Ciudad

Vecinos contra las cavas

Ramona, madre de Eric Roldán, el joven que falleció ahogado en un pozo de zona oeste, fue recibida por funcionarios municipales y concejales. Hubo un compromiso para aclarar el caso y censar los agujeros.

Por: Santiago Baraldi

Eric Roldán tenía 16 años; era un pibe querido en el barrio, siempre dispuesto a dar una mano. El miércoles pasado se la dio a su hermano de 14 que se tiró a refrescarse a las sucias aguas de una cava: no hizo pie y Eric se tiró a sacarlo. Mientras luchaba por salvar a su hermano, terminó ahogándose. Ayer, su madre Ramona junto a un grupo de vecinos del barrio Vía Honda, Avellaneda al 4200, fueron a la Municipalidad primero y al Concejo después para exigir que ésa y otras tres cavas de la zona “sean tapadas o debidamente cercadas”. Si bien el pasado viernes comenzaron a tapar la cava fatal ubicada en esa zona semirrural de la ciudad, Ameghino y Felipe Moré, en barrio Alvear –donde encontró la muerte Eric–, “hay otras en terrenos privados que son un peligro latente”, apuntó Romina Zaro del Movimiento Martín Fierro, que participó de las reuniones con los funcionarios municipales y concejales.

El subsecretario de Gobierno, Miguel Pedrana, el subsecretario de Servicios Públicos, Pablo Seghezzo, y la directora del distrito Oeste, Lorena Carabajal, recibieron a la comitiva del barrio encabezada por Ramona, madre del joven fallecido en la cava. “Entregamos un petitorio donde pedimos que se sepa de quiénes son esos terrenos, que se investigue y los funcionarios se comprometieron a tomar cartas en el asunto”, agregó Zaro, del Movimiento Martín Fierro. En el Concejo, fueron recibidos por los ediles Norma López, Arturo Gandolla, María Eugenia Bielsa, Manuel Sciutto y Alberto Cortés: “Nos dijeron que se comprometían a darle forma a una ordenanza para que se haga un registro de las cavas que hay en la ciudad, para tener un mapa exacto para conocer además los dueños de esos terrenos”.

Los vecinos admitieron que desde el viernes pasado se está trabajando para tapar la cava donde murió Eric, pero “tenemos una, en Avellaneda al 4200, en el terreno ubicado en Patagones entre Felipe Moré y las vías del Mitre. Ahí nosotros habíamos tenido reuniones con el dueño, con Lorena Carabajal, del distrito Oeste como mediadora, donde nos prestaba el terreno para hacer allí una canchita de fútbol, incluso queríamos hacer una huerta para el barrio; a cambio había un compromiso de que no se levantaban viviendas irregulares. Las pocas veces que hubo algún intento de usurpación, enseguida llegaba una cuadrilla y los sacaban; finalmente se instaló una cancha de fútbol y ahora, de un día para otro, nos encontramos con una cava a dos metros de las viviendas donde hay chicos que se pueden caer. No queremos otra desgracia…”, relata la vecina de Vía Honda.

“Un conjunto de negligencias”

Lorena Carabajal, responsable del distrito Oeste, explicó a El Ciudadano: “Nosotros recibimos denuncias del terreno donde estaba la canchita e intimamos al dueño para que tape la cava; de la cava donde murió Eric no teníamos denuncias y realmente estamos sorprendidos del tremendo cráter que hicieron allí. Calculamos que tiene 9 metros de profundidad y desde el viernes Defensa Civil con más de 20 camiones por día están tirando tierra y sólo se cubrió el 20 por ciento de la cava. La funcionaria recordó que ya existe una ordenanza municipal que prohíbe cualquier tipo de excavación, “es decir que ésta era totalmente clandestina, los dueños de esos terrenos nos dijeron que no estaban al tanto de lo que sucedía y los vecinos tienen temor de hablar y decir quiénes son los que están detrás del negocio de la venta de tierra. Esas cavas resultan una trampa mortal; salir de ahí es imposible por el terreno arcilloso. Allí hubo un conjunto de negligencias, imprudencia de la gente y los responsables de sacar tierra de manera clandestina”.

Los vecinos reclamaron a los concejales que en el barrio pueda haber plazas o lugares de esparcimiento para los chicos. “Es una barriada muy humilde, los pibes que sí saben nadar se tiraban a la cava con el peligro que es muy profunda; hay troncos, barro que después se hace difícil salir. Es más, cuando Eric salvó al hermano y se estaba ahogando, se llamó al Sies que nunca llegó; luego vino un patrullero que no quiso meterse, se tiraron vecinos a rescatarlo y nadie sabía cómo reanimarlo, los policías se negaban a llevarlo al Heca, nos decían que lo llevemos en los carros que estaban en el lugar. Somos un barrio que vive siempre situaciones límite. Rosario es una ciudad desigual porque si hay un pozo en el centro se tapa enseguida, hay una cava peligrosa y no se hace nada, o hay que esperar que haya una muerte para que se ocupen”, finalizó indignada Romina Zaro.

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