el año pasado, la menor cifra desde 2011.

Figueiredo añadió: “Todavía no logramos analizar el efecto de esta corrida armamentística, es algo que veremos en los próximos años. Lo que tenemos ahora es un Gobierno federal apropiándose de un descenso de los homicidios, algo que ya viene desde 2018. Brasil, como se sabe, tiene índices alarmantes de homicidios, tenemos muchas veces estudios de la ONU en los que aparece como mayor número absoluto de homicidios, tasas absurdas. Brasil corresponde al 2,7 por ciento de la población mundial pero tiene el 20 por ciento de la tasa de homicidios global”.

La especialista resaltó que desde 2017, la tasa de homicidios en Brasil va a la baja, principalmente “por las políticas públicas implementadas por los estados con alguna consistencia desde hace años”.

Figueiredo agregó: “En la seguridad pública, es difícil imaginar que si se hace una intervención en la política púbica, el resultado será inmediato, normalmente hay un período para sentir estos impactos”.

No obstante, este aumento de las armas en circulación que se ha producido en los últimos años supone “un riesgo muy grande de inflexión en esta curva de descenso”. “Percibimos que este aumento de armas en el país tienda a medio plazo a revertir esta tendencia de caída de los homicidios que estamos viendo”, alertó.

Isabel Figueiredo también explicó que pese a este aumento de casi el 500 por ciento de las armas en Brasil, “no se puede decir que la población brasileña se esté armando”.

“La población brasileña, por suerte, está en contra de las armas. Tenemos un sondeo de opinión reciente sobre este asunto en el que se apunta que el 70 por ciento de la población brasileña está en contra de la facilidad para tener armas de fuego. Entonces este número grande muestra que segmentos muy específicos están haciendo esta corrida armamentística, los que serían los cazadores, tiradores, coleccionadores…y algunas personas comunes más radicalizadas de la base radical del presidente”, explicó.

Pese a ello, alertó que este aumento de las armas en el país “significa un riesgo muy grande para la seguridad pública. Tenemos un consenso científico internacional que muestra que más armas de fuego significa más crímenes violentos, por esto nuestra preocupación”.

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