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Experiencia

Viaje inolvidable en taxi conducido por un ladrón

“El tipo se había robado un taxi, no contento, se ligó un viaje”, explicó tras relatar la insólita vivencia que padeció para llegar a radio Fisherton, en Rioja y San Martín.


Cualquiera que conozca a Lisandro Cattaneo —abogado, conductor y animador de eventos rosarino— sabe que le gusta caminar. Camina de su casa a la oficina, a la radio, a los encuentros con clientes, por los pasillos de tribunales. Camina de ida y vuelta todos los trayectos cortos de su vida cotidiana. Si alguna vez se toma un taxi es porque realmente está apurado. Como la noche del martes, cuando quiso ahorrar tiempo en un trayecto de ocho cuadras y terminó llegando tarde. Es que el chofer tardó varios minutos en encender el reloj y luego condujo a toda velocidad pero en dirección contraria. En varias ocasiones el letrado estuvo a punto de lanzarse desde el auto en movimiento hasta que finalmente llegó a destino. Apenas puso un pie en la vereda vio cómo otro taxista se abalanzaba sobre el conductor y ahí entendió que había sido pasajero de un coche robado.

“Lo que quise ganar de tiempo lo perdí ahí”, comentó al aire Lisandro “Pato” Cattaneo esa misma noche, tras llegar con unos minutos de demora a su programa radial Mundo Jockey que sale martes y jueves a las 20.30. “El tipo se había robado un taxi, no contento, se ligó un viaje”, explicó tras relatar la insólita vivencia que padeció para llegar a radio Fisherton, en Rioja y San Martín.

“A mí me gusta caminar, camino mucho. Tomé un taxi en Juan Manuel de Rosas y 3 de Febrero para apurarme, pero el tipo tardó como cinco minutos en prender el reloj. Lo tocó por todos lados, lo golpeó, hasta que arrancó. Y en vez de doblar por Buenos Aires siguió derecho. Estaba muy nervioso y conducía muy rápido. Le avisé que la última opción era que doblara por Maipú pero agarró Laprida hacia el sur, para el otro lado”, contó Pato todavía sorprendido y tras confesar que a esa altura se había amarrado a la puerta del taxi y estudiaba lanzarse. “Si seguía para la zona sur me tiraba”, asumió.

Ya advertido que el destino era en la dirección contraria el extraño chofer empezó a seguir las directivas de su pasajero que lo guió hasta la puerta de la radio. “Al final me hacía caso como a un soldado, y yo muy atento a que no cometiera más errores”, dijo Cattaneo. Una vez más su actitud fue sospechosa cuando llegó al final de recorrido, porque se negó a frenar la marcha en la parada de taxis y lo hizo en la de colectivos. Luego, el conductor lo increpó para que se bajara rápido y ni siquiera contó el dinero.

“Fue rarísimo porque los taxistas te cuentan hasta el último billete”, siguió Lisandro, que pagó poco más de 30 pesos y apenas descendió observó que otro taxista le cerraba el paso y se bajaba a los gritos. “Ladrón de taxi”, repetía el chofer enfurecido que descendió del otro vehículo y por la ventanilla agarró del cuello al presunto ladrón, que tras un forcejeo logró zafarse y emprender la huida a máxima velocidad.

Según Lisandro, que recién ahí encontró un poco de lógica al extraño viaje, el taxista lo reprendió por no haberse dado cuenta que había viajado en un taxi robado y luego se subió al auto para perseguir al fugitivo. “Menos mal que alcancé a bajarme del taxi, si no hubiese quedado como rehén y no sé si lo estaría contando”, dijo el abogado que, casi con certeza, seguirá eligiendo sus pausadas caminatas a los viajes apurados en taxi.

Lo extraño es que fuentes policiales consultadas no estaban al tanto de ninguna denuncia por sustracción de automotores.

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