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Ya es ley la reforma sanitaria de Obama

Permitirá que 32 millones de estadounidenses sin seguro tengan atención médica.

El presidente de Estados Unidos, Barack Hussein Obama, convirtió ayer en ley la reforma sanitaria aprobada el domingo último por la Cámara de Representantes, y logró una de las mayores reformas sociales de la historia del país. “Después de casi un siglo de intentos, después de más de un año de debates, después de que todos los votos han sido contados, la reforma del sistema de Salud se ha convertido en ley en Estados Unidos de América”, dijo el mandatario desde la Casa Blanca antes de suscribir la reforma.

Luego agregó que “toda la retórica acalorada sobre la reforma enfrentará finalmente la realidad de la reforma”. Además de significar uno de los mayores recortes de impuestos para la clase media en materia sanitaria “de la historia”, la nueva legislación reducirá el déficit en más de un billón de dólares en dos décadas y permitirá que 32 millones de estadounidenses sin seguro sanitario puedan acceder a la atención médica.

Si bien “tomará cuatro años implementar completamente” muchas de las medidas, este mismo año una serie de ellas comenzarán a hacerse efectivas, comentó el mandatario. Entre ellas, el ofrecimiento de créditos de impuestos a las pequeñas empresas, la posibilidad de que adultos y niños con enfermedades preexistentes puedan adquirir seguro médico, así como el impedimento a las aseguradoras de negar el servicio cuando las personas se enferman.

En sus reconocimientos antes de firmar con 20 lapiceras diferentes la ley de más de 2.000 páginas, Obama tomó un momento para agradecer a los políticos que lo acompañaron, y especialmente para recordar al senador Edward Ted Kennedy, quien vencido por una larga enfermedad no llegó a ser testigo de uno de sus principales objetivos como senador. Para Obama, la pelea por la reforma de Salud que ya lleva casi un siglo en Estados Unidos fue el principal desafío a nivel doméstico que decidió tomar desde su campaña hacia la presidencia, impulsado a su vez por la experiencia personal que lo llevó a sufrir las consecuencias de un sistema que lleva años quebrado.

Con el proyecto ya convertido en ley, y con vistas a las elecciones parlamentarias de noviembre, los demócratas centralizarán ahora sus principalmente esfuerzos en salir a “vender” la reforma por el país. Para ello el Estado de Iowa –donde en mayo de 2007 dio por primera vez un discurso sobre la reforma– fue el elegido por Obama para continuar mañana con la pelea por la nueva ley que los republicanos utilizarán con el fin de concentrar votos de aquellos disgustados con los nuevos cambios. Las últimas estimaciones indican que éstos representan el 59 por ciento de la población mientras que los que apoyan la ley alcanzan el 39 por ciento, según una encuesta de la Corporación de Búsqueda de Opinión y la CNN.

Asimismo, en otra apuesta opositora, una docena de estados ya advirtieron que iniciarán juicio al gobierno federal por considerar que requerirle a los estadounidenses que tengan algún tipo de seguro médico es una medida inconstitucional.

Los republicanos, en tanto, siguen firmes en su oposición total a la medida, a la que cuestionan como demasiado costosa e inefectiva. Por un lado, amenazan con revertir toda la legislación si vuelven al gobierno.

Como muchos de los cambios más radicales de la nueva ley no entrarán en vigencia durante años (la parte más importante se notaría recién en 2014), Obama se encargó de resaltar las consecuencias más inmediatas, como la capacidad de los adultos jóvenes de mantenerse en los planes de salud de sus padres y una prohibición a las aseguradoras de negar seguro a niños enfermos.

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