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Una intimidad que va mucho más allá de los desnudos

El realizador Pablo Arévalo adelanta detalles de “La lección de anatomía”, película que se podrá ver sábado y domingo en el Arteón y que rodó junto con Agustín Kazah, donde indagan en los entretelones de la emblemática obra teatral homónima del recordado director rosarino Carlos Mathus


Convertida en un paradigma del teatro argentino desde hace décadas, La lección de anatomía, nombre con peso propio en la escena nacional de proyección internacional más allá del emblemático cuadro homónimo de Rembrandt, fue el disparador para la realización de un documental del mismo nombre que luego de su estreno en el último Bafici llegó este fin de semana a la ciudad, donde se puede ver con una función este sábado y dos el domingo, en el Arteón, las últimas con la presencia de sus directores: Agustín Kazah y Pablo Arévalo.

Los realizadores Pablo Arévalo y Agustín Kazah.

 

En 1972, Carlos Mathus, nacido en Rosario en 1939 pero radicado en Buenos Aires desde mediados de los 60, estrenó La lección de anatomía, obra para muchos provocadora por su histórica escena de desnudos integrales, una puesta que consagró a Mathus como autor y director no sólo en el país sino también en el exterior, quien logró el récord de mantener la obra en cartel por más de tres décadas de forma ininterrumpida, desde su estreno hasta 2008, con temporadas simultáneas y giras por España y Brasil entre muchos otros países.

Un año antes de su muerte, acontecida de manera inesperada en marzo de 2017, Mathus, con 77 años, se preguntó si esa creación de rebeldía juvenil aún continuaba vigente. Fue así que emprendió la aventura de reestrenar la obra que marcó a fuego su carrera.

El documental, que estuvo atravesado por una serie de circunstancias que debió transitar el mismo proceso de reposición de la obra, encuentra un mundo dentro de ese universo creativo, “la intimidad detrás del mito”, que además del director incluye a su gran compañero y actor histórico de la obra, Antonio Leiva.

“La primera motivación, en mi caso, tuvo que ver con que hace poco más de una década, en 2007, tuve la oportunidad de ver la última puesta teatral de La lección de anatomía por primera vez. Quedé maravillado con la obra y me contacté con Mathus y con Antonio, productor y eterno actor de esa puesta. Nos inspiró ese anecdotario increíble que ellos fueron contando acerca de la obra, sus relatos, críticas y todas las polémicas, pero sobre todo nos motivó la poca información que había acerca de la obra más allá de algún video en VHS y de las notas de prensa. De allí surgió la idea de realizar este documental, en principio, histórico”, relató el realizador Pablo Arévalo a El Ciudadano.

“En realidad, la idea inicial tenía que ver con contar la historia de la obra, pero cuando con Agustín (Kazah) nos enfrentamos a estos dos personajes maravillosos, Carlos y Antonio, que de algún modo son los protagonistas de esta película, nos dimos cuenta que ese material era mucho más rico, y entonces contamos la historia de la obra pero a través de esa relación”, expresó el director.

La intimidad detrás de lo que se ve a primera vista, una serie de intersecciones en la vida de estos personajes que se reflejan dentro de la película, ficción y realidad en un diálogo constante, llevaron el rodaje y la posproducción por algunos atajos más allá del camino principal trazado a partir de un guión escrito por Paula Magnani.

“En un documental siempre estás un poco sujeto a la dinámica de lo que sucede en la vida real mientras se filma, algo que en una ficción uno puede tener un poco más claro o pautado. Había en principio un bosquejo, una idea de lo que buscábamos y después todas esas sorpresas que nos ofrece la realidad. El guión de Paula Magnani tenía una fuerte impronta en la obra, se seguía el recorrido de esa nueva adaptación de la obra en la actualidad, pero se impuso la realidad constantemente: todo lo que se ve en el documental es real, no sólo los hechos sino también los diálogos, y es también ese vivo constante que nos ofrece el teatro. Nos enfrentamos a unos giros muy fuertes que nos sorprendieron a todos”, expresó Arévalo, formado en teatro como asistente de dirección de Carlos Mathus y quien debuta en el largometraje con La lección de anatomía, película donde también se destacan la dirección de fotografía de Martín Larrea y el minucioso trabajo desde la música realizado por Martín Sciaccaluga.

Volver al ruedo

Lección, como su propio autor la llamaba, es suficiente para escribir una enciclopedia literaria y audiovisual. Tiene tantas anécdotas, aplausos y polémicas como palabras recita cada actor”, escriben los realizadores en una carta de presentación del film. Y agregan: “¿Qué se puede hacer con esta información? ¿Qué puede evitar que su memoria caiga en el olvido? La respuesta estaba frente a nosotros todo el tiempo: Mathus. El testigo perfecto de la combinación entre historia y obra, entre análisis y reflexión, entre creador y su creación”.

“Carlos, un poco empujado por Antonio, se dispone a ver qué pasaba si intentaban volver con La lección de anatomía diez años después de sus últimas funciones. Por conocerlos a ambos y por la química que tenían entre ellos, en paralelo, empezamos a trabajar en el documental porque además era la excusa perfecta”, dijo el director. Y profundizó: “Tuve la oportunidad de hacer tres obras con Carlos; siempre fue muy minucioso y exigente en los castings, tenía claro y era muy específico con lo que quería. Los casting para sus obras eran todo un evento para la comunidad teatral, y el casting de la vuelta de La lección… era algo interesante para explotar, y así lo hicimos”, expresó Arévalo en relación con toda una parte del film que de cierta efervescencia cambia de clima completamente a partir de la ausencia de Mathus.

El actor y productor Antonio Leiva junto al director Carlos Mathus en un pasaje del film.

 

“Más allá de todo buscamos que toda la película estuviese sobrevolada por su presencia, porque todo lo que se dice en la obra, todo lo que pasa en la obra, son ideas de Mathus y eso también está en la película”, expresó el realizador.

Más allá de los desnudos

La obra teatral de Mathus se transformó con el paso del tiempo en una especie de desafiante escuela para los actores nóveles, muchos de los cuales, tras su paso por la obra, se convirtieron en grandes figuras del teatro, el cine y la tevé argentina.

Lección era la puerta por la que se accedía a un cierto prestigio, te visibilizaba, te posicionaba como actor. Los actores y actrices aprenden mucho con esta obra, trabajan muchas cuestiones físicas que van más allá de los desnudos”, dijo Arévalo. Y concluyó: “Pasa algo muy particular con los desnudos en la obra y es algo que buscamos reflejar en la película; son desnudos muy precisos: los personajes se muestran tal cual son, sin máscaras, sin esconderse detrás de ningún precepto social que te pueda proteger. Son desnudos que no tienen ninguna pretensión erótica y que en definitiva sirven para que nos preguntemos qué es lo que realmente somos. Ana María Rozzi, en su libro sobre La lección de anatomía (Desnudos, amados y censurados), acerca de un análisis que hace sobre la obra, dice que sería realmente muy ridículo pensar que una puesta pueda estar tantos años en cartel solamente por los desnudos”.

Para agendar 

El documental La lección de anatomía tendrá este sábado una pasada a las 20, y otras dos pasadas este domingo, a las 18 y a las 20, en el Cine Arteón, de Sarmiento 778, estas últimas funciones con la presencia de sus directores, Agustín Kazah y Pablo Arévalo, quienes luego de las proyecciones propiciarán un diálogo con el público

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