Dueños de los carritos de comida al paso que se encuentran en la vereda de la Rambla Catalunya, que por decisión municipal serán trasladados a la vereda de enfrente a mediados de marzo, se pusieron en pie de guerra para resistir la medida. Por ahora buscarán una solución a su reclamo por la vía del diálogo, pero hicieron saber que recurrirán a un plan de lucha más intenso en caso de no obtener una respuesta favorable.
Oscar Medina, uno de los puesteros más antiguos, le dijo a El Ciudadano que mañana concurrirán a la reunión de la comisión de Planeamiento del Concejo Municipal para plantear sus inquietudes. “Esos (por los integrantes de la comisión) son los que nos quieren sacar. Así que le vamos a ir a decir que no queremos movernos de donde estamos”, expresó el hombre, quien aseguró que lleva 25 años trabajando en la zona.
“Tenemos el mismo derecho que tiene el concesionario (por el empresario Cornaglia). La vereda y la playa son públicas, así que no nos pueden trasladar así nomás”, se quejó Medina, quien anticipó que en caso de no salir conformes de la reunión con los ediles van a realizar un piquete, el jueves, frente al Palacio de los Leones. “Estamos decididos a defender nuestro lugar de trabajo, acá hay gente que está dispuesta a sostener un plan de lucha para que nos respeten”, añadió.
La Municipalidad anunció que construirá una bicisenda por la avenida Eduardo Carrasco y realizará diversas reformas en el lugar para renovar el mobiliario urbano, todo a cargo del concesionario que explota uno de los bares emblemáticos de la Rambla Catalunya ya que estaba previsto entre sus obligaciones contractuales. Desde el municipio sostienen que para cumplir con las obras es necesario despejar el área, por lo cual propusieron a los titulares de los carritos de venta de alimentos que se trasladen a la vereda de enfrente, algo que fue rechazado desde el primer momento.
“Nos fueron corriendo de a poco. Siempre con alguna excusa nos fueron alejando y nunca dijimos nada. Después, cada vez que reclamábamos, el funcionario de turno nos decía que él no sabía nada, que no estaba al tanto de lo que había pasado antes. Pero esto ya no da para más”, sostuvo Medina.
El municipio, tal como anunció este diario la semana pasada, esperará hasta el 15 de marzo para remover los puestos, ya que ese día vence la habilitación que les permite desempeñar su actividad. Si para entonces los carritos no se movieron, el desplazamiento se hará por la fuerza.
“Que vengan con las topadoras si quieren, pero hay muchachos que se van a encadenar con bidones de nafta. No nos podemos ir a la vereda de enfrente. Si nos trasladan, nos matan. Mueren los carritos. ¿Quién se va a animar a cruzar esa avenida con el tránsito de locos que hay para comerse un panchito?, ¿un padre y una madre van a poner en riesgo a sus hijos?”, indicó el hombre, quien una vez más hizo hincapié en que “con todo esto sólo buscan que se beneficie el concesionario”.
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