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Una rosa cargada de espinas

Por Luis Novaresio.

“Antonio está en una encerrona. O se inmola confesando que está asfixiado económicamente por gestión propia o dice la verdad y critica la herencia del gobierno de Hermes, del que fue ministro coordinador”. El que habla en estricto off es un dirigente del socialismo que milita en el partido desde su formación y que supo ocupar cargos ejecutivos de bajo perfil y alto grado de consulta en las intendencias de Hermes Binner y Miguel Lifschitz. Conoce a los dos hombres de su agrupación que ocuparon el sillón máximo de la Casa Gris al punto de animarse a calificar los caracteres de ambos fuera de la gestión. “A Hermes hablale de música clásica y de historia política internacional y lo tenés cautivado. A Antonio, lo agarrás por el lado de las encuestas y de los titulares de hoy de los diarios. Uno es la teoría. El otro la praxis pura”, se sonríe este dirigente del partido de la rosa.

El actual gobierno de la provincia de Santa Fe atraviesa un momento complicado. Las dos preocupaciones centrales de los habitantes de la bota argentina siguen siendo la inseguridad y la situación económica traducida en la cuestión de impuestos y servicios públicos. Respecto de este último tema, la esperanza se muestra casi agónica por la reforma tributaria que dé aire a las arcas provinciales. Esto implica aumento de tributos que, ya se sabe, es impopular. La encerrona de la que habla con este cronista el dirigente socialista que pide reserva supondría evitar recordar los dineros que Jorge Obeid dejó al traspasar la banda a Binner y que, luego de cuatro años, no están ni surgen apreciables en cambios estructurales en el resultado de la gestión.

Por el otro aspecto, Bonfatti enfrenta el horizonte de la sanción en la Cámara de Diputados de la ley peronista que declara la emergencia en seguridad y eso es “formalmente y con todas las letras un escrache nacional de fracaso”, confiesa la misma fuente. Si bien es cierto que hay aprovechamiento político del PJ, no precisamente un ejemplo de gobierno en este tópico desde 1983, la situación real de inseguridad no aparece abordada con contundencia hasta ahora por el gobernador. También es verdad que no se puede hacer milagros luego del arrastre de la gestión anterior. “Binner se empecinó con un ministro de Seguridad que venía de dirigir el Registro Civil y que ahora lo derivaron a la Lotería. Se ve que mucha formación o vocación por el tema no tenía”, confiesa el mismo hombre que reconoce tener más diálogo con el actual primer mandatario local que con el anterior. Semejantes errores se pagan. Luego de tantos años de gestión en Rosario y en el segundo mandato en la provincia, el socialismo debería saber que pertenecer a la familia partidaria, por sangre o militancia, no es certificación de idoneidad en cargos tan técnicos.

A esto se suma un impactante disenso interno en una estructura que supo ser tanto o más verticalista que el peronismo a la hora de la opinión sobre temas sensibles. Frente a la embestida del kirchnerismo por el voto para mayores de 16 años sorprendió la propuesta lanzada desde Sudáfrica de Binner de aceptar la idea, previa consulta popular. Un casi sí. Esto colisiona de frente con la categorización de “error enorme” con la que Bonfatti rotuló la idea del Poder Ejecutivo Nacional. Hacia abajo, entre diputados y senadores del PS, la diferencia sobre este y otros temas no es menos ostensible. De paso, da desazón la ausencia de argumentos de ellos y de toda la oposición a la hora de debatir este tema. ¿Por qué ellos no ganan iniciativa política con un proyecto de boleta única a la santafesina? ¿Cómo no arguyen que es inconstitucional un voto opcional a los 16 años y obligatorio a partir de los 18 sin contar que eso huele a estrategia electoral espuria? ¿Se puede ser mayor a los 16 para votar y no para comprar un auto?

Por fin, el gobernador ha salido a decir a los medios que todavía no fue recibido por la presidenta de la Nación. Esto sucedió luego de insistentes llamados telefónicos realizados desde Santa Fe a las oficinas de Juan Manuel Abal Medina, Florencio Randazzo y Oscar Parrilli. No le será sencillo a Bonfatti sostener una posición crítica hacia el gobierno nacional sin romper el débil puente que tiene con Cristina Kirchner que le permita asegurarse alguna ayuda de la Casa Rosada sin perder el perfil de gobernador independiente.

Autonomía: levántate y anda

Después de que El Ciudadano del domingo pasado reclamara por un debate sobre el tema de la autonomía municipal, la intendenta Mónica Fein ocupó buena parte de sus declaraciones públicas de esta semana en abordar la cuestión. Enhorabuena. Su declaración de principios es valorable pero ahora debe ser motorizada por una acción legislativa concreta. Debería reclamárselo a los varios diputados provinciales ingresados por Rosario y, especialmente, al senador departamental Miguel Lifschitz. Es él quien no puede dejar pasar más tiempo para sugerir legislativamente una norma, aunque provisoria, que dé comienzo a un viejo anhelo de muchos. De él como ex intendente de la ciudad incluido. Luego vendrá el tiempo de plasmar la idea en una futura Constitución provincial, propuesta cada vez más lejana por la urgencia de temas de gestión diaria del gobierno socialista y cierto envalentonamiento del peronismo, que no está dispuesto a ceder ni una coma en semejante empresa.

Fein también ya ha empezado a otear el horizonte electoral de 2013, en el que hay renovación de bancas para el Concejo Municipal. Esos comicios no son menores porque necesita garantizarse mayorías propias o de aliados si pretende gobernar sin tantos sobresaltos. El problema con el que se enfrenta es la falta de candidatos. Hoy por hoy empezaron a encuestar a Fernando Asegurado. El fiel secretario de Gobierno sabe que le tocaría una empresa bien difícil hacia afuera y hacia adentro del Frente Progresista. Por esto último, los galeones artillados del explosivo Jorge Boasso están siempre en puerto dispuestos a zarpar. Y, por el otro, parece tarea no menor imponer a un funcionario de no alto perfil popular entre los elegibles. Quizá sea por eso que la intendenta quiere sentarse a hablar con el siempre bien ponderado en las urnas Pablo Javkin, hoy encabezando en la ciudad una reunión de los “coalicionados cívicos” que supieron sobrevivir al Huracán Lilita.

Javkin, que ya rechazó un cargo importante en el gobierno de Bonfatti, sabe que el riesgo de encolumnarse con el socialismo es doble. Si pierde, la culpa será toda de él. Si gana, teme que el colador de homogeneidad del PS lo deje atado de pies y manos en las decisiones o, directamente, fuera de juego.

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