Ciudad

Viven tapados por sus propios residuos cloacales

Son más de 150 vecinos de Teniente Agneta al 3300, donde se registra una obstrucción en el desagüe.

Más de 150 vecinos de los monoblocks ubicados en Teniente Agneta al 3300, en zona oeste, viven desde hace un mes con efluentes cloacales en las calles y veredas y en las puertas de inreso a las viviendas. Luego de varios reclamos ante Aguas Santafesinas SA (Assa), comenzaron a desviar el agua contaminada por una canaleta aunque los charcos ocupan el grueso del espacio que separa a las columnas de los edificios. Además,  denunciaron problemas de salud y fallas en la planificación de la conexión cloacal.

Un mes pasó desde la última vez que el camión de Assa estacionó frente a los seis edificios localizados sobre calle Teniente Agneta entre Dean Funes y Uruguay, y con agua a presión destapó la colectora para que el líquido cloacal que colmaba el piso bajara.

 

Ayer por la mañana, una serie de bolsas de arena cubrían los laterales del mercadito barrial que se encuentra en la planta baja de una de las edificaciones para impedir que los charcos alcanzaran la entrada. Las lagunas de aguas servidas ocupan el sector que separa a las dos columnas de edificios.

 

Ante la dramática situación, los vecinos cavaron de forma improvisada una suerte de canaleta alrededor de la columna derecha para encauzar el agua contaminada hacia un desagüe pluvial, ubicado en la parte posterior del último departamento. Sin embargo, el olor nauseabundo y el peligro sanitario que representan los líquidos de los mismos departamentos justificó la proclama de una de las vecinas: “Esto es un chiquero. No queda otra que pisar el charco”.

 

“Estamos zafando hace tiempo de una meningitis. Es una vergüenza”, confesó Daniela, que vive en el monoblock número 2, a otra vecina mientras señalaba a una niña que saltaba el turbio espejo de agua. Según la mujer, hay muchos chicos que viven en los edificios y se ven impedidos de salir. También deben mantener persianas y ventanas cerradas por el foco de infección permanente que emana del suelo. Según la mujer, la obstrucción en el desagüe central ocasionó que se inunden algunas habitaciones de los departamentos inferiores. “Mi hermana no puede usar el baño y se tiene que duchar en casa”, indicó otra vecina.

 

El reclamo de los vecinos es unánime y hasta de resignación: “Como sabemos que no van a hacer la obra para agrandar el caño, sólo pedimos que Assa venga periódicamente a destapar la colectora”. A modo de mea culpa, Carlos, habitante de uno de los monoblocks, explicó que otro elemento a tomar en consideración es el descuido de la propia gente. “La última vez que lo destaparon encontraron toallas femeninas y hasta pañales”, aseveró Carlos, que trabaja como portero en un edificio del centro de la ciudad.

 

La solución habitacional, que consta de seis edificaciones, se realizó hace 13 años. En primera instancia se levantaron tres series de departamentos con su respectivo caño colector para el desagüe cloacal que conecta con el conducto central, ubicado debajo de calle Teniente Agneta. La hipótesis de los vecinos es que al momento de emplazar las siguientes tres edificaciones no se adaptó el diámetro del caño para hacerlo apto a más capacidad de desagüe, lo que ocasionó que desde las tapas de cloacas emerjiecen los desperdicios entre las columnas de edificios.

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