Ciudad

Una de cal

“¿Y por qué se llevó a la Gendarmería de la ciudad?”

La intendenta cruzó al secretario Berni, luego de que echara culpas a Binner por la inseguridad. “Es una vergüenza”, espetó.


“Si dice que Rosario tiene cinco veces más delitos que otras ciudades, le preguntaría por qué se llevó a la Gendarmería. ¿Por qué no la dejó en la ciudad?”, espetó la intendenta Mónica Fein. El blanco de su réplica, inusualmente ácida, fue el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, quien en la víspera había apuntado directamente al ex gobernador Hermes Binner por la situación de Rosario y Santa Fe en cuanto al delito y el narcotráfico: “Le advertimos de la connivencia policial con el narcotráfico. No quiso escucharnos y prefirió seguir con la autogestión de la Policía, porque era mucho más fácil que involucrarse en el problema”, había dicho. En rigor, Fein no contestó ese punto, pero sí le molestó –y mucho– que se refiriera en el acto de retiro de dos mil gendarmes de la ciudad. “Me parece una vergüenza lo que dijo Berni. Quiso utilizar un acto institucional para hacer política partidaria. A las sociedad le hace muy mal estas cosas”, marcó ayer.

“Fue inoportuno e incorrecto que un viceministro de Seguridad diga que un gobernador es responsable del narcotráfico. Qué podría decir yo de la responsabilidad del gobierno nacional siendo el narcotráfico un delito de incumbencia federal”, insistió la intendenta.

El cruce de Fein a Berni puso puntos suspensivos al acercamiento que ambos tuvieron a tal punto que el funcionario nacional la invitó a bailar chamamé en los festejos del 25 de Mayo, cuando como parte de la estrategia de restaurar la seguridad y la convivencia en la ciudad hubo, por primera vez en la historia, desfile y chocolatada en el barrio Tablada, que por entonces hacía un mes que patrullaba Gendarmería.

De aquella cercanía se pasó a la distancia que imprimen los modos de campaña electoral. Así interpretó Fein –como lo había hecho el ministro de Gobierno, Rubén Galassi– las palabras de Berni, quien metió cuña y distinguió de Binner a su sucesor, Antonio Bonfatti: “Él entendió que necesitaba un tiempo prudencial para reclutar dos mil agentes, entrenarlos, capacitarlos, para tenerlos en la calle”, le reconoció.

El cruce también generó revuelo en otras trincheras políticas: “Es muy difícil interpretar una relación que pasa de la danza a la vergüenza”, marcó el concejal Diego Giuliano, titular de la comisión de Seguridad del Palacio Vasallo. “Este minué entre el municipio y la provincia con el secretario de Seguridad es vergonzoso”, insistió el edil. Y se preguntó “qué pasó en estos nueve meses que la provincia no puede retomar el camino de la prevención” del delito.

Con todo, si Binner, quien ya es precandidato presidencial, tuvo defensores, también los tuvo Berni, quien no lo confirmó pero es potencial candidato a gobernador bonaerense.

El diputado nacional camporista Marcos Cleri lo ungió como “funcionario ejemplar” que “participa directamente en los propios territorios” en la pacificación y el “combate directo contra el flagelo del narcotráfico”.

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