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Larrechea y Medrano

Golpe en zona norte: se robaron hasta el caniche toy

“Hasta el último peso que teníamos guardado encontraron”, dijo Melina. La familia estaba en la iglesia cuando los desvalijaron.


“Llegamos de la iglesia y estaba toda la casa dada vuelta. Se llevaron de todo, hasta el perrito”. Así resumió Melina el robo que sufrió anteanoche en su casa en Alberdi. Mientras rezaba con su familia, los ladrones barretearon la reja de una ventana, entraron y sacaron dos televisores, computadora, tablet, cámaras de fotos, plata y hasta un caniche toy de dos meses.

Todos los domingos Melina va con su familia a la iglesia. La rutina es siempre la misma. Con su esposo, sus tres chicos y su mamá salen de la casa de Larrachea al 1400 a las 19.30 y van a “Tabernáculo de la fe”, a ocho cuadras. Desde allí, suelen ir a cenar a lo de sus suegros y regresan después de la medianoche.

Anteayer la rutina fue casi la misma. Salvo que, en medio de los rezos, la mamá de Melina se sintió mal y decidió volver a la casa. Apenas entró, vio la reja de una de las ventanas barreteada. Habían entrado a robar.

La casa de Melina queda en la esquina de Larrechea y Medrano. En la planta baja vive ella con su esposo y los chicos. Subiendo por una escalera, está la casa de la madre. Abajo, hay un patiecito que bordea la casa, con rejas altas y una enredadera. Las puertas y ventanas también tienen rejas. Sin embargo, esto no fue un problema para los ladrones que llegaron este domingo bajo la lluvia, aprovechando que en la calle no había vecinos.

Los hombres, que según comentaron en el barrio eran cuatro a bordo de un auto rojo, rompieron con un barrote la ventana de la pieza de las dos nenas más grandes de Melina. Por allí entraron y revolvieron todo. También por esa misma ventana sacaron todas las cosas y las pasaron por la reja del patio. Para no llamar la atención, desconectaron la luz del patio. “No dejaron un rincón sin revolver, vaciaron todos los cajones, hasta el último peso que teníamos guardado encontraron. Encima dejaron cosas acomodadas para llevárselas después”, contó Melina.

El motín incluyó unos 12 mil pesos, dos televisores, un celular, dos cámaras de fotos, una notebook, una tablet, un secador de pelo y hasta la mochila de la escuela de una de las niñas. Incluso se llevaron a la mascota familiar: Simón, un pequeño caniche toy de dos meses que fue un regalo para la nena mayor. “Me da mucha impotencia porque actuaron con una saña increíble. ¿Hasta el perro se tenían que llevar?”, dijo Melina.

Anteanoche fue la primera vez que les robaron. “Nosotros vivimos toda la vida acá, nos conocemos todos en el barrio”, contó y agregó que planeaba mudarse en unos meses a una casa que están construyendo a cuatro cuadras.

Según la mujer, en la zona los robos a viviendas son cada vez más comunes, aunque siempre los vio de lejos, sin pensar que podía tocarle a su familia. “Es una sensación horrible llegar y que esté todo revuelto. Sentís que te miraron todo, que saben hasta el color de tu bombacha”, concluyó.

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