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Ya se habla del boom de los fondos papables

Ya con las primeras palabras del Papa, algunos analistas imaginan un auge de "inversiones socialmente responsables".

La llegada de Francisco al Vaticano, con toda la impronta espiritual y de austeridad, podría generar un replanteo de las estrategias de inversión de gestores de fondos internacionales, quienes mirarían con mayor interés a las consideradas como “inversiones socialmente responsables” que en el mundo ya manejan 13,6 billones de dólares.

La elección del primer papa jesuita ha sido bien recibida por gran parte del mundo ante la especulación de ser un cambio decisivo respecto de los últimos papados, más conservadores y cautos que el que promete Jorge Bergoglio. Su elección llegó el miércoles pasado, cuando ya habían cerrado los mercados europeos, pero la Bolsa de Wall Street aún operaba y tras conocer la noticia mantuvo la senda alcista y así el índice Dow Jones marcó un máximo cercano a los 14.500 puntos.

Fue también un buen día para el marcador porteño Merval, que celebró con una suba del 2,2 por ciento la elección del obispo de Buenos Aires. Aunque este tipo de acontecimiento, al igual que un Mundial de Fútbol o los Juegos Olímpicos, no tiene en sí por qué detonar un impulso sobre el mercado, los operadores reconocen que la agitación que suele producir sí puede impactar en el sentimiento de mercado.

En ese sentido se sabe que la religión puede influir en la toma de decisiones, por muy raro que esto suene.

Por ello ahora comenzaron las especulaciones, con el advenimiento del papado de Francisco, que se revalorizará el concepto de “inversión socialmente responsable”. Este criterio se basa en que el objetivo de rentabilidad de los inversores pasa a un segundo plano y lo que buscan estos fondos socialmente responsables es asegurarse que sus decisiones encajen con valores sociales y religiosos.

Por ejemplo, en Estados Unidos existe la fundación Socially Investment Foundation (SIF), que es una asociación sin fines de lucro para operadores de mercado que siguen estas pautas. La SIF sostiene que “los inversores socialmente responsables buscan compañías rentables que hacen contribuciones positivas a la sociedad. Para ello elaboran un listado de las empresas en las que se trata muy bien al trabajador, que emprenden acciones que no dañan el medio ambiente, que fabrican productos saludables y que realizan operaciones sin perjuicio de los derechos humanos en el mundo”.

Por el contrario, instan a evitar la inversión en compañías que apuestan por todo lo contrario. Así, en la lista de las “correctas” entrarían las empresas de energías renovables y en la de las “incorrectas” las tabacaleras y las armamentistas.

Los datos de la SIF muestran que en Estados Unidos las inversiones realizadas bajo estos principios crecieron desde los 600.000 millones de dólares en 1995 hasta más de 3.740 billones de dólares en 2012. Para tener una referencia, el hedge fund global industrial alcanzó los 2.100 billones de dólares el año pasado.

Vale tener en cuenta que, a pesar de que los fondos socialmente responsables aún no son lo suficientemente importantes como para estar disponibles en ETF (fondos que replican activos internacionales que cotizan en Nueva York), sí han cosechado una buena reputación como para que muchas gestoras internacionales ofrezcan una selección de ellos. La mayoría tienen una exposición sectorial similar, concentrándose especialmente en tecnologías de la información, finanzas y salud.

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