Final anunciado. Pero por anunciado no deja de ser preocupante. Una vez más, Central Córdoba es noticia, pero a diferencia de la semana pasada cuando eliminó a Central de la Copa Argentina, en esta oportunidad lo es por la complicada situación deportiva e institucional, que en las últimas horas se cobró al entrenador Marcelo Vaquero como una nueva “víctima” del caos que se vive en Tablada.
Tras la suspensión del encuentro ante Armenio, cuando algunas personas disfrazadas de hinchas de Córdoba arrojaron bombas de estruendo al campo de juego en el momento que el equipo visitante se imponía 2-0 en el estadio Gabino Sosa, la salida del técnico parecía cosa juzgada. Y así fue, horas más tarde, Vaquero presentó su renuncia como director técnico del Charrúa.
En una charla con el portal rosariosport.com, Vaquero afirmó: “No están dadas las condiciones para seguir, tema cerrado”.
Vale recordar, que una vez conocida la suspensión, el propio entrenador había dicho que si su cuerpo técnico era el problema, darían “un paso al costado”.
Como dicen, el hombre es el único animal que tropieza con la misma piedra y los dirigentes de Córdoba son muestra de ello.
Vaquero, Marcelo Vivas, Omar Palma y ahora nuevamente Vaquero se fueron de la institución más por el clima externo que por una cuestión de resultados.
En cuanto al sucesor del ahora ex técnico charrúa, ya comenzó la danza de nombre y entre ellos se había barajado la posibilidad de Carlos Ramaciotti, de último paso por San Martín del Tucumán, pero quedó rápidamente descartado.
Por lo pronto, Jorge Bocha Forgues se hará cargo del plantel profesional hasta que la comisión directiva encuentre al sucesor.
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